28.3.11

Cap 154

Cyrene 

Seguía mirando la luna mientras los demás terminaban de cenar, Epifanía se había recostado un rato desde que había despertado y se había vuelto a dormir, el medico, que por fin pudo ponerse ropa tras el hecho de que evitara mirarlo y que Epifanía volviera a recordarle que andaba desnudo. Este había dicho que Epifanía aun se sentiría cansada un par de días más y que necesitaría que alguien estuviera cerca de ella y accedí a hacerlo por que la pobre no tenía por que estar aguantando a Mor y Patroclo mientras aun se sintiera mal. Había ido a cenar después de que Zorba insistiera si no quería enfermarme yo también y tras disculparme con Heracles, por haberlo lastimado un poco cuando arme tremendo jaleo contra Mor, me senté y comí ensalada... tanta y tanta ensalada que deseaba con todas mis fuerzas salir de esa isla y comer carne que siempre hubiese sido animal.

Adelphos estaba preocupado por Epifanía pero el modo en el que lo preguntaba me hacia pensar que se inquietaba demasiado, según Heracles (que a veces me parecía algo parecido a lo que debía ser un padre) había ocurrido un ligero pleito "cosas de hermanos" había dicho solamente pero aun así, la cena transcurrió con pláticas convencionales entre las que destacaban unos cuantos comentarios de Circe acerca del hecho de que no me sentaba cerca de Dinethos y cosas así, y yo que me sobresaltaba un poco, recuperaba la calma cuando Heracles me tomaba de la mano...y Mor me lanzaba esa mirada de "cometes un error y te mato" tenia que responder con cosas como "Creo que quiere hacer más cosas que solo estar con su novia" y podía apenas relajarme de su lado.

Cuando todos terminaron de cenar, después de largo rato de mirar el cielo nocturno, celebrando que no hubiese mucha carne y si bastante ensalada, decidí llevarle a la enfermita. Para no causar más sospechas en Circe, Zorba me señaló que debíamos llevarle a Epifanía y Dinethos lo colocaba en una bandeja, así, el medico, el guerrero y yo, volvíamos antes a las habitaciones. Ya había acordado que dormiría en el cuarto de Epifanía para cuidarla y tremendo susto me llevé cuando Mor trajo arrastrando una enorme piel de pantera de tal como que parecía que le hubieran comido la cabeza.

- Los chicos dicen que podrías resfriarte si te duermes en el piso...- dijo como quien no quiere la cosa y después miro a Zorba 
- A ti no te traigo nada, no te enfermes...

Y parecía que echaría a reír por alguna broma privada que no supe entender. Tome la piel y lo corrí sin devolverle su capa, Epifanía parecía haber recuperado el calor gracias a eso, así que debía esperar un poco más para recuperarla y me aseguraría que no le pasara nada, lo único que quería era molestar realmente al chico con aroma a Azufre.

Epifanía se levantó ya muy tarde alegando que tenia hambre, somnolienta le acerque la bandeja y la miré comer cual pajarito, al parecer no le daba mucha hambre estando enferma, pero solo fue apariencia pues aunque lento, se lo terminó casi todo. 

- Ha estado muy quieta y obediente desde que despertaste- comentó Zorba y enrojecí de molestia ¿Acaso yo no era obediente? ¿Podía saberlo si llevábamos poco de conocernos?

Por la cara de Epifanía, parecía que le daba la razón al medico. Apoyé mi cabeza contra el colchón y sentí las manos de la chica jugar con mi cabello. 

- Así que has sido una buena niña- bromeó, desquitándose quizá, de los regaños que le había dado yo antes.
- No soy una niña- comenté haciendo un ligero mohín y ocultando la cabeza en el costado de la chica…- Solo estaba preocupada- finalicé.


by wolfmanhunter_Lilith

Cap 153

Adelphos

Durante la comida no podía evitar sentir la mirada de Patroclo clavándose en mí como una aguja maliciosa. El se lo había buscado... Mira que decir que Epifanía me gusta. 

Eche un bocado a mi boca, masticándolo algo molesto. Tanto que dejé de comer rápidamente. Tampoco era que tuviera hambre. Lo que si, estaba bastante cansado... Había sido un arduo trabajo. Además de cansado, preocupado. ¿Cómo estaría Epifanía? Entonces recordé que cuando Cyrene salió de la habitación no nos dijo nada, bueno, estaba lejos y no escuche lo que decía. Que mal de mi parte no haberle preguntado antes... Entonces, cuando vi que la niña se levantaba al terminar de comer, yendo hacia uno de los balcones, me levante y fui hacia donde se encontraba.

- ¿Satisfecha?- pregunté iniciando la conversación, ella me miró con una sonrisa ladeada en el rostro, luego miró hacia el cielo. La luna se encontraba en lo alto brillando con un magnifico esplendor. 
- No se me antoja mucho la carne que era humana...- respondió. –Pero por suerte había ensaladas...- agrego asintiendo con la cabeza.
- Creo que a nadie se le antoja mucho... Pero hay que recuperar energías igualmente.
- Algo parecido me dijo Heracles...- respondió. Hubo un silencio largo... Hasta que le pregunte lo que quería.
- ¿Cómo esta Epifanía?- mis palabras salieron con duda, haciendo que Cyrene se girara un momento a verme, para volver momentos después a mirar la luna.
- Ella esta bien. Necesita reposo solamente...- después se quedo pensativo, como queriendo recordar algo.- El medico dijo que sufrió algo así como... fatiga crónica creo, si, eso era... Por mirar tanto el mapa ese...- cuando termino de hablar me quede sorprendido. 
-¿Así que era eso?- 
-Si... Bueno, según el medico que antes era un cerdo...- dijo Cyrene. Al decirlo de esa manera era difícil creerlo, pero si había hecho que Epifanía se vaya recuperando, debía de ser eso. – Parece que tenemos una compañera algo debilucha...- agrego. (xD)
- Tal vez... Pero no lo creo así. Mira todo lo que hemos recorrido... De ser así la hubiéramos tenido en este estado muchas veces durante este tiempo- dije, sintiendo una brisa entrar por la ventana.
- Puede ser...- dijo ella. – Como sea, ella esta bien ahora. Seguramente mañana ya la tendremos con todas las fuerzas renovadas- acotó, asentí y apoyando mi mano en su hombro un instante me giré y volví a la mesa. Sentí la mirada de Circe acompañarme durante todo el trayecto hasta sentarme nuevamente en la mesa. Tomé un vaso y mire una parte de la mesa, sorprendiéndome ¿Cuándo el medico se nos había unido? Según el nuevo que estaba a mi lado desde un principio... Negué con la cabeza, ¿en que estaba pensando? Debía concentrarme mas, definitivamente.

Cuando la cena termino, Circe nos dijo que las habitaciones que cada uno había ocupado la noche anterior, volverían a “acogernos” una noche mas. Bueno, si de algo estaba seguro era que esta seria una larga noche.


by Silius

Cap 152

Heracles

Nuevamente una larga mesa llena de deliciosa (¿y por que no humana?) comida se disponía frente a nosotros. Había sido un día agotador, pero confiaba en que mañana por la tarde estuviera terminado y de una vez abandonáramos esta isla. Observé con algo de cautela las furibundas miradas que le echaba Patroclo a su hermano. Eso fue porque luego de que el “medico” nos hizo abandonar la habitación donde se encontraba ahora Epifanía, fuimos a trabajar mas tiempo, pero Adelphos parecía muy preocupado por la chica y estaba algo desconcentrado. Ahí Patroclo empezó a darle cuerda a su lengua haciendo enfadar a Adelphos, quien después, “accidentalmente” dejo caer una viga sobre su hermano haciéndolo caer de bruces en la arena. No hace falta aclarar que tuve que interceder para que ambos no empezaran a pelear. Recomendé a Adelphos dejar de trabajar y... Bueno, terminamos aquí. 

-Toma...- dije extendiendo un trozo de carne de no sé que a Midhos que lo atrapo con sus garras y lo devoro tranquilamente. En lo que me concernía, humana o no, ya estaban muertos, y por lo menos Midhos tenia derecho a alimentarse si quería. Yo me limité a comer apenas unos bocados, calmado y todo, sentía bastante preocupación por como se encontraba Epifanía. Tome un vaso de agua y empecé a observar a todos con discreción, en especial al nuevo.

Sabe de barcos, es gentil lo que lo coloca rápidamente sobre Patroclo, no sabemos si es buen guerrero, no es conflictivo y sabe mantener el orden (lo demostró en la manera de guiarnos para construir el barco), claro y además le salvamos de terminar como la comida de la mesa. En lo personal podría decirse que confiaba en el como el debía de confiar en nosotros, pero no le quitaría la mirada de encima.

Un chillido de Midhos, luego sus garras clavándose en mi hombro. Fruncí el ceño.

- Ya... ¿Estas hambriento eh?- susurré con media sonrisa dándole otro trozo de carne. Luego le susurré algo que entendió a la perfección. Los chicos charlaban un poco, claro... Dentro de lo que el oído de Circe debía escuchar, claro. La mujer nos miraba desde una punta con mucha atención. Se me hacia que no nos creía nada de nada, ojala estuviera equivocado pero...
- Oye...- gire mi cabeza y era Cyrene que estaba a mi lado. 
- ¿Esa fui yo?- preguntó señalando mi hombro derecho, había marcas de uñas, bastantes molestas por cierto. Su mirada denotaba como... Pena, tal vez.
- No es nada Cyrene. Te comprendo...- le dije sonriendo apenas.
- Lo siento. Es que... Mor…- musitaba en voz baja, y no tratando de no hablar de mas.
- Lo sé... Sé que Mor puede ser molesto a veces- decía mientras miraba sin que Cyrene lo notara a Mor, que oía la conversación. Este alzo una ceja, yo alce los hombros apenas. - Pero trata de aguantarlo, aunque sea hasta que estemos sobre el barco lejos de aquí...- susurré. Ella asintió... – Por cierto, ¿No comes? Debes alimentarte...- agregué ya en un tono normal.
- Pues... Como que no se me antoja la carne antes humana...- dijo cruzándose de brazos, reí un instante. 
- A mi tampoco, pero creo que desperdiciarla seria... No se como decirlo. Suene mal, pero ya esta hecho, y debemos alimentarnos.- la mirada de Cyrene no demostraba que la convenciera. – Si no, tienes ensaladas...- dije sonriendo acercándole una bandeja de oro. Ella me miro y sonrío.


by Silius

27.3.11

Cap 151

Epifanía 

-Coser -musité mientras miraba a Patroclo, quien por encargo de Dinethos, venía a pedirnos si podíamos coser las velas necesarias para el barco. A decir verdad, aquella petición no me era en absoluta indiferente, obviamente podríamos coser junto a Cyrene, lo que serían las velas del barco pero... Pero su expresión no solo nos "pedía" eso, sino que nos enviaba lejos de la construcción del barco y luego tiene el descaro de agregar: "Y si les alcanza el tiempo, pueden coser algunas cosas que están un tanto desgarradas de nuestra ropa". Juro que lo mato... Solo gastaría una flecha y me ahorro de por vida escuchar su molesta voz. 

Así que con Cyrene nos fuimos a coser... Pues Amisthy estaba en algún sitio por ahí, salvándose de la cosida masiva de velas. Nos sentamos cerca de la orilla de la playa y mientras cosía, y ante el monólogo de lucha de la chica contra la aguja y la manía que esta tenía de perforar la piel de sus dedos, abrí el mapa y comencé a explorarlo... Nuevamente. Cosía  cosía y cosía .. Lo había hecho desde que recordaba, vivía en el templo, así que podía hacerlo sin siquiera mirar, aunque me pinchaba de todas formas. 

Entonces como ya había marcado casi todas las polis Griegas, comencé a viajar al exterior, Egipto, Alejandría, pueblos mas al oriente, pero la curiosidad me llevó al Este, cada vez más hacia el Este, en dirección a los viajes de Hercules* Y me perdí en incontables sitios. No había nombres, solo dibujos. Antiguas aldeas, grandes islas, mares, un mar tan grande, que separaba dos trozos de tierra por más distancia que el mismísimo tamaño de Grecia entera y mucho más. Entonces donde plantaba mi dedo, aparecían imágenes interesantes. Parecía ser que el mapa contenía un conocimiento universal, pero a la vez, era un conocimiento básico, nada especifico, solo lo suficiente para hacerte una idea, pero en Grecia, el tema era vivido en detalle. 

Bostecé. Que extraño, era como la decimoquinta vez que bostezaba en el día. Es decir, antes había dormido poco, pero nunca había estado tan cansada tan luego. 

Entonces llegó Mor, comenzó a molestar a Cyrene, pobre, tenía los dedos muy mal. Pero parecía ser que entre tanto Mor la molestaba, ella se desquitaba conmigo, es decir, ¿Que tiene que mire el mapa? Es solo curiosidad. Creo, de todas formas ella siempre me regañaba, ya comenzaba a sentirme mal por cargar el mapa. 

Cosía, cosía, Mor molestaba a Cyrene, ella me retaba. En fin, terminé de coser y dejé la aguja y la vela a un lado. Cerré el mapa y me sentí débil. Mi cabeza repentinamente adolorida y mis brazos un tanto cansados me hicieron querer levantarme. 
Cyrene insistió en que no lucía bien, para nada, pero yo solo sonreí y finge que nada sucedía. 

-Sed -musité mientras la miraba -Solo es eso... Mucha brisa salada y poca agua dulce -comenté, ella asintió y se levantó a no se donde. 

El cansancio me bajó todo de una vez, un dolor de cabeza, debilidad en los brazos. Quería agua, quería acostarme en algún sitio tranquilo, lejos del martilleo y los gritos. Me levanté, pero me sentí débil hasta para ponerme de pie, lo intenté dos veces, la forma en la que comúnmente me levantaba no bastaba. Maldición. Si había sido Circe, le iba a ir muy mal con los dioses. Me apoyé en una de mis rodillas, me di impulso y me levanté, mi talón derecho cedió y volví a caer, pero esta vez alcancé a afirmarme en mis brazos, aunque no por mucho, segundos más tarde, solo recordaba haber caído en la arena, completamente debilitada y al fin, cerré los ojos, con el mapa como última visión. 

-.-.-.- 


Abrí los ojos y me encontraba en una habitación con luz tenue. Estaba todo como... Como oscuro y extraño, no se. Aclaré la visión un par de veces y luego sentí algo en la boca, algo pastoso. Tragué la saliva que se acumulaba bajo mi lengua, junto con la extraña sustancia, bastante amarga y dura y luego tosí una vez, ya que se me hizo difícil tragar estando recostada... - Por Zeus ¿Donde estaba?- Intenté levantar la cabeza, pero una cálida mano me detuvo en el instante. Parpadeé un par de veces y al aclarar mi vista, un joven me observaba curioso, sentado junto a mí en la cama en la que me encontraba recostada. 

- Tranquila. No debes agitarte -musitó mientras se acercaba a mi y abría mis parpados, mirando fijamente mis ojos. 
- ¿Agitarme? -murmuré con un hilo de voz. 
- Así es... Has sufrido una baja de energía considerable. Estuviste a punto de morir. 
- Morir. ¿Qué clase de cosas dice? Y... ¿Quien es usted? -dije mientras sentía las manos del joven en mi cuello, luego en mi muñeca y al final en mi pecho, pero estaba tan cansada, desconcertada y perdida, que no decía nada, a penas y podía moverme. 
- Mi nombre es Zorba y soy medico. 
- Medico -repetí a la vez que entendía la forma en la que me examinaba. 
- Así es. Quizás no se haya dado cuenta, pero aquel mapa que manipulaba con tanta confianza, según me han contado, ha... ¿Cómo decirlo? 
- Espere... ¿El mapa? 
- Sí. Aquel mapa, según veo, ha hecho que perdiera casi toda su energía. La absorbió, de alguna manera. 
- El mapa casi me mata -afirmé mientras me incorporaba con la ayuda del joven, quien tras sostenerme hasta que me senté en la cama, me extendió un vaso de agua. 
- Así es. Sugiero mucho reposo y que se alimente mejor. Está un poco... 
- Delgada. Lo se, no lo diga -musité luego miré a un lado. Junto a mí, en la gran cama, dormía Cyrene, acurrucada bajo unas mantas a unos centímetros de mí. 
- ¿Cuanto tiempo llevo así? 
- ¿Recuerdas cuando te desmayaste? 
- Así es. Lo recuerdo. Es más, es lo último que recuerdo. 
- Pues desde entonces. No se a que hora te desmayaste, solo puedo asegurar que es muy tarde. Es la hora de la cena, más o menos. 
- Ya veo -musité mientras llevaba una de mis manos a mi cabeza y cerraba los ojos - ¿Cómo va el barco? ¿Sabes algo? -pregunté a la vez que fijaba la mirada en el joven. 
- Eh... No. No deberías pensar en eso ahora, más bien creo que deberías comer algo y dormir, descansar, recuperar fuerzas, ya sabes, algo que usualmente hacen las personas en recuperación. 
- Gracias, en serio. No recordaba un medico tan amable, es más, no recordaba uno tan joven y afable, pero no soy de las que descansa luego de una enfermedad -musité, el asintió mientras me miraba y yo sonreí. 
- Está bien... Puedes ir a cenar con los demás -dijo extendiendo el brazo hacia la salida, yo lo miré. ¿Era en serio? Si es así, maravilloso. 
- Gracias -musité muy feliz. Así que cuando fui a destaparme y a levantarme, vi que tenía la capa de Mor encima. Eso explicaba el aroma a azufre y lo cálida que estaba. Puse ambos pies en el suelo y cuando me levanté, volví a sentir aquella debilidad en mis piernas y me fui hacia adelante, el joven medico me alcanzó a afirmar del brazo y luego de la cintura y cuando me enderezó, me miró con una sonrisa complacida. 
- ¿Lo ves? 
- Lo veo y lo entiendo... ¿Reposo decías? -pregunté y el asintió. 

Al parecer estaba tan debilitada, que los esfuerzos serian desastrosos. Quizás había pensado que para mi no había mejor medio que ver para creer y que obviamente no entendería que necesitaría reposo si o si, a menos que lo comprobara por mi misma. 

- Sentí que eras muy testaruda, espero no haber... 
- No te preocupes. No entiendo de otra forma -dije mientras él me ayudaba a recostarme otra vez en la cama. - Por cierto, ¿Sabías que estás desnudo? -pregunté a la vez que tomaba la capa de Mor y me tapaba con ella hasta el cuello, atenta a la infusión de que el joven medico preparaba con unas hierbas. 
- Eso tiene una muy buena explicación... Bébela -musitó mientras me la extendía. Lo dude un par de segundos, pero luego lo bebí todo, no era el mejor sabor del mundo, pero me haría sentir mejor. 
- ¿Cómo llegaste a ser mi medico? 
- ¿Debo suponer que por esa respuesta no estás conforme con mi asistencia? -preguntó y yo negué. 
- No, todo lo contrario. Lo digo porque no te había visto en esta casa y digamos que los únicos hombres por el lugar, de momento, son los de mi grupo -el asintió y luego sonrió un tanto frustrado. 
- Pues antes de esto era un cerdo -dijo y yo lo miré fijo. 
-¿Circe? -el asintió. 
- ¡Epifanía! -dijo repentinamente la voz de Cyrene. Giré el rostro y la chica se me lanzó encima. 

Me abrazó y me regañó por el mapa, porque la había preocupado en exceso y porque no despertaba y se había dormida esperándome.


by KatrinaxStevens