28.1.12

Cap 212

Cyrene & Heracles

Volví a abrir los ojos tras sentir una mano en mi hombro y escuchar la reconfortante voz de Heracles, me levante del intento de camastro frotándome con una mano los ojos y alzando después la vista para mirarlo.
-No sé cuándo me quede dormida de nuevo… Salí a dar un recorrido pero uno de esos tipos me vio y tuve que fingir que iba al baño… Fue muy incómodo… Terminé volviendo a este cuarto.

La miro y no pudo evitar sonreír. Le agradaba mucho esa niña, la manera que podía de pasar de ser tranquila y de aspecto tierno a intentar un homicidio contra Mor. Al igual que a las demás mujeres del grupo, la protegería con su vida de ser necesario.
-Te entiendo, no es fácil andar por ahí...- le dijo recordando su misión espía -En fin, debes venir a comer algo... Por la pinta de estos tipos, si yo fuera tú, no tardaría mucho en ir o te quedaras sin comer- le dijo esbozando una sonrisa ladeada.

-¡Eso no!-comenté ya totalmente despierta y adelantándome a la puerta, tenía demasiada hambre, me detuve un momento mirando la puerta y después a mi compañero.
-…Heracles ¿Crees que realmente podamos ganar?... Porque… No hay ni la más mínima posibilidad de dar marcha atrás.


¿Ganar? ¿En realidad al terminar todo podían decir que habían ganado? Esperaba que sí...
-Aunque hubiera una mínima posibilidad de dar marcha atrás, puedo asegurarte que no lo haría...- respondió a medias el corpulento guerrero mientras avanzaba hacia ella y abría la puerta, mirándola. -Tengo mucha fe en que podemos conseguir nuestro objetivo- le acoto dedicándole una última ligera sonrisa y abrió la puerta para ir a comer lo que sea que hubieran preparado esos sujetos.

Sonreí, sin dudar un segundo, mi objetivo era aquella palabra llamada libertad, pero aun no entendía del todo que significaba cuando la empleaban otros, y tampoco lograba pensar en que significaría para mí una vez aquello hubiese terminado, lo que si esperaba, era poder seguir de pie para gritarle al mundo “soy libre”.
- Tengo mucha hambre… Así que seguro me comeré lo que sea.
Sonreí más animadamente mientras salíamos del cuarto, aun trataba en vano el arreglar mi cabello a como lo había dejado Epifanía antes de subir al bote pero nada… Me había despeinado tras dormir como un tronco.
Había estado todo sumamente tranquilo, cosa que se me hacía bastante rara considerando que ya habíamos matado a otro dios, y conociendo a Artemisa como creía que lo hacía, seguro que nos daría caza en la mejor oportunidad… Y yo me había quedado literalmente sin armas.

-No sé si será el barco, o qué, pero hambre es lo último que tengo- dijo Heracles. Estaba más preocupado por hablar con sus compañeros lo antes posible... Sin duda estas personas ocultaban algo, y Heracles sospechaba que.
Caminaron hasta ver la delgada silueta de Keops, por lo que rápidamente caminaron hacia él. Cyrene no lo notaba, pero Heracles había detectado muchas miradas sobre ellos, pero no iba a decir nada... No iba a preocupar a la chica.
-Acérquense... Esto esta delicioso- dijo Keops que parecía más revitalizado que todos. Heracles miro a Cyrene y le susurro.
-No te olvides del plan y de nuestra "familia"- Cyrene entendió y asintió con la cabeza de forma disimulada.

Fue bueno que comentara eso pues poco más y me comportaba como siempre lo hacía, guarde la compostura lo mejor que pude y caminé hasta situarme en un lugar frente a Dinethos y que quedaba al lado de Adelphos, mi supuesto novio me saludo cortésmente y respondí con una sonrisa mientras miraba la comida, no estaba muy segura de sí servirme yo misma o esperar a que alguien lo hiciera. No sé cómo se comporta una chica noble. Miré al príncipe en señal de auxilio.
-¿Qué debo hacer? -susurré muy bajo para que solo él pudiera escucharme, Heracles se había sentado en el lugar que quedaba justo al lado mío.

Si le hubieran pedido que fuera sincero, Heracles hubiera gritado que no tenía la más mínima idea de cómo se comportaba gente de la realeza. No obstante, eligió la opción más inteligente y miro a Adelphos esperando que este tuviera más idea que él. Este recibió su mirada, y como si hubiera entendido a la perfección su mensaje, se levando de su asiento delicadamente y tomando una bandeja de metal algo deteriorada, le sirvió algo de comida a Cyrene.
-Gracias- le respondió ella sonriendo nerviosamente.
Heracles sentía las miradas de todos los "piratas" sobre ellos, observando sus modales, intentando a cada acción ver si podían hacerles pisar el palito. Pero el guerrero estaba dispuesto a fingir de la mejor manera posible hasta que la "cena" terminara.

Tan disimuladamente como nos era posible, Adelphos me explicaba como tomar los pocos cubiertos que había al lado de mi plato, como sostener un vaso, en fin, estaba hecha un manojo de nervios y sonreía aun cuando trataba de gritar desesperadamente que no entendía nada de aquello. Comer despacio y esas cosas no iban conmigo pero al parecer no lo hacía tan mal pero apenas si comí lo suficiente como para sentirme ligeramente satisfecha y deje el asunto por la paz, no se podía comer a gusto cuando todos te miran… y algunos de formas bastante desagradables.
-¿Cuándo podremos bajarnos de este barco?-pregunté por lo bajo bastante incómoda con la situación, e imaginaba que Epifanía debía estarlo pasando peor.

-Tranquila... Al parecer lo estás haciendo bien- le susurro Heracles sonriendo de forma que si parecía un hermano, a pesar de la abismal apariencia física. Luego miro a Adelphos y le dedico una mirada de aprobación y admiración por su manera en que había ayudado a cubrir su mentira.
La mirada de los piratas comenzaron a cambiar... Tal vez esperaban a que Cyrene comenzara a devorar la comida con las manos, pero gracias a Adelphos, no paso. La mentira empezaba a afianzarse.
Lentamente, la cena comenzaba a llegar a su final... Y Heracles ya había comido lo suficiente, solo quería hablar con el grupo.

Terminando la cena nos vimos obligados a dejar nuestros lugares, y ya que yo vivía bajo la protección de mis hermanos ficticios, Dinethos haciendo papel de novio, prometido o lo que sea que se supone que era, se acercó y tomó una de mis manos en cuanto me levanté de la mesa y tras besarla se retiró con Keops, que se reía disimuladamente de la cara de sorpresa que tenía y que no duró más de unos segundos gracias al disimulado codazo de Amisthy quien junto con Rea caminaban a mis costados con Heracles y Adelphos detrás, lo mejor hubiera sido reunirnos en mi cuarto pero como seguro estarían vigilándonos todavía, esperaríamos un poco para hablar todos.
-Eso me ha sorprendido-comenté en voz baja y Amisthy me miró molesta.
-Si hubieras gritado seguro nos matan… Solo fue un saludo, un saludo.-contesto la chica enarcando una ceja.
-No estoy acostumbrada… Si hubiese estado en mi isla… Ya lo habría golpeado.
Rea negó con la cabeza caminando sin decir casi nada. No tuvimos que esperar demasiado para constatar que el grupo de aquél barco se habían reunido en otra parte por alguna razón, así que nosotros podíamos hablar ya más tranquilamente.


Heracles noto algo raro, en las miradas que se echaban los sujetos mientras se retiraban aparte. Miraban el mar con mucha inquietud. ¿Qué estaba pasando? Sea lo que fuera, tenía la sensación de que no era nada bueno. Debían hablar en cuanto antes.
-Hubiera jurado que recibirías un lindo golpe... Que suerte que tu novia se controló- bromeo Mor una vez que estuvo el grupo reunido, solos.
-Mor...- le reprocho Epifanía. Este alzo una ceja con cara de "¿Y yo que hice?".

-Bien... Tal vez no tengamos otra oportunidad como esta en un buen rato...- comenzó a decir Adelphos, quien miro a Heracles.
-Si...- dijo este mientras sacaba con disimulo el objeto que había encontrado en aquella habitación. Epifanía y Mor lo miraron con mucha curiosidad. -Y no solo esto... Había otras tantas cosas...- agrego Heracles, contando sobre los demás objetos, y todas esas personas con graves heridas. La mirada de los chicos era más que confusa.
-¿Que significa toda esa información?- pregunto Amisthy.
-Al principio tenía dudas...- comenzó a decir Mor -Pero con esto... No me cabe duda alguna... Estas personas son piratas, cazadores de tesoros mitológicos- agrego, dejando a más de uno con la boca abierta.
-Pienso como Mor...- dijo Adelphos -Y eso puede que sea algo bueno... O no- acoto.
-¿Y qué haremos entonces?- pregunto Patroclo mirando a Midhos volar sobre sus cabezas de manera inquieta.

Estúpido Mor y sus malditos comentarios. No puedo creer que bromeara con esas cosas aun en esta situación, no era como si yo hubiera querido, ni siquiera sabía que haría eso… Y aunque tratara de quejarme, ese comentario me había sacado un sonrojo involuntario, pero me olvide de ello en cuanto se mencionó el hecho de que los sujetos que iban en este barco podían ser piratas o cazadores de tesoros mitológicos.
-¿Eso no nos pone en más peligro? Nosotros vamos a estar siendo buscados ahora mismo y si estos sujetos llegaron a tomar algo que pertenezca a un dios. Solo nos haría un blanco más fácil de localizar ¿No?


-No lo sé... Por ahora creen en nuestra versión- decía Epifanía.
-Y de seguir así, tranquilamente podrán dejarnos en el próximo puerto al que se acerquen- dijo Heracles, quien también noto el vuelo inquieto de Midhos.
-Mmm... Yo no confiaría tanto en estos piratas- decía Mor -No debemos confiarnos...- agrego.
-Si sus intenciones hubieran sido hostiles, lo hubieran mostrado apenas salimos al mar- dijo Dinethos.
-Tal vez... Pero son piratas, su reputación les precede... Quien sabe cuáles serán sus intenciones- decía Mor.
Heracles se apartó apenas del grupo como para poder mirar a Midhos y silbarle levemente para que este fuera hacia él. En unos segundos se posó en su brazo. Noto que algo andaba mal cuando este clavo sus afiladas garras en su carne. El guerrero frunció el ceño.
-¿Que rayos te pasa?- le pregunto al ave. Esta chido un par de veces, y la cara de Heracles cambio.

Sin aviso previo el barco comenzó a balancearse con tal fuerza que caí sobre Mor y después rodé hasta golpear a Zorba y de paso quedar con una marca en la frente de cuando al final me di contra la madera del barco.
-¿Qué fue eso? -pregunté sobándome la frente con la misma cara de interrogación que tenían los demás.

Heracles rodo hacia tras y termino golpeándose con un gran poste de madera que no se rompió por pura suerte. Midhos había alzado vuelo sin dejar de chillar.
-¿Que rayos fue eso? - pregunto Keops sobándose la cabeza.
-Es...- comenzó a decir Heracles cuando otra sacudida azoto el barco. Esta vez más fuerte. El guerrero alcanzo a sostenerse del poste contra el que se había golpeado antes.
-¡Miren hacia allá!- grito Rea señalando el otro extremo del barco, algo se asomaba...
Todos miraron estupefactos como aquella cosa emergía del agua y emitía un agudo rugido. Era imposible... Esa bestia no podía existir.
Heracles aferro su mano derecha a su espada, mientras miraba a sus compañeros.

Levantándonos algunos como podíamos, miramos aquella cosa que obviamente venía con un mandato de los dioses, y ese debía ser, desde luego, acabar con nosotros.
Hice el gesto de querer tomar el arco, uno que al menos yo tenía inexistente, Epifanía sostuvo el arma que habíamos tomado de Apolo pero he ahí el dilema… No teníamos ninguna flecha.
-Van a llegar esos piratas en cualquier momento -comenté pensando en el lio en el que acabábamos de entrar.
Un nuevo rugido, más semejante a una especie de chillido nos obligó a todos a cubrirnos los oídos mientras la materia cercana a la bestia se astillaba a causa del infernal sonido.
-Vamos a tener que defendernos con lo que sea.

By Wolfmanhunter_Lilith & Silius