27.10.10

Cap 120

Cyrene & Mor

Después de lo que había dicho Epifanía andaba intranquila, sujetando el arco y mirando a todos lados, pero el clima se percibía sumamente tranquilo que no podía creerme lo que ella decía, al menos, no del todo. Mor tenia ese gesto que me decía que creía que la chica sufría insolación o algo, a Keops le daba igual y la chica nueva tampoco parecía del todo convencida. Aun andaba algo empapada y sentía como la ropa pesaba kilos. 

- Pero si hasta ahora no hemos visto nada- comenté pensativa pasando al lado de Mor. 

Caminaba bastante alerta… Quizás Epifanía había tragado mucha agua salada que se yo, pero no es bueno subestimar los hechos, así que no está de mal en poner medidas, acaricié un momento el mango del machete y Cyrene pasó a mi lado. 

-No has visto nada… y ojala que no lo veas, cuando lo veas, será demasiado tarde para hacer algo al respecto.- agregué y la chica se detuvo

Le miré un momento y fruncí un poco el ceño. 

- Entonces ¿También piensas que hay algo aquí? No pareciese que estés de acuerdo con Epifanía- dije mientras miraba a la chica un poco más al frente y después, fruncí un poco el ceño pensando en que hasta para hacer comentarios Mor era un… 
- ... Bruto salvaje- murmuré olvidándome momentáneamente de que tenía al chico al lado. 

- Si hay algo o no, eso lo veremos, ver para creer, pero si se ve, hay que estar preparado para hacer algo… solo digamos que si de verdad hay algo en la isla… hay que estar preparado para no nos pille de sorpresa- musité para mirarle – Nos aseguramos de que chiquitas como tú, no salgan heridas y no hayan más bajas… suficiente con el par que dejamos atrás…- concluí mientras le miraba y le sonreía de soslayo. 

Le miré molesta y juré que me puse algo roja. 

- ¡No me trates como una inútil!... Tarado, machista, bruto, salvaje. ¡Arrr!- y aunque estaba enojada no se me ocurría que más decirle que solo pude ponerme más roja todavía y... Siendo muy madura... Le mostré la lengua. 
- Ya se que debemos tener planeado algo que podamos hacer... Para que salvajes como tu no acaben en el estomago de alguna cosa fea… 
Me crucé de brazos y le miré furiosa... No recordaba cuando me había enojado tanto. 

Sonreí – Tú te tratas como una inútil al no estar preparada…- Me acerqué a ella y ella se detuvo bajé mi rostro y quede a centímetros de sus cabellos. 
- Te hace falta más experiencia y madurez para si quiera poder esbozar algún insulto… O por lo menos algo que yo ya no sepa…- le musité tan cerca que se estremeció. 
- Y claro, para aprender a controlar tus reacciones de niña…- susurré acariciando sus cabellos rojizos – Sigo todavía preguntándome cómo es que estas todavía aquí entre nosotros y no en lecho de algún dios…- concluí para erguirme, y alejarme un poco. 

Niña, niña, niña... ¿No se sabia otra cosa? Estaba temblando y ni siquiera sabía por que, apreté con fuerza los parpados y sostuve el arco con más fuerza. Me llevé la mano al lugar donde momentos antes había acariciado y motivada por mi propio enojo caminé para alcanzarle. Cuando le sujeté el brazo -ya que no me atrevía a hacerlo con la capa ya que se molestaría más- me di cuenta de cuan alto era realmente. Me sentí... Pequeña, niña. Recuperé el poco valor adquirido por el coraje y le miré. 

- Yo ya no soy ninguna niña... No sé por que crees eso, pero no lo soy... y seguro que no me moriré tan fácil. 

A pesar de que le miraba desafiante... De pronto me parecía que tenía razón. Yo no sabia como vivían el resto de las personas, ni que hacían o no... Era como una niña entre todas estas personas. Una niña perdida a decir Verdad. 

Le miré un momento cuando me encaró, o algo parecido a encarar, le sonreí -¿Sabes cuándo dejaras de ser una niña Cyrene?- le pregunté – Cuando realmente puedas decirlo sin achicarte hacia otras personas, cuando realmente te sientas orgullosa de tu condición. Cuando realmente puedas defenderte a ti misma y ser fuerte…- cuando hayas hecho todo eso, me avisas y veremos si ya no eres una niñita – Le sonreí, me hacía gracia, era como un niño negando su condición. Volví a tomar su cabello – Es gracioso como te pones… cuando te tocan- le dije esbozando una risa ahogada. Y la verdad es que así era, por su inocencia, por su ingenuidad, sabía que me buscaría un buen lío, pero sería entretenido. 

Me pregunto... ¿Es eso un consejo o se esta burlando de mi? Mor era un abusivo pero sabía que tenía razón y me molestaba aun más ese hecho, le miré, roja, de nuevo sin saber por que y temblando sin motivo aparente. 

- No es gracioso...- repliqué mirándolo- Nunca había convivido con personas tan de cerca... ¡¡No las entiendo!! Y no te entiendo... No es divertido molestar a la gente. 

Y por la mirada que me echó, debí haber sonado súper graciosa, pero no era culpa mía. Artemisa siempre me había tratado como una chiquilla y la forma en que yo veía las cosas era tan simple. Y recordé que Artemisa me había dicho que no me debía dejar tocar por ningún hombre y bueno... Si Mor no era un niño, como decía que yo era. Entonces era un hombre ¿Cierto? 

Miré a Mor un momento, me había quedado procesando aquello y de pronto, tomé su mano de mi cabeza y me la quite como si quemara y le miré como si fuese un bicho raro o algo. 

- No me toques- le advertí mirándolo con los ojos achicados. 

Y sin darme cuenta... Ahora estábamos muy rezagados como para que Epifanía me pudiera rescatar sin que yo Tuviera que gritar o algo. 

Alcé las manos con una sonrisa ladeada – Por supuesto pequeña chica…- musité yo no le haría nada que usted no quisiese – me incliné hasta su rostro y le miré fijamente - ¿Por qué usted no quiere que la toque verdad? Yo respeto su decisión si lo reafirma- sonreí, esto de molestar a la chica me resultaba bastante cómico. 

-Recuerde lo que le dije acerca de crecer...- enarqué una ceja. 

- No me toques, Mor... o te llueven flechas. Y ya no soy ninguna niña- a pesar de que se estaba burlando de mí y de que parecía disfrutarlo, su consejo no era malo y me atrevería a decir que era una buena idea pero... ¿En que mente eso se considera una ayuda? Solo esta metiéndose conmigo, haciéndome rabiar y dejar en evidencia que soy una niña... Pero no lo soy. 

Una sonrisa ladeada esbozó mi rostro, esa sonrisa que acostumbraba esbozar a las señoritas, esa que solía gustarles y que al parecer no era la excepción. 

- Bueno, creo que a nadie le gustaría estar en medio de una “lluvia de flechas”- musité – Pero bueno… digamos que a mí de vez en cuando me gusta sentir la sensación que se siente al momento del peligro- concluí para acercarme a centímetros de sus labios, la chica se estremeció y como una niña cerró los ojos… Yo suspiré –Practica eso… es bastante predecible- una sonrisa disimulada estuvo en mi rostro, para dedicarle una despedida, y comenzar a caminar hacia el grupo. 
-Y si no te apuras, te van a comer viva la cosa que sea que está en el bosque…- agregué mientras le miraba y seguía con mi camino. 

¿Qué había sido eso? No lo entendía y sin embargo sentí que debía cerrar los ojos, y ¿Qué demonios había sido esa reacción? Primero esa sonrisa tan extraña y que... Francamente me dejaba en blanco, y luego eso, me había dejado la piel de gallina. Pero cuando menciono lo de que me comerían viva me olvide un instante de todo lo sentido anteriormente y que era extraño para mi aunque no del todo desagradable, creo. Corrí para alcanzarlo y para regresar con el resto. 

- No entiendo que quisiste decir con predecible y... -comenté mientras pasaba a su lado de nuevo - ... Tampoco te entiendo a ti, pero si hay algo de lo que estoy segura... Es que jamás te voy a entender. 

No sé por que me dio por sonreír, para después adelantarme un poco. 

- Aun no se que pensar de ti... Aunque en realidad tardaré mucho tiempo antes de saber que pensar de todos y, Mor. Sigues siendo un bruto salvaje. 

-Gracias… Dime algo que no sepa… Además, tú me dices bruto ¿Te has mirado en un espejo?, Eres tan hermosa y delicada, o eso creería el que te ve por primera vez… Espera que te vea comiendo, caminando y actuando… Uffff…- sonreí - Antes de juzgar vea si no padece de alguna de esas cosas que usted juzga en los otros. Y si, te faltaría una vida completa para entenderme y no creo que al final lo logres- concluí para mirarle. 

- ¿Qué me dijiste?- dije dándome la vuelta y mirándole un momento -Espera… ¿Qué quisiste decir con que soy hermosa?- dije ladeando la cabeza, pero negué después de un momento - Lo que sea, me has insultado... Y bueno. Estoy segura de que no quiero entenderte. 

Y terminé por hacer más grande nuestra distancia. Mor era... muy extraño pero, eso ya lo sabía. 

Seguí mi camino, bostezando un poco, estaba aburrido, desde que Heracles, Patroclo y compañías, se habían ido. No había nada muy entretenido que hacer, y de pronto hablando de ellos… Aparecieron como si hubiesen visto un Escila… 

Miré como las palabras salían atropelladas de sus bocas y solo me limité a escuchar. Una isla llena de gigantes caníbales… Bonito lugar al que nos había mandado Poseidón…


by wolfmanhunter_Lilith & Double_Angy