Epifanía
Abrí los ojos aun cansada. La manera en que habíamos llegado a la isla había sido... - ¡Horrible!- Ese Poseidón nos había jugado una muy mala pasada. Aunque no dejaba de parecerme extraño el hecho de que no hubiésemos muerto… Atenea tenía razón… -cerré mis ojos una vez más, apretando mi mano lentamente, afirmando el papel que me había entregado. Repentinamente me quitaron el papel de la mano...
Abrí mis ojos y Mor permanecía a mi lado, observando el papel y con hábiles manos lo abrió. Me asusté. -¿Y si Atenea no quería que nadie más lo viera? ¿Y si se borraba al verlo una vez y no alcanzaba a verlo? ¿Y si sencillamente no quería compartirlo aún?- pensé, las preguntas iban rápidamente naciendo en mi mente hasta que me incorporé y arranqué el papel de las manos de Mor.
-¡No lo toques!- exclamé mientras volvía a enrollarlo, y esta vez lo escondí en mi himation, frunciendo el ceño.
Mor se levantó me miró suspicaz aun, solo quité la mirada de él y me concentré en esconder el papel, más de mil modos la necesidad aberrante de leer lo que decía comenzó a carcomer mi mente, mis pensamientos. Lo único en lo que lograba pensar en aquel momento era en ver el mensaje que ahora tenía el sello roto.
Y mientras permanecía sentada en la orilla, aun atontada por tanto bamboleo y naufragio, volví a sacar el papel, mi dedo se metió entre el pliegue del papel enrollado, rozó el sello roto y estiré el mensaje. Mis ojos agudizaron la mirada y cuando abrí el papel por completo, escrito con una caligrafía perfecta, el mensaje secreto de Atenea...
Cuando consigas a alguien cuya palabra no posee valor, hazle hacer el juramento de los dioses, y su juramento recobrara su valor.
Volví a doblar el papel y sin más miré el horizonte del mar frente a mí. ¿Acaso teníamos que encontrar a alguien?... Em... Atenea me dejaba todo claro, excepto el "quien". Bueno, tengo claro que hacer cuando esa persona aparezca, ahora, como identificarla será lo complicado, aunque en esta isla no creo que hayan muchas opciones de donde escoger, a juzgar por lo deshabitado del sector al que habíamos llegado, donde estaba libre de huellas en la arena, de madera u otras cosas, la verdad es que posiblemente sea una isla vacía o... O haya algo muy imponente que aleje a los viajeros.
-Demasiadas preguntas y ninguna respuesta –me dije pensando en el mensaje. Observé a mi alrededor a todos cuanto despertaban y vi a Cyrene, quien aún no daba señales de vida. –Será mejor que vea si está bien- pensé levantándome en su dirección.
Me senté junto a ella y acerqué unos dedos a sus labios entreabiertos, sentí su aliento frío, imperceptible... Ínfimo, tan ínfimo que quizás era mi imaginación. Así que acerqué mis dedos a su cuello y busqué pulso, pero encontré algo tan sutil que también me pareció mi imaginación. Por lo que opté por apoyar mi oído en su pecho y al sentir un leve palpitar en ella, pude al fin respirar tranquila.
– ¿Seguro que esta viva?- preguntó Heracles apuntando a Cyrene, que todavía estaba inconsciente en la arena. Ladeé el rostro, al parecer se había formado un grupo de exploración y otro de recolección... Y yo no me di ni cuenta.
- Seee, eso creo…- acotó Mor y yo asentí.
- Yo ya le revisé el pulso- agregué y me levanté.
Al final quedamos Keops, Amisthy, Mor, Cyrene y yo, encargados de arreglar todo para cuando el grupo regresara y la verdad era que parecía haber bebido mucha agua salada, pues comenzaba a sentir una presión en la cabeza, en mi frente... Una sensación horrible.
Mor comenzó a mirar en todas direcciones buscando una cueva nuevamente, pero como no tuvo éxito, simplemente comenzó a refunfuñar mientras pareaba la arena. Cyrene comenzó a despertar unos momentos después, y estaba tan o más afectada que el resto, que al final se quedó tirada en la arena, junto a Keops, que parecía un muerto naufragado, de no ser por que cada tanto hacía un comentario que nos hacía reír, sabíamos que estaba vivo...
Ya Amisthy y yo buscábamos ramas, pero Mor seguía discutiendo con él mismo.
-Mira, si dejas de murmurar cosas y comienzas a buscar ramas, quizás tengamos fuego para calentarnos un poco -comenté a Mor, este hizo una mueca en mi dirección y se cruzó de brazos.
-Claro... Supongo que querrás secar esa ropa húmeda que se te pega tanto al cuerpo - comentó y tras empuñar mi mano fuertemente, lo miré asesinamente y tomé la rama que tenía en la mano y se la lancé, este, estaba mirando en cualquier dirección menos la mía, así que la rama le dio de lleno en la frente. Y cuando me miró con rostro de: "Te voy a matar", comprendí que era momento de seguir buscando ramas y alejarme.
Repentinamente Amisthy se alejó y comenzó a caminar por la costa, Mor la llamó, pero ella dijo que iría en busca de agua, así que asentimos y por mi parte enarqué los hombros y cuando ya teníamos muchas ramas recolectadas, me senté junto a Cyrene y fruncí el ceño, por lo menos la presión estaba disminuyendo.
Como nadie más hacía nada, Mor soltó las ramas fastidiado y las dejó caer en el suelo junto a las demás, y se sentó a unos pasos de mí y luego se recostó en la arena.
- ¿Para qué quieren una fogata si la arena está caliente? -comentó acomodándose y luego cerró los ojos.
- Tenemos hambre... -musitó Keops
- ¿Y...?
- Que con la fogata se puede cocinar... Mor, no seas pesado- dije mientras lo miraba frunciendo el ceño.
- Ah... Eso -acotó.
- No sé porque lo intentas Epifanía... Los animales no entienden palabras -comentó Cyrene.
- Uh... Pero que ofensa...
- ¡Que desagradable eres!
- Uh... ¿La niñita se enojo?
- ¡Basta! -dije mientras poco menos ponía manos a ambos lados evitando el enfrentamiento.
- Dile a él...
- ¿A mi? Ja.
- Ya Mor, para... -dije mientras le dirigía una mirada.
- Y ahora tu... -comentó y frunció el ceño.
-¿Quieres discutir conmigo?
- No dije eso... Pero si quieres evitar problemas, lo mejor será que muestres ese papelito brillante que tienes en la ropa.
- ¿Ah?
- ¿Qué papel brillante?
- Ninguno -musité y miré a Mor entrecerrando los ojos.
- ¿Mor? -preguntó Keops... Y miré a Mor y este sonrió levemente y luego se aguantó la risa.
- No... Ninguno -dijo mientras negaba con la cabeza.
- Ah... Ya Mor está cayendo presa del calor -acotó el chico y yo me levanté y miré a Mor.
- Ven -dije y este enarcó una ceja, hizo una mueca y negó.
- Otro día sacerdotisa... Ahora quiero dormir... -comentó y yo le miré.
- Ven... Por favor - acoté y mi rostro serio le hizo levantarse, fastidiado y quejándose por como fuera posible.
- ¿Qué paso ahora? ¿Qué hice? -preguntó y yo continué caminando por la orilla del mar. Lo pensé dos veces y saqué de mi ropa el papel.
- Leelo... -musité y él dudó unos segundos, luego tomó el papel y lo leyó -¿Por eso tanto alboroto?
- Lo mismo digo -comentó enarcando una ceja.
- Pues mi problema no es compartir la información... Mas bien es que no se que puede significar... Pero es importante.
- Por el papel diría que viene del olimpo... - asentí - ¿Atenea? - y mi mirada se clavó en sus ojos y tras tragar levemente saliva, volví a asentir.
- Se supone que ayuda -dije y me arrepentí del comentario - Pero no se que es, de nada sirve que lo difundamos si no tiene sentido -comenté y repentinamente sentimos a Amisthy anunciando que había encontrado agua dulce, y estábamos tan sedientos que ninguno pensó dos veces en ir a beber, claro, Mor partió primero y yo me detuve un segundo, grité a los chicos que había agua dulce y luego seguimos los pasos se Amisthy.
La chica estaba sentada al borde bebiendo, me acerqué a su costado y comencé a beber agua nuevamente... -Esperen... ¿El papel? -me pregunté y luego lo recordé en la mano de Mor. Bueno, ya se lo pediría, ahora, el agua...
by KatrinaxStevens