17.3.11

Cap 144

Adelphos

Observe al nuevo retirarse, era bastante admirable como sabia de barcos. Me acerque tomando el plano ya terminado... No era que entendiera mucho de esto, pero me resultaba interesante. Supongo que con esto nos seria fácil construir el barco. Y, gracias a la velocidad de planeamiento que tuvo Dinethos al hacer el plano de nuestro barco y también teniendo en cuenta que el día recién empezaba, decidimos comenzar la construcción hoy mismo. Todos estuvieron de acuerdo en esto, y comenzaron a prepararse. Miré al ave de Heracles surcar el cielo, vigilando el perímetro. Un suspiro salió de mis labios e inexplicablemente ya estaba pensando de nuevo en la manera que había liderado al grupo este tiempo ¿En que pensaba? La mayoría de las veces en las que estábamos en problemas, o era Mor u otro que aparecía con una idea salvadora... ¿Debía mejorar mi manera de pensar, de analizar? ¿Cambiar la manera en que lo hacia? ¿Dejarle el puesto de líder a otro? Esas preguntas me hicieron enfadar un momento, deje el plano donde estaba y me aleje del grupo a reflexionar.

-Tengo que mejorar... Tengo que hacerlo...- me decía, con la cabeza sobre las rodillas, sentado bajo la sombra de una palmera. Luego alce la vista y observe el inmenso e infinito mar. Tomé mi espada de la arena y observé su filo por unos cuantos minutos. -¿Hemos llegado hasta aquí no? No creo que haya sido tan malo...- dije al fin, mirando mi reflejo en el metal de mi espada. Al cabo de unos momento me levante, y volví a la costa donde vi como Dinethos regresaba, al parecer se había dado un baño... Que tranquilidad tenia, posiblemente seria un valioso aliado. 
-Adelphos...- me llamo el nuevo, asentí con la cabeza y camine hasta el, dejando mi espada y escudo debajo de un árbol, muy cerca de donde estábamos.
-¿Si?- pregunte mientras observaba el plano que el también veía sobre la mesa.
-Por empezar vamos a dividir las tareas...- dijo este, asentí mientras miraba a Patroclo, hablando a lo lejos con sus dos hombres. Se había enfadado cuando Dinethos le quito su puesto de constructor, pero siendo sinceros... Patroclo no podría construir un barco ni con tres años de trabajo.
-Tu eres el experto, tienes a estos hombres a disposición, incluyéndome...- le dije, el asintió.
-Muy bien, pues... Empecemos, hay que mover aquella viga de madera curvada, que será... Como la espina dorsal del barco...- me explicaba. Lo detuve con un gesto de la mano...
-Espera, solo di que hay que hacer y lo haremos, ¿esta bien?- le dije, a pesar de sonarme interesante no tenia ganas de quedarme mas de lo necesario en esta isla. –Mientras más rápido terminemos esto y salgamos de aquí, mejor...- agregue.
-De acuerdo...- respondió Dinethos alzando los hombros con una mueca tranquila. –Hay que mover esa viga, y luego empezaremos a armar el casco...-
-...- lo mire como diciéndole... “¿Y que mas?”
-Solo eso por ahora, aunque... No, ¿disponemos de bastante tela no? Pues, un grupo que se encargue a armar las velas... Así ahorraremos tiempo...- al terminar, asentí y le comunique eso a los demás, mientras Dinethos arreglaba unos últimos detalles del plano... Al parecer no estaba terminado al ciento por ciento como creí. - Por cierto, rápido o no, el barco estará terminado mañana...- agrego mirándome, suspire...
-¿Qué más da?- dije resignado pero dispuesto a trabajar.

El trabajo comenzó, estuvimos toda la tarde realizando un arduo trabajo pero que daba sus frutos. De todas maneras todo indicaba que mañana recién estaría terminado el trabajo... “Genial” Pensé sarcástico y no muy contento. Aun faltaban un par de horas para que oscureciera, así que aun podíamos trabajar más. Las velas ya estaban listas, o eso parecía.

Me limpie el sudor de la frente y seguí llevando vigas hacia el barco, observando el trabajo conjunto de todos. Si al luchar adoptáramos una forma tan organizada como esta, no tendríamos ningún problema contra nuestros enemigos. Dinethos daba indicaciones constantemente, a Mor no parecía agradarle mucho que un desconocido o alguien “muy nuevo” estuvieran dándole tantas órdenes. Supongo que lo aguantaba porque era la única manera de salir de esta isla...

-Muy pensativo hermano...- dijo Patroclo a mi lado, transportando vigas al igual que yo.
-Tú deberías ponerte a pensar con más frecuencia... Veras que es muy útil...- le respondí serio dejando las vigas al lado de Heracles que “armaba” el casco con indicaciones de Dinethos.
-Claro, “pensador”...- dijo el dejando las vigas donde yo deje las últimas. No le hice caso y seguí trabajando. Pensaba en Zeus, recordando su mirada, sus palabras impuestas hacia mí en el Olimpo... Había retado al mismísimo Zeus, no podía dejar de pensar en eso. Ni tampoco en el como lo venceríamos... Sonaba inverosímil, pero para mí... No era tan imposible.

Seguimos trabajando hasta que la caída del sol era inminente. Al verlo, pensé por un instante... ¿Qué pasaría cuando derrotáramos a Apolo? En mi cabeza se formaron muchas opciones, demasiadas para ponerme a revisarlas... Solo tendríamos que esperar a ver que pasaba en realidad cuando le ganáramos. De pronto una voz sensual y envolvente llego a oídos de todos. “Circe” Pensé girándome, y allí estaba, mirándonos a todos. En especial a aquellos que no tenían puesto nada en el torso... Ósea, todos los hombres. Note miradas de las chicas del grupo, no eran muy amigables. Sonreí en mi interior.


by Silius

Cap 143

Dinethos

Sólo era un prototipo y no estaba seguro de que era lo correcto. Era peligroso y nadie parecía saber mucho de navegación así que me hice a la idea de que tendría que ser yo quien más tiempo pasaría despierto de todos.

El material que se me dió no estaba mal. Había mucho trabajo por hacer.

El barco (cualquier barco) tenía su propia espina dorsal, que era la viga de madera curva que se colocaba en la base. A partir de ahí, había que formar el casco, el sistema de navegación (en éste caso no usaríamos timón, sino que se usarían las velas para dirigir el barco, una grande para el impulso y otra más pequeña que servía para cambiar su dirección. A esto se añadiría otra en proa que ayudaría con la estabilidad general). Los camarotes debían ser lo justos para entrar, no para estar cómodos. Y el almacén espacioso, ya que la comida y el agua dulce podían escasear.

Debía contraponer los pesos para el equilibrio y calcular la capacidad de peso que tenía el almacén.

No podíamos añadir ningún tipo de arma, ya que el peso extra no nos serviría de nada.

También había que decidir qué estructura tendrían estribor y babor, de forma que evitasen que los materiales cayesen del barco, pero que no limitasen la vista.

Al ser un barco pequeño, en lugar del típico puesto de vigía en la vela mayor, haríamos la proa más alta y con un telescopio nos arreglaríamos para otear el horizonte enfrente de nosotros. La popa tendría que ser más alta también para mantener bajo vigilancia a cualquier enemigo. Así, los camarotes estarían a popa y los almacenes a proa. Si nos atacaban por la espalda, que destruyeran antes las habitaciones que los recursos.
Estuve pensando en muchos otros detalles como el sistema del anclaje o la resistencia del agua frente al barco cuando noté que me sentía realmente agotado.

Los bocetos estaban muy avanzados y sólo había que pulir los pequeños detalles.

Me dirigí al bosque a un lugar que anteriormente había avistado. Era un lago cristalino y limpio. Me había asegurado de que no había sanguijuelas ni tampoco peces peligrosos.
Me desnudé y dejé la ropa a la orilla.

Clavé el espadón al lado, casi tapando la ropa y desnudo, me metí en el agua.
Estaba curiosamente tibia y dejé que mi cuerpo descansase un poco, relajando mis músculos.
Circe era peligrosa. Lo sabía. Y no estaba seguro de si había creído en mis palabras.
Aún así, consideré que aquello carecía de importancia.

Me dediqué a nadar y a hacer unos cuantos largos. Buceé un poco y encontré algunos crustáceos que se caracterizaban por ser curiosamente exquisitos. Los amontoné al lado de mi ropa, sujetos en una red muy simple de lianas. Así, desnudo, volví a entrar en el agua. Esta vez a que mi cuerpo se relajase...

No parecía mala gente...


by 1n1g0

16.3.11

Cap 142

Epifanía & Mor

Si metíamos las habilidades artesanales de todos nosotros en una hoya… Lo más probable que sacarían una masa inservible asquerosa y de paso minúscula, en fin, un desperdicio total. Las cosas del mar nunca habían sido lo mío. Odiaba todo relacionadas con Poseidón y Apolo, la mera exposición a ellos o sus elementos eran solo para casos extremos… Para sobrevivir. Así que sencillamente cuando las chicas se fueron. Me apoyé en una palmera y miré a los otros moverse de un lado para otros. Cosas relacionadas con la tierra, minerales, leyendas, mapas, quizás ahí podría ayudar más, en este caso ladeé el rostro aburrido. Me tocaría seguir leves instrucciones.
Patroclo entró al lugar con una actitud casi como de un Hercules, pretencioso, creyendo saber todo sobre barcos, agua, navegación. Adelphos lo confrontó. Heracles intentó mediar, Keops se colocó a mi lado, yo asentí saludándole y así comenzó la discusión.

A mi realmente me daba lo mismo… Si querían podrían irse en una palmera flotando hasta Alejandría, pero si esta no naufragaba, quedaba aprobada de mi parte. 

Me alejé de Adelphos y Dinethos. A decir verdad, el asunto de construir el barco, a mi no me interesaba mucho, claro, si había que hacer algo, lo haría, pero no estaba ni un poco mimetizado con el tema, mucho menos tendría algo que aportar a la elaboración más que lo que le había dicho antes a Dinethos.

- ¿Prefieres un barco grande y resistente o pequeño, ágil y menos resistente? -dije mientras veía la figura de Mor, junto a Keops, acercándose. 

Entre una competencia de hermanos cual era el más chillón, gritón, consentido y egocéntrico, sería difícil decir cual era el ganador, pero yo, le doy mi voto a Patroclo, ha trabajado muy duro para el premio.

Escuché unos pasos acercarse, ladeé la cabeza y mire a las chicas acercándose junto con el nuevo…

Lo miré de arriba abajo. Podría ayudar. Si, podría ayudar, si, solo sí, sabía hacer un barco. Si… miré a los otros que seguían casi mirándose con odio, es como ellos… Que se lo coman las panteras, o regrese por donde vino de dónde fuera que fuese que quedara el lugar.
Con Keops decidimos ver que tal el nuevo.

Mi cara de entre inexpresión, fría y analizándolo eran creo demasiado obvias.

Miré a Cyrene y le sonreí para después mirar al nuevo y esta casi se me arrojó encima de nuevo.
Le esquivé y fue agarrada por Keops.

La miré y negué para después mirar a Epifanía que me miraba acusando la mirada con cara “mátate” yo enarqué los hombros con una mirada de fingida inocencia y una sonrisa ladeada.

- Yo no hice nada- mascullé Epifanía negó.
- ¿Qué opinas Mor de lo que acaba de decir el nuevo?- miró al chico.
- Dinethos…- agregó el chico.
- Eso…- respondió el noble.
Aparté el rostro de Epifanía y miré a Adelphos.
- Creo que le has preguntado a la persona menos indicada, pero estratégicamente, me parece el rápido, las probabilidades que tengamos que robarnos otro porque este náufrago, son bastante altas- comenté cruzando los brazos algo aburrido.

- Puede funcionar -comentó Adelphos -Construyamos ese -asentí. Estaba de acuerdo. Me giré y Vi a Keops aun tomando a Cyrene de la cintura, negué y luego miré a Mor, este solo rió por lo bajo, así que debí esconder una sonrisa, sin duda Cyrene estaba haciendo un gran papelón, pero no había como detenerla. 
- Bien Dinethos... ¿Necesitas papel o algo para hacer los planos? - él se cruzó de brazos y asintió.
- Necesito eso y saber con cuantos materiales contamos.
- Yo iré por papel... Haber si caminando se me pasa la rabia -argumentó Cyrene y se machó, el chico se puso a hablar con Adelphos y como sentí que repentinamente sobraba, me alejé unos pasos y me senté en la arena, a escuchar como Patroclo discutía al haber perdido su... "lugar de arquitecto"

Miré a Cyrene marcharse con una sonrisa complacida en mi rostro. No es que yo fuese vengativo. No… para nada. 

Quedábamos solo Adelphos y el nuevo, miré hacia ambos lados… Creo que estaba en el lugar equivocado -Yo… Estaré por aquí… Por allá si me necesitan- bajé los brazos, miré un poco más lejos y estaba Patroclo ahora discutiendo con sus perras.

Bufé, ni que fuera masoquista me acercaría allí. De pronto vi como Amisthy llegaba y se ponía al corriente de lo sucedido con Heracles, y Epifanía estaba acomodándose para sentarse un momento. Comencé a caminar en su dirección, y cuando ella se sentó yo me senté a su lado, tropezándola en la caída para molestarle.

Cuando me senté y paso un rato no pude evitar pensar esa idea que me andaba por la cabeza de Apolo. ¿Y si con este ataque llevábamos a las personas a una era de oscuridad? ¿El sol volvería a salir aunque nosotros lo hubiésemos asesinado? ¿Era propiedad de Apolo la esfera que nos iluminaba? Y de pronto vino mi sueño de esta mañana. Bufé. Mor estas con demasiado tiempo libre.

- ¡Qué pesado! -musité mientras lo empujaba tras haber recibido todo el poder de su cuerpo sobre mi. Lo vi acomodarse junto a mí, se estiró y luego se quedó quieto. Lo miré un par de segundos, el se quedó estático mirando al frente - ¿Qué sucede? -musité mientras acomodaba la manta sobre mis hombros y suspiraba. 

Las palabras de Epifanía captaron mi atención.

Le miré y una sonrisa ladeada se deslizó - ¿Crees tu que el sol vuelva salir después que destronemos a Apolo Epifanía?- le miré – Quizás la respuesta de una sacerdotisa del logos me resuelva algunas dudas…- ladeé el rostro – O me deje peor…- Coloqué el machete en la arena. Y encogí las piernas.

- Me harás filosofar... Fantástico -musité recordando las horas y horas y... Ah! horas de tortuosa filosofía en el templo, que me servían mas para imaginar que llegar a conclusiones. En fin, miré un segundo a Mor y negué, fijando mi mirada en el horizonte marino - No sabría dar un veredicto claro respecto a eso. Qué tal si el sol cae de su sitio y nunca más puede levantarse sin ayuda de Apolo. O tal vez sea el astro quien guía las caminatas matutinas del dios -musité y volví a mirar a Mor - Cuando Dionisio fue llevado al Tártaro, y no lo niegues, el vino y las ganas de celebrar no desaparecieron. Circe nos ofreció vino, un banquete... Nada cambió, dudo que los lotófagos estén consientes de la muerte del dios... Quizás con Apolo suceda lo mismo -dije sin dejar de mirarlo. 

-No sé si eso es una tranquilidad, o me has hecho preguntarme más cosas. Mejor dejémoslo así- musité mientras me estiraba.
De pronto le miré y la sonrisa ladeada se acentuó más – No entiendo porque tendría que negarte yo que Hades fuera el que se llevó a Dionisio al Tártaro- La chica me miró.
- Tiene toda la pinta de serlo.

Sonreí mientras volvía a negar, apoyé mis brazos en mis piernas recogidas y mi mentón el mis brazos -Si, se que tiene toda la pinta de serlo... La forma, el aroma a azufre y la dirección que tomó... Hacia abajo -musité mientras cerraba los ojos y los volvía a abrir, con algo de dificultad - Lo que sucede, es que no he conocido muchos siervos de otros dioses en mi vida, vendrías siendo el primero y la verdad, pensé que intentarías encubrir las acciones de Hades -dije, sin darme cuenta, todo de una vez. No se porqué razón, pensé que quizás podría molestar a Mor y la verdad, no era mi intención discutir con alguien el día de hoy... 

Le miré – No entiendo porque querría encubrirlo  lo que haga Hades, es su problema y entra en su jurisdicción de dios… yo, no puedo hacer nada al respecto, menos encubrir cosas de ese tipo. No es mi trabajo, no es mi problema- mentí.
Le miré fijamente y ella tuvo que mirarme – Deberías tener cuidado con las cosas que piensas Epifanía, podrían traerte problemas…- musité atando cabos en mi cabeza. Llegando a escasas y quizás certeras conclusiones.

- ¿Por qué? -musité sin quitar mi mirada de él - Lo que pensé en aquel momento fue un comportamiento basado en lo que he visto... Los seguidores, quienes tienen amos, jefes o guías, siempre intentaran protegerlos, no es algo fuera de este mundo -dije y volví a mirar la playa -No intento acusarte de nada, no te preocupes- agregué al ver que después de todo, si había cambiado el tono de voz. Epifanía ¿Que estás haciendo? pensé recordando las palabras: "no discusiones hoy" -En cualquier caso -cambié de tema -La mayoría de mis problemas han sido por mis pensamientos y conclusiones...- sonreí levemente -De todas formas... Gracias por la advertencia.

- Creo que esa cruz de caer presa de tus conclusiones y pensamientos, es el precio de trabajar para quien trabajas…- comenté. Me levanté y le miré – El machete, rayos…- me agaché, volví a empujarla, tropezarle, molestarle, tomé el machete y me fui con una sonrisa ladeada, aunque después de un par de pasos la expresión cambió. Hades tendría que explicarme varias cosas.

- Para quien trabajo -repasé en mis pensamientos. Sentí el empujón de Mor, le miré fulminante y tras unos segundos, volví a fijar la mirada en la arena, entre pensativa, triste y contrariada. -Uno elige a quien venerar... Yo no tuve esa opción, pero no me arrepiento- pensé mientras cerraba los ojos y volvía a abrirlos unos segundos después. Busqué a Mor en el grupo, lo miré unos instantes y negué. -No puedo arrepentirme- pensé mientras me encogía una vez más, afirmando mis piernas fuertemente contra mi pecho -Yo no quiero... No quiero arrepentirme-musité y volví a mirar el horizonte, deseando por un instante, que este me tragara y me sumergiera eternamente.


by KatrinaxStevens & Double_Angy

15.3.11

Cap 141

Epifanía

- Bien...- musité mientras comenzábamos a avanzar por el tierno bosque cerro arriba, hacia la casa de Circe - A mi parecer, creo que nos sería mucho más útil un barco pequeño, fácil de manejar y obviamente, fácil de construir -comenté mientras subíamos por un sendero rodeado de arbustos de hojas amarillo crema.
- Pero el pequeño es más frágil- argumentó Cyrene.
- Es cierto. Ahora, todo dependerá del viaje que estamos emprendiendo... Si pudieran iluminarme- agregó él mientras avanzábamos, cada vez más cerca de la casa de Circe.
- Básicamente un viaje...
- Movido 
- Así es. Mas adelante te enterarás de los detalles, claro está, pero de momento, puedes saber que necesitamos ser ágiles, soportar tormentas horribles, cargar provisiones y evitar naufragar lo que más podamos.
- Con ese tipo de viaje, quizás necesitemos un barco más poderoso.
- Es que también necesitamos un barco ahora.
- Ciertamente.
- No sé que quieren entonces.
- Dijiste que si el barco pequeño era atendido constantemente, resistiría- él asintió - Podemos hacer turno y nunca descuidar su curso, si es fácil de manejar evitaremos muchas cosas... Creo que es la mejor opción.
- Mirándolo desde ese punto de vista... Ciertamente lo es- finalizó con una sonrisa. Era un hombre agradable. 
- Ahora preguntemos a los chicos que opinan- musitó Cyrene un tanto apesadumbrada.
- ¿Por qué? Son un tanto... ¿Llevados a sus ideas?
- Algunos son un poco fastidiosos, pero el grupo te encantará... en su mayoría -comentó Cyrene, yo asentí y sonreí.
- Se... Encajarás bien... -finalicé. Entonces llegamos a la casa.

Dinethos miró la casa y se sorprendió ante el tamaño y la cantidad de bestias salvajes. Con Cyrene nos miramos un segundo y recordamos lo mismo, al mismo tiempo.

- Ah... Hay un asunto que...
- ¿Asunto?
- Este... Uno de lo idiotas del grupo inventó que 
- ¿...?
- Que...
- ¡¿...?!
- Que ustedes eran novios. Así convencimos a Circe para que te dejara libre -susurré. El asintió, llevó una de sus manos a su barbilla y pensó durante unos segundos. 
- Tendremos que actuar -dijo y asintió. Miró a Cyrene y luego a mi, yo solo enarqué los hombros y entonces, entramos.

Avanzamos por el pasillo, pasamos a la sala de festines y ahí estaba Circe descansando sobre su asiento. Nos miró avanzar y cuando nos detuvimos frente a ella, con Dinethos encabezando al grupo, movió una de sus manos y las esclavas salieron de la habitación. Él ser acercó a ella e hizo una reverencia, luego sonrió y saludó. 

- Muchas gracias por aceptarme en su casa.
- Oh querido, el placer es todo mío -musitó mientras miraba al hombre con ojos tentadores.
- Quisiera también agradecer el que hubieses cuidado de mi querida Cyrene -agregó, miró un momento a la chica y sonrió a penas - No sé que habría sido de mi si le hubiera sucedido algo -agregó mientras sonreía. 
-Tranquilo, aquí la cuidamos muy bien -musitó ella con una sonrisa ladeada -Quizás demasiado bien -agregó, miró a Cyrene y llevó uno de sus dedos a sus labios, lo rozó a penas y luego se afirmó en la misma mano. Miró altivamente a Dinethos y tras unos segundos de incomodo silencio bajo la escrutadora mirada de Circe, me aclaré la garganta y adelanté un par de pasos.
- Creo que será mejor que nos reunamos con el grupo -musité. 
- Si... Como no, están afuera, junto a la playa.
- Gracias. 
- No hay de que... Pero... ¿Por qué la prisa? -sonrió.
- Digamos que Dinethos es quien sabe de barcos -musitó Cyrene mientras yo asentía.
- Oh... En ese caso, deberían ir pronto, mis esclavas aseguran que están allá afuera discutiendo, sin avanzar en nada.
- Será mejor que nos apresuremos entonces -
- Si... Ah... Dinethos. No descuides a esa chica, no querrás que nada malo le suceda...
- No, por supuesto que no.

Al salir de la sala nos dirigimos a la playa rápidamente. En el camino los tres llegamos a la conclusión de que Circe no se había tragado la idea completa, además de actuar muy extraño con Cyrene, solo esperábamos que no interfiriera con esto del barco, aunque a mi parecer, no lo haría, o no se habría portado como lo hizo antes. 
Llegamos a la playa, estaba todo lo que necesitaríamos, en bruto. Discutían mil y un temas respecto al barco, pero nadie hacía algo. 

by KatrinaxStevens

14.3.11

Cap 140

Dinethos

Me había asentado con bastante facilidad a la orilla de un río. Había cogido un par de peces y me las había arreglado para purificar el agua. De alguna forma, todo parecía ir bien.

Sólo que... no había forma humana de salir de aquel lugar. Por la disposición de las estrellas durante la noche y el movimiento del sol, calculé dónde podía haber naufragado, pero no recordaba haber estado aquí antes. Sabía que aquello no podía ser un continente, ya que después de subirme a uno de los árboles cercanos, verifiqué que detrás del bosque, sólo había mar.

Y así me encontraba, mirando el cielo, pensando en qué podría hacer a continuación para no morir en aquella isla cuando dos sombras taparon mi vista.

Dos mujeres.

Por protocolo de cortesía que me habían enseñado, me erguí e hice un saludo respetuoso. No sabía qué querían, pero dudo que me quisieran matar o lo habrían hecho ya. Si me querían para algo que yo no quisiese, me habrían capturado, pero al presentarse sin más, me dieron a entender que no eran hostiles.

- Hola- dijo una de ellas.
- Buenos... días- dije. Desde el azote de la ola no hablaba. Se sentía reconfortante. Les sonreí.
- Iremos directas al grano. Te hemos salvado la vida. Si no fuera por nuestra intervención, serías una bestia ahora mismo. Y queremos saber por qué estás aquí- una de ellas parecía nerviosa al hablar, como si la hubiesen agitado antes de que viniese.

Recordé la ola y los gritos. De nuevo.

- Bueno, mi tierra fue tragada por las olas y el mar. Aunque suene extraño, por la misma divinidad a la que venerábamos; Posesión.  Ahora mismo, lo que quiero es acabar con él. Aunque suene a locura, ya que no creo que haya ninguna forma de salir de aquí. No me he presentado. Soy Dinethos. Me alegra encontrar gente.

Según hablaba sus rostros presentaron distintos gestos y muecas. Sorpresa. Relajación. Sonrisa cómplice. Sonrisa común.

- No hay tiempo para explicaciones; si sabes hacer un barco, nosotras y algunos compañeros tenemos el mismo deseo que tú, así que si nos ayudas con los planos te dejamos acompañarnos.

Vaya. Qué impertinente. Sonreí. Su actitud era agradable, casi de confianza.

- Bueno. No sólo sé hacer un barco, sino que también soy un buen navegante, modestia aparte, trabajaba haciendo planos de barcos según las corrientes de la zona, la disposición de movimiento, la velocidad... Para la empresa que compartimos, creo que necesitaremos un barco robusto, aunque su velocidad vaya a ser un poco lenta. También podemos hacer un modelo en el que estoy, quiero decir, estaba trabajando, que es pequeño, con una capacidad de cinco a diez personas, muy ágil y de fácil manejo, pero del que se tiene que estar pendiente largo rato. Vosotras diréis de qué tipo lo preferís. El primero es sólo manejable por mar y está pensado para que dure. El segundo puede moverse tanto por mar como por ríos y es útil para escapar de cualquier problema, aunque si es impactado, la probabilidad de hundirse es bastante alta. También es más fácil y rápida de construir.

- Y una cosa más...
- ¿Sí?
- ¿Tienes novia?


by 1n1g0

Cap 139

Adelphos, Epifanía, Heracles y Mor


¿Y ahora que? Rayos, ¿que les paso a todos anoche? En un abrir y cerrar de ojos ya había tomado por atrás a Cyrene y con ayuda de Keops que la tomo por los piernas la alejamos lo mas posible de Mor para que no le hiciera daño... Mor a Cyrene, claro estaba. Al parecer no había tenido una buena noche y su cara me hacia imaginar lo que le hubiera pasado a la chica de no haberla alejado rápidamente de el...
- Tranquila...- musite, la chica se revolvía furiosa para saberse, quien sabe que le habrá hecho Mor... De pronto se zafo del frágil agarre de Keops y el chico recibió una fuerte patada en la barbilla que lo hizo caer al suelo bastante adolorido. Abrí los ojos con sorpresa... Y dentro de mí esa escena me causo risa, pero debía poner orden aquí.
- Suéltame...- musito enfurruñada haciendo fuerza, la tome mas firmemente pero sin hacerle daño... 
- Cyrene... Por favor, tranquilízate... ¿De acuerdo? Sea cual sea tu problema con Mor lo solucionaremos una vez que salgamos de una vez de aquí.... Pero por favor, tranquila...- susurre cerca de su oreja, en un tono conciliador... Siempre fui bueno en eso, pero con la ira de esta niña, no era seguro que funcionara... Sin embargo, sentí un suspiro, y luego su infantil voz...
- Bien... Lo arreglare con el fuera... ¿Ahora ya puedes soltarme?- dijo en voz baja, tranquilizándose. Yo también di un pequeño suspiro, y con una leve sonrisa la solté despacio, la niña camino tranquila y se sentó lejos de Mor...
- Menos mal...- susurre para mi, mientras observaba como Adelphos ayudaba a Keops, soltándole una pequeña broma de cómo una chica lo había tirado al suelo... Keops sonrío mientras se levantaba y tocaba la comisura de sus labios, comprobando... Que no estaba herido, eso si que había sido suerte... Fue una gran patada.
- Vamos a sentarnos ya, luego hablaremos de lo que pasó...- dijo Adelphos, quien estaba también extraño, nuevamente me preguntaba ¿Qué paso anoche? Nos fuimos a sentar para escuchar a Circe, en el trayecto, escuche un... “Lo siento” Por parte de Cyrene para Keops que se sentó a su lado, este le dedico una sonrisa y soltó un... “No hay problema”.



- Por Zeus -musité mirando a Cyrene, esta se sentó, Mor quedó con el ceño fruncido y el pobre Keops... Pobre Keops, pero que patada le había dado esa niña, sin duda era una niña poderosa. -asentí. Tomé mi vaso, bebí un poco y rodé los ojos hacia Mor. No se en que habré pensado en aquel instante, pero sentí un repentino placer al ver como la chica intentaba 
golpearlo, pero que carácter. Quizás se lo merecía... Noo, en que estoy pensando, basta de cosas sin sentidos Epifanía, elimina las estupideces de tu mente y pon atención en lo que haces, date cuenta de que el vaso del que bebes, ya no queda liquido... 
Alejé el vaso de mis labios, lo miré y estaba vacío. Maravilloso, ahora tengo una voz más atenta que mis propios pensamientos en la mente. 
- Bien... Como decía -musité, todos me miraron - Qué haremos entonces con el... "guerrero" -musité acusando la mirada en dirección a mis compañeros.



El poco de paciencia que tenía, el poco “sueño” que había recuperado se esfumó en un segundo con la pataleta de Cyrene. No sé qué rayos había ocurrido anoche, pero esto de andar ganándome gritos y estupideces por parte de las “niñas” no me causaba nada de gracia. Me arreglé la capa y clavé una mirada asesina, juro que si no la agarraban se iba a llevar una llave y buena zamarreada como el día en que apareció.
Epifanía habló.
-No sé, esto de que la gente naufraga y cae en islas de mitología pensé que solo nos ocurría a nosotros…- Mascullé y Epifanía negó. – Creo que si naufrago por aquí quizás sepa algo… quizás fue arrojado por aquí con las mismas razones…- miré un momento hacia afuera – O quizás debería morir… no sé- agregué. Mire Adelphos – No sé qué diga el “líder” con respecto a esto- mascullé a Adelphos con el ceño fruncido… Todavía estaba bastante enojado.



Luego de la escena de Cyrene y la muy graciosa patada al pobre Keops, que por cierto creo que se había llevado golpes de casi todos los miembros del grupo, nos toco hablar de la situación del chico que había naufragado aquí... No era una decisión fácil, no sabíamos con que nos encontraríamos, alguien que naufraga no siempre debe ser alguien bueno... En fin, supongo que vamos a necesitar gente y, en todo caso, lo tendremos bien vigilado hasta que sepamos bien “quien es”.
- Creo que podemos llevarlo con nosotros, no podemos juzgarlo sin conocerlo...- mire a todos pero obviando a Keops, me haría reír y no seria algo serio para el momento. – Sabemos cual será su destino si queda en manos de Circe, además si no llega a ser lo que esperamos...- mire a Mor – Ya veremos que hacemos con el...- bebí unos tragos de mi vaso, pensando si lo que decidía era bueno o malo para el grupo... En todo caso ya lo averiguaríamos, algo era seguro, no lo juzgaríamos sin conocerlo, eso era cosa de dioses...
- Mmm, pienso igual...- dijo por fin Heracles, luego de un momento de silencio que no fue nada corto, o eso pareció a mí. A la voz de Heracles se sumaron otras opinando de la misma manera, incluso Mor, aunque no del todo convencido... Seguramente preferiría dejarlo aquí y no correr absolutamente ningún riesgo. Patroclo llego de pronto junto con Calisto y Demetrius.
- ¿Dónde se habían metido?- pregunté de forma casi inmediata, mirándolo fijamente. El me miro con cara arrogante.
- Eso no te incumbe, hermano...- su tono de voz, fría, típico de el, pero no podía cuestionarse que era un gran guerrero, muy valioso en combate. - ¿Así que hay un nuevo naufrago? Seguramente lo harás venir con nosotros...- agrego mirándome con sorna. Mi mirada le respondió... El negó con la cabeza... – Hay Adelphos...- negó nuevamente – Siempre en tu posición de buen niño, protector, líder...- negó otra vez, y se acerco a la mesa, levantando un vaso y tomándose su contenido rápidamente. Calisto y Demetrius se sentaron en silencio. 
- Supongo que no hace falta preguntarte que opinas, pero... La mayoría gana, lo siento...- le respondí con una sonrisa algo burlona.



- Interesante conversación de hermanos... Pero debo recordarles que Circe está sentada a unos metros... No podría asegurar que tiene un oído digno de Hermes, pero si no bajan el volumen, el naufrago quedará fuera de nuestro trato... A merced de ella -susurré mirando fijamente a Adelphos, quien parecía mirar a su hermano con más simpatía que de costumbre, su rostro cambió en cuanto escuchó mis palabras y no encontrar como rebatir, asintió en mi dirección - Bien. Ahora, ya que llegamos a la conclusión de que lo llevaremos y luego preguntaremos quien es y que hace... Roguemos a Zeus que Circe no los haya escuchado -miré a Patroclo - Y preguntemos si sabe algo de nuestro "compañero".



Levanté la vista y me erguí.
-Bueno, nos gustaría reunirnos con nuestro compañero, ya que nos preocupa bastante su integridad. Además – Miré a Cyrene – Su novia esta muy preocupada por él y señale con una mano a Cyrene y esta se levanto indignada - ¿Ve? La reacción de chica que a perdido a su novio- Si la miradas mataran estaría en el mismísimo Hades, ah, esperen, ya he estado allí.
Recibió un codazo por parte de Keops y esta bajo el rostro lleno de furia.
- Si… estoy muy preocupada por el- masculló a regañadientes de tal modo que pensé que los dientes se le iban a quebrar…
- ¿Ve?- y con una sonrisa miré a Circe que miró a la chica.



Vaya, lo ultimo que faltaba era que venga Patroclo y casi nos eche a perder el plan... Encima Adelphos casi mete la pata también... Bueno, Circe al parecer no se había dado cuenta, así que habría que olvidar lo que paso. Por suerte Mor fue inteligente, ¿o rencoroso por los hechos anteriores? Sea cual sea la respuesta, había funcionado... Aunque estaba seguro que tendría que atrapar de nuevo a la chica para que no se le tire encima luego de esto. Ahora... ¿Circe caería en la mentira de Cyrene, la novia?
- Con que... Su novia...- dijo mirándola fijamente, se levanto de su asiento y dio un par de pasos hacia la chica, esto ni pintaba para nada bueno.
- Si... ¿Qué no me crees?- musito, en un tono fingido de enfado, el cual le salió muuuy real ya que si estaba enfadada. – Quiero verlo, quiero saber como esta...- dijo alzando la voz casi al limite de gritar.
- Tranquila... El esta bien...- dijo Circe con una voz engatusadora. Si hacia un par de preguntas más, estábamos fritos con el tema de “rescatar” al nuevo naufrago.
- Entonces queremos verlo ahora...- dije serio mirando a los ojos a Circe – Por favor...- agregue, dando un trago de mi vaso.
- ¿Y por que el apuro?- pregunto Circe alzando una ceja, con una sonrisa leve. Mire a los demás fugazmente, como buscando ayuda para salir de esta fácilmente.
- Tenemos que seguir viaje, nos encantaría quedarnos pero... Bueno...- dijo Keops culminando con una pequeña risa, aun tocándose el lugar de la patada. Fruncí el ceño, ya era clásico sus comentarios tan... Juveniles.



- Circe. ¿Serías tan amable de llevarnos con él? -musité mientras dejaba en la meza un trozo de pan y la miraba fijo. Estaba confundida, bastante desconfiada, pero teníamos que llegar hasta el final con la treta. 
- Claro -asintió y sonrió -Pero aun no... Tengo algunas cosas que... Atender antes, con ustedes por supuesto -acotó y se devolvió a su asiento. Juraría que en aquel momento todos tragamos saliva pensando en qué sería lo que tendría que aclarar antes. 
- Como guste... Todo a su tiempo, ¿No? -musité y correspondí a su sonrisa. Miré a mi costado a Mor y el enarcó los hombros. Yo tampoco tenía ni la menor idea de lo que querría hablar.
- Bueno. No se si seré la única, o ustedes habrán notado también, lo mal... Organizados que están - comentó. Nadie dijo palabra alguna, ella tenía toda la razón...



- Adelphos hace lo que puede- comenté y este me miró con cara de "muérete” y yo miré a Circe. Esta esbozó una sonrisa.
La mujer se sentó en la mesa.
- Me gustaría compartir un par de cosas con ustedes…- comentó y cruzó las piernas.
Todos fruncimos el ceño.
- Al igual que ustedes tengo mis razones, ustedes para hacer esta loca empresa, yo… para guardarle un cierto rencor a los dioses…- sonrió con una sonrisa suspicaz. Algo si había escuchado una vez, no hay nada más peligroso que una mujer herida, y rencorosa… al parecer Circe… tenía de ambas, y nos contó brevemente su pequeña historia, algo así como para que creyéramos en ella. 
De su regazo sacó un mapa y lo extendió.
- Creo que necesitan entender un poco de que va el mundo que están pisando y que dejen a andar a ciegas por el… como unos ciegos privados de su autodominio
- Gracias…- musité con los brazos cruzados. Y ella me miró y volvió a mirar el mapa.
- Tiene que tener cuidado viajeros, aquí hay demasiados hombres en su tripulación… Encontrarse con las sirenas sería fatal… ¿No creen?- agregó y varios se miraron entre ellos.
- Eso pensé- sonrió y con su mapa, fue nombrando nombres… lugares, leyendas y estas fueron apareciendo en el mapa, como dibujos, en los puntos… Ella nos explicaba lo que necesitábamos saber para qué cosas como los gigantes no nos tomaran por sorpresa.
Ignoro cuanto tiempo pasamos allí pero le doy que era un poco más del medio día.
Nadie se movía solo miraban el mapa, miraban de reojo a los compañeros… Y seguían mirando las explicaciones de la mujer, todas variopintas, desde la creación del mundo, desde la división del territorio, los dioses, las diosas, leyendas, semidioses, artilugios, historias, nombres.
Gran parte las había escuchado y un pequeño porcentaje del anterior las había vivido en carne propia. Pero toda esta información era… invaluable…
La mujer cerró el mapa y levantó la vista.
Todos se miraron.
- Solo les voy a pedir un favor…- comentó la mujer.
Todos se miraron. Adelphos asintió.
- Cuando estén frente a Zeus díganle de mí parte… Que se lo dije…- varios fruncieron el ceño.
Adelphos volvió a asentir y la mujer salió de la habitación.
- No pueden robarse un barco, No poseo ninguna embarcación. Pero puedo ayudaros con eso al respecto dándole los materiales… de ustedes dependerán su dominio con las manos y cuantos kilómetros andarán antes de que su embarcación se hunda. Suerte con eso.- ronroneó la mujer dejando el mapa en la mesa. Keops tomó el mapa y lo fue a entregar a la mujer.
La mujer volteó y musito.
- No sé de qué hablas corazón… eso no me pertenece… quizás sea de alguno de ustedes…- Ladeó la cabeza y pasó una mirada al grupo. – Tengas mucho cuidado con sus cosas… y más con cosas como esas… Los piratas matarían una civilización entera por algo como eso…- ronroneó acarició la mejilla de Keops y salió de la sala, con la cara de todos estupefactas mirando el mapa que yacía en la mesa…



Aun con las palabras de Epifanía rondando en mi mente, preste mucha atención a las palabras de Circe... O lo más que pude. ¿Tan mal líder era? Cierto o no, eso cambiaría a partir de ahora... Juraba por mi vida ser un buen líder y procurar que nadie muera en esta travesía, para vencer finalmente a los dioses y darles a los humanos la libertad que merecen... Que merecemos todos, mejor dicho. Una vez que termino la explicación, y de que Circe nos dejo el mapa, sentí el impulso de decirle gracias y besarla. Bueno, no tanto, pero lo que había hecho por nosotros. Era invaluable. Una vez que se retiro de la sala, Keops le entrego el mapa a Epifanía. Supongo que seria la más cuidadosa ya que nunca se mandaba al combate cuerpo a cuerpo, y además, no era bueno guardando cosas.
- Bien, ¿Y ahora que hacemos?- pregunto Heracles levantándose de su asiento, con su ave en su hombro.
- Tomar los materiales que nos brinde Circe, y hacer un barco...- dije lo más tranquilo, como si fuéramos a armar un botecito de papel. Bastantes me miraron con cara de: “Si es tan fácil te lo dejamos a ti”. Alce los hombros y sonreí.- ¿Qué tan difícil puede ser?- agregué entrelazando mis manos detrás de mi nuca.
- Eso lo averiguaremos muy pronto...- dijo Mor levantándose, sin mucho humor.
- Y también conocer al naufrago...- agrego Cyrene.
- Querrás decir, tu “novio”- agrego Keops a su lado, es obvio lo que paso después. La chica se abalanzó sobre el joven, por suerte Heracles actúo rápido como una gacela y detuvo a Cyrene a tiempo, a veces Keops no sabia cuando callar... En serio.
- Pregunto... ¿Alguien tiene la mas mínima idea de cómo fabricar un barco?- pregunto Amisthy cruzada de brazos.



Tomé el mapa con ojos soñadores, lo abrí y hurgueteé con mi dedo distintos lugares. No sabía si había sido un error que me lo entregaran a mí, quizás gastaría su magia antes de lo previsto, pero sin duda lo cuidaría más que cualquier otra cosa, es decir, ¿Había lago más increíble que este mapa? -negué. Claro que no.
- Increíble -musité mientras lo miraba, en este momento daría toda la Biblioteca de Alejandría para que el mapa jamás se fuera de mi lado. (*-*) 
- Epifanía! -musitó Cyrene. Levanté la vista y la miré un segundo, aun segada con las visiones del mapa, luego aclaré la vista y asentí.
- Dime.
- Vamos... Tenemos que construir un barco -musitó entrecerrando los ojos, yo hice lo mismo, asentí, enrollé el mapa con sumo cuidado y me levanté. Vamos. 
Entonces me paré, aun con le mapa entre las manos y seguí al grupo, que salía a la playa con el entusiasmo de una manada de ovejas... Que desanimados estábamos, menos Adelphos, que de un momento a otro, se había vuelto... ¿Alegre? Tonto...
- Bien... ¿Quien tiene los planos? -musitó Keops y yo negué.
- En mala hora asesinaste a Dédalo Mor -comenté mientras lo miraba y sonreía. El acusó la mirada en mi dirección - Era una broma... Olvídalo -musité y cambié de dirección la vista, hacia Cyrene y conseguí una forma de liberarnos, al menos por un rato, de lo que sería la construcción del barco -Cyrene... Vamos a ver como se encuentra tu novio... Digo, el naufrago -arreglé, ella me miró frunciendo el seño, asintió y salió caminando más rápido de lo normal.



by KatrinaxStevens, Silius & Double_Angy