15.12.11

Cap 210

Epifanía & Mor

Camine un par de pasos hasta el lugar que nos habían dado, baje la cabeza en dirección a ella y tomé la capucha y la bajé – Bueno ahora sí, hasta puedes darte el lujo de bajar la capa- musite para girarme y mirar alrededor – He viajado en peores- dije ladeando una sonrisa mientras comprobaba la privacidad – No me gusta este lugar… Y por sobre todas las cosas, no me gusta en la forma en que él te mira- volví a comentar para mirar a Epifanía y bufar.

Le miré negando -Hay algo en la forma en la que te mira a ti que tampoco me agrada -musité mientras me quitaba la capa, la dejaba sobre unas cajas para luego desamarrar el arco de Apolo de mi espalda -Bueno... De todos modos, nos mantendremos alejados de él... -dije pensando en lo molesto que se había marchado y en el lío en que probablemente se había metido Mor con él... -No nos meteremos en problemas -acoté estirando mi cuello hacia atrás y después estirando la espalda -¿De dónde crees que venga este barco? -dije mirando a Mor para luego girar hacia la entrada y las paredes del sitio.

- Yo no sé tú- dije para mirarla - Pero que este barco se hunda lleno de estatuas, no es algo que ni tú, ni yo tengamos en nuestros planes y por mi parte, no pienso permitirlo. Así que no aseguro nada de no meterme en líos, prefiero eso ah...- suspire al ver cómo me miraba, debían ser la crudeza de mis palabras, cambie el tema rápidamente - No lo sé... Pero este barco no es lo que parece a pesar de haber como esta, infinidades de embarcaciones- mire a ambos nuevamente para mirar a mi capa en la caja, después a Epifanía - ... Esta no se siente como todos los viajes que he realizado...- señalé el arco - ¿Dónde piensas guardar eso?

Negué -Supongo que si permanezco con tu capa podré seguir ocultándolo amarrado a mi espalda -musité mientras me pasaba las manos por la frente y me llevaba el cabello hacia atrás -Entonces... Si hay problemas no los evitaremos -dije mirándolo, él no se movió -Supongo que tendrá que haber una buena razón para eso -musité por lo bajo mientras me sentaba en el suelo. No tenía intención de seguir con ese tema, más en la situación en que estábamos -Quizás cuenten con el apoyo de algún dios... -solté, había algo en el barco que me hacía pensar que no era un barco común, al igual que a Mor.

Camine en dirección a la caja para tomar la capa, si era verdad lo que Epifanía había dicho, sería mejor entonces que no se dejara esto en ningún sitio, la última vez que paso algo así... Tuve que ir al tártaro a robarme un cabello de Circe - Podría ser... ¿Por qué no? Últimamente todo quiere destruirnos y los dioses no discriminan a la hora de escoger aliados, ni escatiman tampoco...- mi mirada se clavó en un tobo con agua y decidí acercarme para meter el brazo izquierdo, pude sentir un gran alivio, una paz refrescante, había que curar el brazo, eso era un hecho, saque la mano del tobo y con la derecha comencé a hurgar en la capa algún resto de raíz, lo que fuese... Y me topé con la ambrosía, bueno todo menos eso, realmente en la posición en la que me encontraba, solo faltaba que Hades viniera a amonestarme...

Lo observé meter la mano en el agua, luego revolver sus cosas y negué -No te diré que comas la ambrosía -musité en su dirección, me miró alzando una ceja -Pero deberías, esa mano no tiene un buen aspecto -agregué mientras sonreía, me apoyé en una de las cajas sin dejar de mirarlo.

- Gracias por el consejo...- seguía revolviendo cualquier lado, cualquiera - Y por la observación...- dije sarcástico para entonces sacar la última raíz... Una dosis pequeña, insuficiente, pero era algo... Di un par de pasos para tomar uno de los harapos que había desperdigados por el lugar y le tire la capa en la cara a Epifanía y me senté un par de metros de ella. - Póntela, podría llegar cualquiera...

Fruncí el ceño y tomé la capa, la estiré y cubrí el arco con ella -Es una buena idea, que no vean el arco será lo mejor -comenté solo para molestarlo, él bufó y se concentró en su mano -Déjame ayudarte -musité mientras daba un par de pasos y me hincaba junto a él -Veo que no eres muy diestro con las manos, menos con solo una útil -estiré mi mano en su dirección.

La mire frunciendo el ceño, sin alejarme ¿Por qué haría ella eso? - No deberías, te estresan mis métodos…- musite, examinando cada reacción posible de su rostro, para tomar la muñeca que se aproximaba en dirección a la herida – Que para curar no sirvan, no quiere decir que sean torpes- le sonreí para soltarle la muñeca –Insisto, mejor lo hago yo… Tu cara comienza cambiar…- su rostro se había fruncido al ver la raíz oscura y seca.

-Es tu decisión. No volveré a tocar una de esas cosas a menos que sea de extrema necesidad -comenté levantando las manos y recordando la última vez que había visto una de ellas, solo el recuerdo me daba asco -Pero quizás te pueda ayudar con las vendas... En serio Mor, tu mano luce horrible -dije mirándola con curiosidad -Quizás la pierdas y quedes como aquel hombre en cubierta que no tenía ni codo -acoté y lo miré.

Reí y la mire - No soy médico como Zorba, pero sé que eso no va a ocurrir- dije para bajar la mirada a la raíz y frotarla con fuerza contra la piel, apreté la mandíbula, intento apartar el dolor agudo de la piel desprendiéndose y el ardor de la raíz... la raíz comenzó a desteñir y la sangre, la sangre la herida comenzó a volverse negra. Epifanía miraba con asco, incrédula. Finalmente enterré levemente la raíz en la herida – Véndalo- musite – O lo hago yo- con la voz más grave, los dientes apretados sintiendo como la raíz empezaba igual o más que el líquido de aquella masa en que estaba envuelto Apolo.

-¿La dejarás ahí? -dije sin soltar las manos, ya la simple expresión de su rostro me respondió pero no me dejaba tranquila -Bien... dejémosla ahí -musité, miré las "vendas" que tenía junto a él y negué -Imposible -musité mientras tomaba mi vestido y desgarraba un trozo, algo más limpio que lo harapos que tenía -A ver -dije mientras tomaba su mano, estaba caliente, y comencé a envolverla con la tela, que de inmediato se manchaba con la sangre negra -¿Seguro que lo dejarás ahí? -pregunté sin quitar la mirada de su mano.

- Si, lo dejare ahí- reí por lo bajo frente a su expresión que continuaba siendo de asco e incredulidad - No acostumbras a ver heridas como estas todos los días por lo visto- musite mientras veía con detenimiento el movimiento veloces y hábiles de sus manos con el vendaje.

-Puedo soportar las infecciones, el olor de aquel líquido amarillento, las quemaduras y los huesos quebrados y fuera de la piel... Pero ver como tu sangre se vuelve negra y la vena que tienes hinchada en la cien de tanto apretar la mandíbula por el dolor... -negué y terminé de vendar la mano -Eso no puedo soportarlo -finalicé y lo miré levantando los hombros levemente.


Fruncí el ceño, divertido ante sus palabras - Porque puedes soportar tanto... ¿Y no algo tan sencillo como esto? Sin gracia aparente, más rápido de curar que un hueso roto... ¿Y esto no?- seguía mirando su expresión, su cara, su cara era entretenida y a pesar de no "poder soportar todo este asunto" seguía allí curando la herida - Pudiste haberte negado...- agregue finalmente.

Negué y me senté a su lado, apoyando la espalda contra unas cajas. ¿Cómo explicar que el dolor ajeno es peor que el propio? Si le decía eso seguramente reiría en mi cara, pero me era imposible no ayudar, menos a alguien del grupo, menos a él. -¿Haberme negado? -musité negando -¿Acaso no fui yo quien se ofreció a ayudar? -pregunté -Después de todo, ya si rechazaste la ambrosía tenía que haber algún modo de cooperar con tu... -miré su mano -Método -finalicé.

-Eso es cierto, te ofreciste- comente - Pero lo hiciste antes de ver de qué iba el "método", y sin embargo vez el método, te parece el horror del mundo y aquí estas... Que altruista, que poco común- mire el brazo vendado que estaba casi lista - Actos como esos no se ven casi nunca y menos...- reí por el chiste que venía – Con tu dueño que tanto te empuja, maltrata y molesta - tome la capa con el brazo derecho que estaba encima del arco, estirándome, para colocar su hombro en el suyo, y hacer lo mismo con el otro lado de la capa dejando a Epifanía cubierta, subí la capucha y escondí su rostro, ante los pasos que se aproximaban lejanos, le hice una seña de que esperase y tome el arco, lo metí atrás de las cajas para volverme a sentar. Dos hombres pasaron mirándonos curiosos, Epifanía ya había subido su capucha, la capa larga y extendida sobre ella tenía más el aspecto de una manta, el par no aparto la mirada hasta que se perdieron doblando el pasillo. - Esto debe ser obra del tipo que vino a convencernos...- susurre de tal forma que solo Epifanía pudiese escuchar - Nos tienen vigilados, me pregunto si con los otros estarán en la misma posición.

Me qué inmóvil cuando Mor me tapó con la capa, creí que sería otro de sus jugadas para molestarme, más cuando los pasos se hicieron lo suficientemente fuerte como para volver a quedarme quieta, cuan obediente esclava, entendí que lo mejor sería quedarme con la capa puesta. -Espero que no. La verdad, dudo mucho que Cyrene actúe como novia... -musité mientras me corría la capa, quedando solo con el rostro al aire -Espero que no estén vigilados... Aunque es lo más probable -agregué y fruncí el ceño -¿Cómo crees que me maten si ahogo a mi amo con una almohada mientras duerme?... -comenté mientras recogía las piernas y apoyaba mis brazos en ellas, con el rostro serio -Lo digo en serio, podría hacerlo... No soy la mejor de las esclavas -comenté y sonreí.

-Entonces que suerte que no tengamos almohadas... Y estas solo sean barracas de mala muerte- una sonrisa ladeada se deslizo ante al comentario, para después mirar el vendaje y, con un gesto rápido, le di las gracias, gracias que no estaba acostumbrado a dar nunca, porque realmente nunca ocurría algo así... Me levante apoyando la mano derecha y mire el arco - Deberías guardarlo e ir a ver como están los otros.

-Si amo -musité por lo bajo alzando ambas cejas. Miré el arco, me levanté y lo tomé, luego me quité la capa y amarré nuevamente el arco a mi espalda -Bueno, con esto caminaré erguida el resto del viaje -musité y volví a ponerme la capa. Me acerqué a la puerta y asomé la cabeza -No hay gente en el pasillo... -musité mientras comenzaba a caminar.

Coloque mis manos en su hombro y la coloque frente a mí al lado derecho - Camina, pero camina frente a mí, donde pueda verte- mi mirada comenzó a pasearse por todos los pasillos que íbamos dejando atrás, hasta que vimos al resto de los chicos en el pasillo, tirados.

By Double_Angy & KatrinaxStevens

14.12.11

Cap 209

Epifanía & Mor

No sé porque tengo este presentimiento de que acabaremos todos en el fondo del mar convertidos en estatuas de piedras… Suspire, para tomar a Epifanía de la cintura con tosquedad y arrojarla con un poco de fuerza delante de mí, como habitualmente trataban los amos a los esclavos… femeninos. Epifanía cuando estuviésemos fuera de sus vistas seguro intentaría matarme mientras dormía, bah podría lidiar con eso si ella estuviese bien… Fruncí el ceño. Em no, yo no dije eso... Aparte la estúpida de la cabeza con suspiro de fastidio.
Comenzamos a caminar todos hacia la puerta grande por la que nos conducía el segundo al mando.
-Aquí pueden tirarse y dormir, por allá van las esclavas, aquí está la cocina- el hombre señalaba lugares y hablaba con su desdentada boca sin saber realmente como lo hacía, nombrado lugares peores que los anteriores, las miradas nos recorrían de pies a cabeza, mirando las armas en el caso de nosotros mirando con detenimiento las figuras de las mujeres y la misteriosa figura en vuelta en mi capa… bufe, que fastidio.

-Deja de empujarme, por Zeus, deja de empujarme- pensaba una y otra vez mientras apretaba la mandíbula, absteniéndome de levantar la cara y gritarle a Mor, porque no podía, tenía que hacerlo, tenía que ser su "esclava" y tenía que obedecer... Levanté un poco la mirada, observando cada ubicación que aquel hombre daba. Lo único que quería hacer era quitarme la capa y desamarrar el arco en mi espalda que me hacía permanecer erguida todo el tiempo, entonces a penas el hombre pareció desaparecer, levanté el rostro, pero no, ahí estaba, observándonos. Me miró a los ojos haciendo que me sobresaltara y que luego hacer que escondiera nuevamente el rostro... -Por Zeus, me van a matar- murmuré mientras apretaba mis manos escondidas bajo la capa.

-La idea de que te pusieras la capa y bajaras la mirada y todo le otro asunto es para que no suceda…- musite mientras miraba al hombre sin expresión aparente.
-Sentimos mucho no poseer una habitación digna para su presencia, pero se le ha preparado algo por encima de lo común…- señalo un lugar. –Todos deberían reconocer sus ubicaciones- mascullo entre dientes para girarse y marcharse, nos miramos entre nosotros, sin saber realmente si separarnos, quedarnos juntos, tirarnos del barco mientras todavía podíamos…
-Se siente como estar en la boca del lobo- la voz salió grave e irritada.

-Diría que eso es poco -musité mientras me quitaba la capucha, llevaba mi mano a mi cuello y tiraba la cabeza hacia atrás, que horrible el dolor en mi cuello. Entonces un sonido en la entrada, el hombre aparecía nuevamente. Mor me puso la capucha a una rapidez inhumana y me empujó unos centímetros hacia atrás.
-Por aquí -dijo el hombre guiando a Heracles y Adelphos, los observé a escondidas mientras ellos intercambiaron miradas con Mor. No era posible, nos separaban, que problemático -Este es un sitio más adecuado para bestias y esclavas, no señoritas como usted -musitó el hombre en dirección a Cyrene y se retiraron.
-¿Será seguro de una vez por todas levantar mi molesta cabeza? -pregunté ya más aburrida imposible.

-Esto es como entrar en la boca del lobo…- masculle entre dientes nuevamente, mientras miraba hacía ambos lados y halaba a Epifanía a la barraca de al lado. La rubia se quejó por la rudeza del trato. Suspire.
-Seremos invitados, pero al parecer solo hay camarote… Para la noble- suspire. Esto no me gustaba, para nada, este ambiente, uno de los mellizos me miraba con desconfianza, al parecer algo en las historias le había despertado un toque de suspicacia y no lo culpo… Mire a Epifanía, esta frunció el ceño, habría que ser humano para no darse cuenta de lo que hay debajo de toda esa tela oscura. Aquí ninguno éramos normales.
- Mor, en menos de unos minutos haz mirado a todos lados. ¿Qué te pasa? ¿Es tan grave?- dijo Epifanía mirando hacia ambos lados para llevar sus finas manos a la capucha de la capa y bajarla, le tome la mano.
-Sera mejor que no lo hagas, al menos no todavía- la voz salió pausada y tranquila. Unos pasos parecieron escucharse descendiendo por los escalones de madera, aproximándose a nosotros. Hablando del…
- Traficante de esclavos…- musito el hombre con una sonrisa con aires de superioridad mientras me dirigía una mirada vaga y posar sus ojos en la figura que tenía al lado. La miro, quiso espiar por el agujero de la capucha, pero entonces baje la mano y Epifanía ladeo el rostro en dirección contraria de manera oportuna, el mellizo frunció el ceño de tal forma que un circulo se formó entre ceja y ceja como si el agujero entre medio hubiese sido formado por un dedo.
- ¿Si?- me gire dando un paso casi imperceptible para ocultar a Epifanía detrás de mí.
-Lamento mucho no corresponder a la hospitalidad del todo como lo indica nuestras costumbres- musito el hombre mirándome con cierta curiosidad, imagino que por el color de mi piel, totalmente diferente al bronceado mediterráneo que el poseía.
- Conque nos deje en el primer puerto será suficiente- dije sosteniéndole la mirada vacía, Alargo el brazo señalando con fingido desinterés a Epifanía.
-Tu esclava tendrá que dormir con las otras y tú con el resto de la tripulación, así como tus amigos… Las damas de compañía podrán dormir con su ama.- dijo para sonreírle a la larga capa oscura y cruzar los brazos, no había que ser muy inteligente para leer las intenciones entre líneas.
- Lo siento, mi esclava duerme conmigo… Y lo más probable que los guardias de la noble duerman en el pasillo, vigilando el sueño de la joven- me cruce de brazos.
El hombre me miro con soberbia. –
Este es mi barco y aquí se siguen mis reglas… Y estas son mis condiciones.
Ladee el rostro – Esta son las mías y no voy a ceder, ni yo, ni los guardias, ni hermanos de la noble. Además, no molestan ni estorban… Por el contrario, estamos dispuestos a dormir incomodos y hacinados en los pasillos, ellos afuera del camarote y yo si es necesario, alejados de la tripulación para no molestarlos, o con ellos... – le mire – Mi intención no es molestar- mis ojos se clavaron en los suyos – Solo quiero que entienda mi posición y sepa que esta es inamovible- culmine.
-Entonces no puedo asegurar ni su seguridad- para mirar a Epifanía –Ni la de su esclava…- comento.
Reí y ladee el rostro para mirarle – Yo no podre entonces…-los ojos se clavaron como una amenaza implícita sin abandonar la sonrisa -…Asegurar la vida de ninguno – concluí.
El mellizo miro con cierto desprecio mi brazo.
-
Insisto, esto es solo para mantener su seguridad. – su voz persuasiva iba dejándose a medida que corrían los segundos en la conversación, podía sentir a Epifanía a mi espalda, su aliento, encogida.
- Si lo dice por mi brazo, no se preocupe, la herida no se extiende a mi brazo bueno. – y con total seguridad, coloque el brazo derecho en el mango de mi arma.
- Está aprovechándose de mi hospitalidad.- Agrego molesto.
- Y usted está tomándome por idiota por creer que no veo sus intenciones detrás de toda esta “hospitalidad sin nada a cambio”- pude sentir un leve codazo por parte de Epifanía.
- Por supuesto que es mera hospitalidad desinteresada.
- Entonces abandone la idea de mi esclava en sus barracas…- agregue. El hombre bufo, para mirar por una última vez el bulto a mi espalda- Ella no representa ningún forma de pago para mi conciencia por su acto desinteresado…- agregue.
– Haga lo que desee- pareció escupir cada palabra – Pero le voy a recomendar algo- bajo sus brazos para colocar su mano derecha en su arma, de igual forma que la mía. – Sea sensato, aquí todos sabemos nuestro lugar y decidir lo que nos conviene…- deslizo una sonrisa sarcástica, asentí.
- Lo tomare en cuenta…- agregue.
- No tolerare, revueltas en mi barco.
- No habría porque- la respuesta fue rápida -… Yo no pienso mover ni un dedo, si ellos no lo hacen.

Unos pasos caminando escalera abajo nos hizo girarnos, era un hombre de piel oscura sin cabello, claramente era del otro lado del mar, se acercaba al mellizo para comentarle que su hermano estaba buscándole.
- Le recomiendo acatar mis recomendaciones.- sonrió para mirarme por última vez a mí y a Epifanía.
- Como dije, lo tomare en cuenta- me cruce de brazos para observar como daba la vuelta y se retiraba escalera arriba.



By Double_Angy & KatrinaxStevens

12.12.11

Cap 208

Cyrene

De alguna forma, saber que Heracles estaba allí me hacía sentir segura, me olvidaba de la molestia del tobillo, que solo era meramente eso, una sensación, pues la herida había sanado gracias a aquella cosa que Epifanía me dio. El grandulón estaba sentado en un banquillo mirando la puerta y yo lo miraba a él, pero mi mente había comenzado a viajar a otros lugares y pensando en todos mis compañeros y cuando llegó a Mor di un respingo, me giré bruscamente dándome un golpe contra la madera que hacía de pared y me volví un ovillo sujetándome la sien y murmurando molesta.

-¿Ocurre algo Cyrene? -preguntó Heracles alarmado de pronto por el golpe que siendo sinceros, sonó bastante duro.
-Mor es un idiota… Y me molesta aun cuando no está cerca -lloriquee como niña pequeña mirando la pared con una lagrimita en el ojo. El hombre apenas iba a decir algo cuando tocaron la puerta del espacio aquél que concedía algo de privacidad.

Amisthy y Rea, una muy asustada Rea, venían acompañadas de Patroclo, como pudimos ver cuando Heracles abrió la puerta, salté del camastro en cuanto vi a la asustada chica y las hice pasar a ambas mientras con una seña de las tantas que me había enseñado Epifanía, despedía a Patroclo, y este se marchó hecho una furia.

-¿Estás bien Rea? -pregunté pero la chica se abrazó a si misma sentada en la cama. Le pasé los brazos por los hombros mientras Amisthy le sujetaba las manos.
-Las dejaré un momento para que Rea descanse -dijo Heracles, levanté la mirada y negué rápidamente.
-No te vayas… Emm… Bueno, creo que nos sentiríamos más tranquilas contigo cerca, Adelphos no está muy bien como para hacer trabajo de vigilante y Patroclo ya está de mala… Zorba tampoco está bien que digamos y Mor debe vigilar y cuidar de Epifanía.
-Estaré aquí afuera por cualquier cosa -dijo este suspirando y asintiendo mientras yo sonreía infantilmente dándole las gracias.

Así, durante un rato dejamos dormir a Rea que la pasaría mal durante el resto del viaje seguramente, Amisthy aun pensaba en algunas cosas pero yo me sentía más bien intranquila por la reacción que tendría Artemisa… Cuando… Cuando ella muriera… El solo pensarlo me aterraba, pero más detestaba la idea de que alguien más del grupo tomara su vida.

-Va a odiarme -musité para mí misma abrazándome sentada en el suelo, Amisthy acariciaba el cabello de Rea para procurarle un sueño tranquilo que muy bien le haría a la chica.
-¿Debería llamar a tu novio para que te de un abrazo? -fulminé con la mirada a la chica que lo medito momentos antes de volver a decir -¿Quizás a Heracles?
-Es como un… Padre… O un hermano… Aunque jamás he tenido uno… Pero algo así diría Epifanía que es nuestra relación... -musité mirando a la chica.
-Sí, claro… Entonces… ¿A Zorba? Es bastante apuesto…-la miré de mal modo y entonces hizo una mueca pensativa y de pronto chasqueo los dedos.
-Entonces Mor seria el indicado ¿eh?

A su cabeza voló un pedazo de trapo, la miré molesta, echaba chispas, iba a asesinarla por decir tonterías.

-¡No vuelvas a decir eso!
-Sentir vergüenza no es malo Cyrene… -agregó.

Tras un rato, ambas chicas se marcharon y yo, sin saber si habría alguien afuera o no, fui quedándome dormida, me sentía agotada de pensar y de ver tantas cosas que ocurrían casi sin descanso una tras otra… Aun así… Podía soñar con que probaría lo que es la libertad, la experimentaría y me hartaría de ella… Ya luego le preguntaría a Epifanía que hacer después y… Allí caí en la cuenta de que una vez esto terminara… No sabía qué pasaría con el “nosotros”, sería más bien un “yo” y me hacía sentir algo vacía.

-Sigo actuando como una niña… Pensando como una… Sintiendo como una -me quedé dormida, acurrucada como un felino.

Y no se puede dormir muy a gusto que digamos, el barco se balancea constantemente de un lado a otro que desperté en poco tiempo, me acomodé un poco el rebelde cabello y salí de aquél espacio para dar un par de vueltas por allí, pero toparme con tanta gente desconocida… Sinceramente daba un poco de miedo.

“Con… Con todo esto… No me importaría darle la mano a Patroclo o a Mor… Es más… Lo agradecería…”


By Wolfmanhunter_Lilith