10.7.10

Cap 42


Epifanía

La comida… La comida era esplendida. Su sabor, su textura, su preparación… ¡Todo! Todo era perfecto… jamás antes vivido, nunca me había sentido tan libre, tan desenfrenada. ¿Qué pensarían las otras sacerdotisas de Atenas si me vieran bailando sobre una mesa, rodeada de grandes hombres, cantando y riendo sin escrúpulo alguno? Seguramente me odiarían… Jajaja
Tomé los brazos de Herotarco y comenzamos a girar, repentinamente sentí las manos de Heracles unirse a nuestra ronda y después creo que era ¿Adelphos? Qué más daba… Quien sea… Todo era muy alegre, tan feliz, tan… ¡Tan entretenido!
Bajé de la mesa y ménense a danzar en el centro de la gran sala. Un hombre a lo lejos me miraba, yo solo le sonreía pues no lo conocía. Se acercó a mí una de las bailarinas y luego de amarrar a mis caderas una hermosa seda roja se puso a bailar junto a mí. Seguí sus pasos lo mejor que pude en este estado de total felicidad. Bailábamos, reíamos, la muchacha era muy encantadora y parecía que compartía nuestro estado de felicidad.
Repentinamente tomó una de mis manos y me llevó afuera, a una gran fuente de aguas cristalinas. Nos introdujimos en ella, riendo, bailando y cantando. El agua repentinamente cambió a un color negro y mostró un cielo estrellado, idéntico al que muestra la fuente de Atenea. Miré a la muchacha, quien seguía bailando por las aguas, me sonrió y luego se acercó a mí. Tomó mi rostro y lo acercó al de ella. Lo acercó demasiado. Cuando creí que me besaría la alejé con un empujón, con el que caí de espalda en el agua, y ella también. Ambas comenzamos a reír estrepitosamente.

-¿Me querías besar? –pregunté mientras reía estrepitosa. Ella asintió y se levantó, para bailar nuevamente por la fuente de aguas negras.
-Eres muy bonita –confesó mientras danzaba y reía.
-También eres linda… Jajajaj… Pero creo que no me gustan las mujeres –continué mientras me levantaba y reía y bailaba junto a ella –Además estoy algo delgada –comenté nuevamente, fruncí el ceño y ella comenzó a reír estrepitosamente otra vez. Me reí también.
-Sí, claro. ¿Delgada para qué? –preguntó entre risas.
-Em… marido –confesé y luego lo pensé de nuevo –¡Espera! Yo no quiero un marido –acusé y comencé a reírme otra vez.
-Entonces estás perfecta –dijo nuevamente y volvió a tomar mi rostro entre sus manos y me acercó nuevamente.
-¡Qué no! –acusé y volví a reír.

Me alejé de ella y comencé a caminar en dirección al gran salón donde estábamos antes. Entré y noté que había pasado fuera más tiempo del que creía. Keops estaba sentado junto a Herotarco, riendo, comiendo y bebiendo. Por otro lado, Mor y Adelphos se encontraban rodeados de mujeres, de las bailarinas, quienes los atendían, les daban de comer y beber… ¡Ja! Y también los besaban y lamían por donde les habían echado miel antes… Y Heracles se encontraba más allá, junto al rey Paris, ambos se abrasaban y besaban y luego reían y su ave también estaba con ellos, pero picoteando la cabeza de Heracles, pero ese no la tomaba en cuenta.
Entré sonriente, seguida de la bailarina de antes. Comenzamos a bailar nuevamente. Repentinamente alguien tomó mi mano. Me giré y vi al mismo hombre que antes me miraba. Sonreí y comencé a bailar con él. Bailamos y bailamos hasta que los pies ya no me podían doler más. Y cuando me fui a sentar, el me ofreció un lugar mas cómodo para descansar. Sin desconfiar, lo seguí.
Llegamos a un balcón que mostraba un hermoso paisaje de playa junto a un valle. El cielo totalmente negro y las estrellas brillando estrepitosamente.
EL hombre tomó mi rostro e intentó lo mismo que la bailarina de antes, pero moví mi rostro y en vez de besar mis labios, besó mi cuello, bajó hasta mi clavícula y luego a mi hombro. Negué con la cabeza mientras lo alejaba, pero tomó mis manos y las besó, posó una en mi cintura y la otra en mi cuello. Me acercó en un nuevo intento de beso y cuando estuvo a punto de besarme otra vez, volví a correr el rostro. Sonreí levemente al sentir su nariz en mi cuello, la forma en que me acariciaba y en que besaba mi cuello, todo era perfecto, él, su cuerpo, sus besos… Todo. Pero yo jamás había hecho algo así, y ahora no sería el momento. Lo separé de mí, sonreí y salí de aquel balcón.
Llegué a la sala, me acerqué al rey y mientras reía, le pedí un lugar donde poder dormir un poco… Estaba tan feliz, que lo único que quería hacer era abandonar aquel estado corpóreo y dormir y dormir y no dejar de dormir jamás… Olvidando todo, nada importaba ahora… Nada.

Minutos más tarde~

Me lancé en la cama de seda y telas brillantes. Me quité la seda roja que me había puesto la bailarina y me quedé con mis livianas túnicas. Comencé a danzar nuevamente por la habitación mientras bebía del licor que habían dejado y cuando ya no sentí mis piernas, me lancé a la cama y me dormí…

By KatrinaxStevens

Cap 41


Keops

Sólo recordaba, estar ayudando a Mor a izar las velas con muy poco éxito cuando de repente un relámpago me cegó, y caí al suelo, luego de eso sólo la oscuridad, fría y salada. Me desperté en aquella isla junto a mis demás compañeros, era más que obvio que eso era un trabajo de Poseidón, sino probablemente ya estriamos muertos, en fin nos levantamos y exploramos el lugar hasta encontrar aquella villa.

La gente era increíblemente feliz, pero en mis años de experiencia sabía que la gente si algo no era en ese mundo, eso era ser feliz, por eso la desconfianza fue inmensa, a pesar de todo al analizar las cosas, ellos Vivian en una isla la cual no figuraba en nuestro mapa, a lo mejor estaban simplemente aislados del mundo de los dioses y no sabían nada de nada sobre las desgracias que ocurrían a diario en el resto del continente.

Es noche en el banquete, pasó la cosa más extraña que había visto en mi vida, aquella sacerdotisa, epifanía casi chupándose los dedos por aquellos lotos, un comportamiento bastante extraño, sin embargo a lo mejor tenía mucha hambre, aunque no era tan tonto para creerme eso. Aunque al ver a los demás comer ese fruto me dediqué al mío, y entonces me vino una sensación que no me venía desde que mi cuerpo realmente envejecía.

Era una sensación de desborde, la cual había experimentado cuando en uno de mis encargos me introduje en un bar para asesinar a un supuesto rebelde a la causa de los dioses y por malas pasadas de la vida y el asar una copa de licor legó a mi mano. La sensación era maravillosa, sentía que todo se iba al cuerno y que podía hacer lo que quisiese, mi cuerpo se movía sólo. Lo único que quería era deshacerme de toda esa energía, caminando.... no mejor corriendo.

Era curioso como todos actuábamos en ese festín, el espartano bailando con la sacerdotisa, Adelphos abrazando a un árbol mientras Mor reía por lo bajo. Heracles también estaba en el mismo estado que el espartano y yo corriendo por todo el salón, esa sí que era una fiesta divertida.

By Silva

Cap 40


Herotarco

Estaba cada vez más feliz. Sonreía y agitaba en alto la copa de vino.
Comí otro loto.
Todo eran risas... música...
Mujeres...

Me subí a la mesa y me puse sobre una mano.
Luego cogí con un pie un escudo y sostuve con la nariz mi lanza.

Luego me cambié de mano y caí, al no darme cuenta que era imposible hacerlo todo junto.
Se oyeron risas.
Reí yo.

Cogí a Epifanía con una mano y empezamos a bailar sobre la mesa.
Mientras las cosas chocaban yo reía.

- Míralos. Parecen profesionales.

- ¡Eso espartano!

- ¡Genial sacerdotisa!

- ¡Para estar tan delgada no lo haces mal!

Bailé y la mesa se rompió bajo nuestro peso.

Y reí y pusieron otra mesa.
Y subimos a la mesa, y más gente se animó, pues ésta parecía más resistente.

- ¡Príncipe! ¡Sube! ¡Muerto! ¡Tú también! ¡El del pájaro! ¡Y el fuerte ese! ¡Vamos! ¡Bailen!

Y bailamos haciendo chocar los pies, cruzando las manos, mientras la música sonaba bailamos.

By 1ñ1g0

Cap 39


Adelphos

Era el tercer loto que devoraba, la sacerdotisa también comía sin parar esas cosas al rato de haber comido eso todos comenzaron a sonreír y después a reír frenéticamente todo era diversión en esos momento, la misión no nos pasaba ni por la mente mire a Epifanía fanfarroneando con Heracles y Herotarco, a Keops saltando imperativamente en cuanto a mí y Mor estábamos molestando a las mujeres mientras todo se hacía cada vez más divertido reí cosa que no hacía.

-¡Ey mor! -dije y después solté una carcajada.
-¡Qué pasa principito! -me dijo el guerrero en tono de ebrio.
-¡Ya viste esas preciosuras que están allí paradas! -le dije señalándole.
-¡Son árboles! -me dijo irónicamente.
-¡Oh si, si es cierto hahahahahaha no lo había notado!

Todo era diversión, nada nos importaba de pronto el rey se me acercó y me abrazo fraternalmente, mientras yo también abrazaba a Mor de la misma manera.

-Óigame mi rey de chocolate -le dije en tono risueño.
-¿Qué pasa mi invitado?
-Dígame... Adelphos
-Dime Adelphos
-¿A también se llama Adelphos?- le pregunto como un ebrio
-Nooo... Que me digas que quieres.
-Qh haha Nada ¡Hahahahahaha!

Mor tiro también una risa y todo era de cierta forma serena pero algo en mi ser me desea que no todo fuera así de divertido y tranquilo....

By Hunterhelmsleyhearst

Cap 38


Mor

Cuando vi el rayo caer y este precipitarme unos metros hacia atrás, todo me quedo claro, esto no era una tormenta normal, era una tormenta hecha nada más ni nada menos que por Poseidón y su hermanito… Zeus, con más fuerza y fiereza me esforcé en mi labor, pues cuando intervenían los dioses, nada podía salir bien…
Ya llegar con la embarcación hasta la orilla era un sueño, un sueño que iba desvaneciéndose a medida que los metros de las olas aumentaban y embarcación iba cediendo. Todo lo que siguió fue agua, agua, agua por montones, movimientos bruscos, velas rotas, maderos, agujeros y un inminente naufragio…

No sé cuánto rato~

Escupí agua de mar, arena… molesto, no podría tener otra emoción, y claro, mascullar entre dientes “Maldito Hades, estúpido Hades…” y otros improperios a mi dios…Me levanté y quité la capa negra que pesaba casi diez veces su peso habitual por el agua y me sentí casi desnudo, mi piel pálida advertía que era muy poco el tiempo que pasaba por el sol, y por supuesto, mi odio a Apolo, ¿Y cómo no odiarlo? Viví casi toda mi ida en lo oscuridad, me senté y verifique que no me faltara un brazo, una pierna o algo por el estilo, y mi machete, claro, mi machete, si este faltaba, era peor que perder todos los miembros juntos…
Me senté, coloqué la capa en mi brazo y vi como todos comenzaban a hacer lo mismo, escupir arena, agua, verificar que estuviesen bien y ayudar a levantar a los otros… Cosa que también tuve que hacer… Estúpida cortesía e integración al grupo…

-¿Están todos bien?- preguntó Keops y todos respondieron afirmativamente, unos ladearon la cabeza, otros seguían escupiendo agua pero de pies, Epifanía estaba algo mareada y el ave rara de Heracles intacta… Estúpida ave… si, el agua me ponía de mal humor…

Así que comenzamos a caminar por la isla, que a primera vista parecía desierta… pues caminábamos y caminábamos y no había nadie, siquiera un explorador, nada…

-Mor… veo que te hace falta un bronceado, pareces un muerto…- molestó Epifanía.
-Gajes del oficio- mascullé entre dientes inaudiblemente.
-¿Qué dijiste?- preguntó Epifanía.
-Nada… solo que el agua, hace que se trasluzca la tela y que se vea más de lo que desearías…- ronroneé y ella acusó la mirada molesta.
-Esta mojada y pesa un montón, pero por lo menos no dejara que se vea tu flaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaca figura- volví a ronronear pero ella me interrumpió.
-Ya entendí Mor, ¡Ya cállate!- gritó y todos miraron.
-Yo solo trataba de ser amable- respondí en mi defensa… y la verdad es que Epifanía no iba a aceptar la capa, pero al ver que era verdad, me la arrancó indignada con sus manos y se la puso.
-De nada…- musité.
-¡Hay, cállate Mor!- dijo molesta.
-Está bien, está bien…- dije alzando las manos sobreactuando la escena y retirándome de su lado, para ponerme al lado de Heracles y su ave súper alimentada…
-¿Te diviertes molestando a Epifanía?- musitó Heracles riéndose.
-Seee es entretenido, se irrita con facilidad…- dije sonriente.
-Estas tan blanco como un cadáver Mor.
-Gracias…- dije con una sonrisa estirándome, Heracles frunció el ceño, al parecer intentaba molestarme, pero eso… no era un insulto del lugar de donde venía.

Caminamos y caminamos, no sé cuánto, hasta que ya no teníamos pies, cuando por fin logramos divisar varias columnas de humo… ¿Estábamos salvados?... Eso espero y si no… No pude no evitar poner la mano en el mango de mi machete y sonreír…

Más rato después~

-Bienvenidos sean extranjeros, a nuestra querida Isla…- musitaron varias mujeres con unas sonrisas, tomándonos de los brazos a todos y llevándonos con una felicidad, una euforia y una dionisiaca manera… tanta felicidad, no era de este mundo ¿o sí?

Miré hacia todos lados y no solo eran las curvilíneas chicas, no, eran los aldeanos, los niños, los ancianos, me atrevería decir que hasta el ganado, andaba feliz, tranquilo, era como… Un tártaro pero al revés… Extraño… Considerando a que no estoy acostumbrado a tanta… risa y fiesta.

Nos llevaron a un palacio, y su rey era igual, sus siervas estaban a su alrededor con platos de plata y oro llenos de ese fruto que había visto en todos lados, enarqué una ceja, tanta felicidad me parecía francamente sospechosa, pero al parecer eran sinceras, realmente se sentían felices y no pude no mascullar.

-En que diablo me has metido Hades…-

Y el rey feliz y contento, nos ofreció refugió, cortesía su estúpida sonrisa de humano segado por la felicidad y un banquete… Pero antes del banquete optamos mejor por un baño y poder secarnos, estábamos hechos un desastre y yo quería ya devuelta mi capa, ya tenía frío…

En la noche~

-Sean bienvenidos extranjeros a mi Isla, yo seré su anfitrión, mi nombre es Paris espero que todo sea de su agrado, sean bienvenidos amigos míos y buen provecho- dijo alzando una gran copa de vino y comía un poco más de ese fruto.

Y una cantidad de sirvientes se desplegaron con bandejas y bandejas con manjares, y manjares, con ese único fruto, como que los platos eran, loto picado, ensalada de loto, loto cocido, loto con salsa de loto, loto asado, loto molido, caldo de loto, loto, loto y más loto, a primera vista desconfiamos y quien no, todo era de loto, nos miramos a las caras, esto debía ser una broma, un envenenamiento, o algo por el estilo… Y el rey vió nuestra cara.

-¡Oh! Queridos amigos, espero que disculpen, pero esto es lo único que comemos, es de lo que la isla nos provee y es delicioso se los aseguro- musitó mientras se tambaleaba un poco hasta nuestra mesa, me atrevería decir que estaba medio ebrio, pero al parecer eso era normal aquí... se acercó a nuestros lugares y comió y probó varias de nuestra comida… -¿Ven?, por Zeus amigos, como pueden pensar que he de envenenaros…- musitó mientras se apoyaba en el hombro de Adelphos y comenzaba a sollozar -Yo lo único que quiero es hospitalario, extranjeros, como puedo comprobaros que nos los enveneno…- dijo entre jadeos, lágrimas y moco… todos miramos… el tío de horas atrás me agradaba, pero este tío con vino encima, era… penoso…

Todos nos miramos… Era verdad, el rey no había muerto, ni las otras sirvientas y ni sirvientes que comían a nuestro alrededor… Así que Epifanía tomo un Loto y todos la miramos… como lo observaba, lo olía, se lo metía a la boca y lo masticaba lentamente…

-Epifanía…- susurró Adelphos, a modo reprobación ya que había sido algo imprudente de su parte.
-Oigan, está súper bueno…- dijo tomando más frutos y comiéndolos, todos volvimos a mirarnos con desconfianza.
-Por Zeus coman… esta supero rico…- dijo casi chapándose los dedos, todos sujetamos un fruto, los miramos, lo olimos, lo examinamos y lo probamos con desconfianza… Todos masticaron cuidadosamente.
-Mmmm- dijo Keops.
-No está mal…- musitó el espartano.

Heracles comió otro poco más y quiso darle hasta el ave pero esta no quiso quizás no estaba en su dieta.
Adelphos, examinó el tercero que se comió intentando descifrar que era.
Mientras yo, pues yo comía el segundo, y lo saboreaba bien, sabía bien y no estaba envenenado, era comida y había por montón en la mesa, unas bailarinas se presentaron y minutos después todos reíamos, todos conversábamos, era extraño… es muy extraño este lugar… pero tienen buena comida…

By Double_Angy

9.7.10

Cap 37


Adelphos

Menuda tripulación, navegar no era lo nuestro pero se hacía lo que podíamos mire al espartano inutilizado a mi parecer el mar le mareaba.

-Espartano has algo -le grite mientras seguía dando cursos y ordenes -¡Poseidón¡- grite a los cielos en reclamo al dios de los mares mientras trabajábamos.

Las olas azotaban el casco y una que otra cubría la cubierta de agua era una tormenta increíble -¡Malditos dioses!- grite de nuevo para molestar más a Poseidón y al resto de los dioses, un rayo cayó del cielo... Zeus... musite en silencio, el rayo impacto una vela destruyéndola por completo.

El resto fue ajetreo y movimientos brusco en extremo, un golpe de agua me paso en la cara Poseidón nos quería acabar de una vez por todas.

-Adelphos, el barco está muy dañado -me dijo Epifanía empapada en agua un poco preocupada
-Demonios, malditos dioses.
-Que haremos.
-Esperar.

Vi como la velas estaban muy dañadas y una ola nos golpeó ya era mucho estábamos acabados.....

Abrí los ojos .

-Tierra...-musite mientras escupí un poco que había entrado en mi boca mire al resto levantándose y me dije a mi mismo "si Poseidón busca eliminarlos por que llegamos a salvo a la costa" había otra fuerza que nos ayudaba ¿O qué?, me acerque a Epifanía y le desperté ayudándole a levantarse mientras el resto abría los ojos aun llevaba con migo el cuerno me di a una idea en que lo usaría.

By Hunterhelmsleyhearst

Cap 36


Herotarco

Aquello era demasiado.

No soportaba el mar... Pero encima, una tormenta...
El barco se envaró.

- ¡A estribor!
- ¡Iza la mayor! ¡Se va a desprender!
- ¡Atentos al timón!
- ¡A babor! ¡Nos estamos yendo demasiado a estribor!
- ¡Atentos! ¡Virad de nuevo!
- ¡Volcamos!
- ¡No aún! ¡Aguantad! ¡Espartano! ¡Haz algo!
- ¡Lo intento! ¡Pero ya me iba mal... ahora peor!
- ¡Cuidado con la ola!
- ¡A estribor de nuevo!
- ¡Se está envarando demasiado!
- ¡Cuidado con la mesana! ¡Recogedla!
- ¡Nos vamos! ¡Nos vamos!
- ¡Cuidado!

Y todo se hizo negro.
Al despertar, sólo vi que estaba en una playa. Escupí arena.

¿Qué demonios? ¿Qué? Oh...
Y me volví a desmayar, incapaz de mantenerme más de pie.

By 1ñ1g0

Cap 35


Heracles

Habíamos llegado al barco, el camino no había sido fácil pero lo habíamos logrado. He de admitir que esta era la segunda vez que me subía a un barco, pero a pesar de eso no me sentía mal o algo por el estilo. Mire a Herotarco. El sí parecía tener conflictos con el mar... Pero era fuerte y lo sobrellevaba. En mi primer viaje vi gente muy mareada, vomitando hacia el mar prendidos de las barandas, sentados en algún rincón que los tranquilizara... Entre otras. Por suerte no era de esos. Mire a los chicos, en especial a Mor, pero no me concentre en él, sino en Midhos... El volaba libremente sobre el barco siguiéndonos, todavía me sorprendía de lo que había hecho con esos guardias, la forma con que los mato, tan silenciosamente, tan perfecto. No cabía ninguna duda de que era especial, ¿pero porque? ¿Acaso era una especia de ave súper poderosa? Perteneciente a los dioses tal vez, pero de algo estaba seguro, me había ayudado y con eso se había ganado mi confianza... No dejaría que nadie le hiciese daño o algo por el estilo, aunque recordando de nuevo, se sabría defender bien.

-¿De dónde vienes Mor?- susurre para mi mirándolo, me intrigaba. No tenía certezas de nada, solo sabía que había matado a Dédalo, ósea que nos había ayudado, ¿no? En fin, me acomode mirando el mar... Allí, en alguna parte se encontraban los problemas...

Finalmente parecía que Poseidón nos decía que estaba ahí, presente para demostrar por qué era un Dios. El agua se movía muy bruscamente meciendo el barco de forma peligrosa, de inmediato Adelphos empezó a dar órdenes. Mor controlaba las velas para que el barco no se diese vuelta, Herotarco se mantenía pero creo que se resistencia flaquearía en cualquier momento, Keops estaba disponible para hacer cualquier cosa que le mandaran a hacer... Mirando a Epifanía que ayudaba a Keops me acerque a ellos dispuesto a ayudar también. Recordé un momento lo sucedido con Epifanía, ¿era de esas sacerdotisas que podían entablar una comunicación real con algunos dioses? De ser así, vaya... Mejor pienso luego.
-¡Rayos!- exclamo Adelphos al ver una ola que se alzaba sobre el barco descargando su furia sobre nosotros.
-¡Préndanse de algo!- grite mientras me prendía de la baranda, Keops iba a hacer eso pero por una muy mala suerte resbalo y cayó al suelo, el agua le dio casi de lleno pero logre tomar su mano, la ola paso y vimos cómo se había llevado todo lo que no estaba fijado en cubierta.
-Vaya... Gracias Heracles...- dijo el, lo mire y asentí. Mientras el barco se mecía, mire a Mor, luchaba con las velas. Corrí hacia él, casi caigo por un movimiento del barco pero me mantuve de pie... Pude llegar hasta el ayudándolo. El me miro esperando alguna mirada de enojo o desconfianza de mi parte pero se sorprendió un poco cuando lo mire tranquilo, bueno... Lo que se podía con la situación. No importaba si sospechaba de él, debíamos colaborar para salir de esta.
-¿Qué haces?- me pregunto el mirándome fijo.
-Te ayudo- musite mientras intentaba manejar las velas, el me miro un momentos pero luego volvió al trabajo. La tormenta había obligado a Midhos a adentrarse en el barco. Entre Mor y yo lográbamos controlar las velas, mientras que Adelphos tomaba el control del barco.
-¡Tierra!- grito Epifanía señalando el horizonte... Si, a pesar de la tormenta podía verse.
-¡Entonces vamos para allá!- dijo Keops, en ese momento otra ola grande azotaba la nave haciendo que Mor yo tuviésemos que hacer un gran esfuerzo.

Adelphos empezó a dar indicaciones, intentaríamos llegar a esa isla. Parecía complicado pero trabajando juntos lo lograríamos.

By Silius

8.7.10

Cap 34


Epifanía

-¿Crees que podamos completar nuestra travesía?
-Francamente mi joven príncipe...
-No te guíes por la lógica, sigue a tu corazón y respóndeme...
-No es muy propio de mí hablar sin pensar las cosas. Pero podría asegurar que si pensamos con sumo cuidado cada paso a dar y nos encargamos principalmente de cumplir con nuestro deber y no de ir por el camino creando problemas –musité y miré levemente a Mor –Me atrevería a decir que una parte de mí, cree en nosotros –dije y sonreí.
-Entonces… ¿Crees que ganemos?
-Lo creeré cuando vea que somos capaces de vencer la adversidad –musité, sonreí y me senté en el piso del barco.
-Bien –dijo el príncipe y se sentó frente a mí -¿Qué haces? –musitó.
-Comunicación… -dije mientras preparaba unos inciensos frente a mí y los encendía.
-¿Con…?
-Atenea –dije mientras cerraba los ojos, para luego abrirlos nuevamente y ver como Adelphos me observaba –Entraré en trance, no sé cómo actuó cuando estoy en ellos… -advertí, pero el solo asintió. -Está bien… si quieres quédate –musité y volví a cerrar los ojos.

Repentinamente la misma sensación de siempre se apoderó de mí. Un leve mareo en el estómago, una sensación similar al dolor de cabeza, un interminable pasillo negro y luego nada.
Abrí los ojos y frente a mí, la misma mujer de siempre, vestida con su majestuosa túnica color mármol y su armadura dorada.

-Mi diosa –musite mientras hacía una reverencia y luego volvía a mi postura. La diosa me miró unos segundos y asintió. Bajó de su tarima y dejó volar a Niké hasta el lugar que ella quisiera.
-Veo que sigues temerosa de lo que continua –musitó mientras levantaba levemente su túnica y se metía en el estanque.
-Señora… Somos un grupo poderoso. ¿Pero lo suficiente como para lograr nuestro objetivo?
-Son un equipo fuerte. Sí –dijo y estiró su mano derecha y en ella se sentó la hermosa diosa Niké –Pero no serán poderosos hasta que no confíen entre ustedes –acotó.
-Creo que se refiere a Mor –asintió –Pero es que es tan… No lo sé, su aroma, su aparición, su forma de actuar es demasiado… ¡Ah!
-Epifanía…
-Lo siento –respiré hondo –¿Cree que debamos confiar en él? A decir verdad, no creo que sus intenciones sean buenas.
-Lo sean o no, está aquí para ayudar… Creo que deberían reflexionar aquello primero.
-Si mi diosa.
-Confía… Deben confiar entre ustedes. Si se ha unido al grupo, es porque tiene una meta, que se cumplirá cuando completen su objetivo… -dijo y luego de oír lo que Niké tenía para decir, la dejó libre nuevamente –Ven Epifanía –musitó extendiendo su mano derecha hacia mí. Asentí y me acerqué a ella –No deben dejar que los prejuicios se interpongan… Confíen –dijo mientras me mostraba el estanque sobre el que estábamos sumergidas, un vacío infinito.
-Confiaré en él, pero puedo asegurar que no me será fácil.
-¿Ya te ha dado muestras de desconfianza?
-Em… No, pero…
-No -sonrió -Ahora vete hija… Tengo asuntos que atender y ustedes deben estar preparados.
-¿Qué sucederá mi diosa? –pregunté.
-El destino les ha predispuesto una prueba… Supérenla –acotó y sonrió.

Repentinamente la mano de la hermosa mujer me dejó caer y el vacío me absorbió. Caí en un infinito negro y bordeado de estrellas. La calma que siempre demuestro desapareció y cuando creí tocar fondo, abrí los ojos y me levanté de golpe.
Mi cabeza recostada sobre unas cuantas telas, Adelphos sentado a mi lado izquierdo con Heracles junto a él, y a mí costado derecho Keops junto a Mor. Todos mirándome atentos, esperando a que hablara.

-¿Estás bien? –preguntó Adelphos.
-¿Acaso he hablado dormida? –musité rápidamente mientras llevaba mi mano a mi cabeza y reprimía un incómodo sonar que me afectaba los oídos.
-Digamos que caíste y luego elevaste tu mano hacia el cielo, para después dejarla caer junto a ti, dejar de respirar y dejar de moverte.
-¿Qué?
-Qué por un momento creímos que te habías ido al Tártaro –dijo Mor.
-Que felices habrían estado –bromeé e intenté levantarme. Keops y Herotarco rieron levemente, mientras que Adelphos me extendía una mano y Mor no dijo nada -¿Acaso ahora no hablas?
-¿Dónde estabas? –preguntó.
-Necesitaba respuestas y vuelvo a la vida con más dudas –musité negando con la cabeza mientras me acercaba al borde del barco.
-Creo que será un viaje complicado –musité mirando por la borda.

By KatrinaxStevens

Cap 33


Mor

“Bueno, ya es un hecho no le caigo bien a nadie, pero… ¿a quién le importa?” pensé mientras miraba al espartano que le mareaban los barcos marcharse, enarqué los hombros, fui hasta un par de cajas y me tiré ahí boca arriba, con mi cabeza colgando. Suspiré.
-Solo espero que sea lo que esté haciendo Hades, este saliendo según el plan…- musité mientras miraba el cielo azul oscuro. El mar estaba tranquilo, demasiado tranquilo, algo estaban planeando los dioses, y los dioses les gustan divertirse con sus presas, con sus títeres, con nosotros los humanos.
-Solo espero que lo que tengan planeado, no sea demasiado absurdo y podamos zafarnos rápido…- volví a susurrar.
-Eso mismo espero…- musitó Keops que se acercaba a donde yo estaba.
-Buenas Keops ¿Qué lo trae por aquí?- pregunté sin siquiera moverme.
-¿Es que siquiera puedes sentarte normalmente?- dijo Keops mientras se sentaba y recostaba en una de las cajas.
-Eso se lo dejo a señoritas y personas que quieren demostrar la educación con un poco de cortesía… Y pues ahora no tengo nada que demostrar, ni a quien, ni para que…- dije mientras soplaba uno de los mechones que se iban a los ojos. -¿Sabes hacia dónde vamos?- pregunté mientras sacaba el machete y comenzaba a jugar con el reflejo de la luna y el filo de mi arma.
-Escuche que era la isla de los lotófagos…- musitó.
-Extraño nombre para una isla… Me gusta- dije mientras había logrado que la luna se reflejara en mi espada. –A veces me pregunto si el sol sube al cielo por voluntad propia o porque Apolo lo arrea por el firmamento…- susurré mientras bajaba el filo y miraba el firmamento.
-Pues cuando venzamos a Apolo lo sabremos…- musitó Keops.
-Me gusta como piensas chico…- susurré con una sonrisa.

En el Olimpo~

-Esto está demasiado aburrido…- musitó Afrodita mientras su mano izquierda sujetaba su mejilla izquierda y con la mano derecha tomaba una ambrosia y la llevaba a sus rosados labios… -Debería pasar algo entretenido… Ufff… me aburro de tan solo verlos ahí- musitó con fastidio mirando hacia abajo.
-Bueno Poseidón, hermano mío vienen por ti… ¿Qué vas a hacer al respecto?- musitó Hades apareciendo por detrás, todos le dirigieron una mirada fastidiados.-Que calurosa bienvenida… No es necesario que se paren, gracias…- dijo mientras se sentaba en uno de los asientos de nube, más o menos cerca de donde estaban todos.
-Hades, que sorpresa tenerte aquí… ¿Y qué te trae por aquí hermano?- preguntó Zeus sin quitar la vista de la embarcación que yacía navegando en el océano.
-Pues tu sabes, el inframundo es algo aburrido a veces, así que pensé en mis queridos hermanos, tu sabes…- musitó mientras apoyaba la mejilla.
-¡Ya no aguanto más! Esto es aburrido- dijo Afrodita levantándose –Ya no lo soporto, Poseidón haz algo, Dionisio, quien sea…-dijo mientras comenzaba a caminar de un lado a otro.
-¿Y porque no los llevan a dónde quieren?- musitó Dionisio que yacía sonriente con una copa de vino en la mano y todos le miraron –La isla de los lotófagos es un buen lugar... Vamos Poseidón echadle una mano para llegar…- dijo Dionisio sentándose brutamente debido a su estado de embriaguez.
Atenea miró preocupada al barco, y le hecho una mirada a Hades, que miraba pensativo la embarcación.
-Me gusta…- ronroneó Afrodita mientras volvía a su cómoda celeste y miraba la embarcación, y después, susurró al oído de Poseidón. –Y que sea una buena mano…- volvió a ronronear mientras pasaba su mano izquierda por el cabello de Poseidón, y este esbozó una sonrisa ladeada complacido.

En el barco~

De pronto el mar comenzó mecerse violentamente, mientras en el cielo amenazaba una tormenta.
-Todos alerta, tomen una posiciones…- ordenó Adelphos que se movía de un lado a otro dando órdenes.
-Por Hades…- musité mientras levantaba suavemente, ya Keops se había levantado e ido a ayudar. Yo los miré a todos, no iría allá para que me diesen una orden, no andaba de humor... así que me puse en un punto estratégico para sobrellevar la tormenta, en las velas. Un lugar donde sí o sí tendrían que poner a alguien.

Y las olas pasaron de pronto de ser normales a ser del porte del barco o quizás más alta, tendríamos que esforzarnos si queríamos llegar vivos a donde quiera que fuésemos o si no zozobraríamos. Miré hacia los lados. Bueno zozobrar es un término que se los dejo para los navegantes normales… no para los que retaron a los dioses. Volví a mirar.

-Pero por si sale mal…- musité mientras tomaba una de las sogas que controlaban a las velas y comenzaba a guardar en mi mente y a localizar, todas las posibles cosas con las que pudiese flotar en el bravo mar de Poseidón…

By Double_Angy

Cap 32


Herotarco

Había algo que no admití a mis compañeros.
Los barcos me mareaban.
Fui entrenado para luchar en tierra firme, no en el mar.

Cuando el bamboleó se intensificó sentí que mi cuerpo quería desprenderse de lo que había comido.
Pero debía ser fuerte.
Debí aguantar para que la travesía fuese bien.

- ¡Espartano! ¡Ya veo que no te sienta bien este viaje! -gritó Mor-.

Me giré y me encaré con él.

- Mor... No tientes a la suerte... No juegues conmigo. No me gusta tu forma de ser. Pero he de aceptarte porque los demás te han aceptado. Y sí, puede que me siente mal el barco pero no pienso perder mi compostura. Lucharé con mi coraje. Con mi honor. Algo que no todo el mundo posee. No me gusta el olor a azufre que desprendes ni la pavonería que demuestras frente a la gente. Así que Mor, seas quien seas, no me molestes.

- ¿Esa es la integridad espartana? ¿No erais gente valerosa que debía hacer caso omiso a sus sentimientos en el campo de batalla?

- Ésto no es un campo de batalla... Mor...

Me dirigí al puesto de vigía. Seguramente el ave podría hacer mejor el trabajo pero ahí arriba nadie vería mi incomodidad. Me senté tranquilo y otee el horizonte.

- No hay nada... aún -musité-.

By 1ñ1g0