17.9.11

Cap 192

Adelphos

El momento había llegado, y mentiría descaradamente si no dijera que estaba ansioso porque el combate comenzara... Aunque también mentiría si no dijera que me preocupaba no saber mucho de nuestro enemigo. Descubrir que era capaz de hacer, en medio del combate, podría ser muy peligroso... 


-¡Retrocedan todos!- grite cuando aquella masa oscura que de a poco adquiría forma desplegó dos grandes brazos. “Oh por Zeus” Pensé sorprendido... No sería cosa sencilla.

Lo que creía era Apolo, cayó pesadamente al suelo salpicando todo con ese líquido negro. Alcance a esquivar todo lo que pude aunque un poco cayó en mi antebrazo, protegido por una malla de cuero. Este comenzó a desprender vapor, a quemarse. ¡Rayos! Me saque rápidamente aquello lanzándolo luego al suelo... Este empezó a corroerse lentamente.
-¡Tengan cuidado! ¡Es acido!- grite retrocediendo. Entonces la masa comenzó a moverse rápidamente... Era escalofriante verla dejar un camino de líquido oscuro que quemaba todo lo que había debajo de ella. Tan solo imaginar que te pasaba por encima...
-¡Dispara!- grito Mor mientras que con su machete corría alrededor de lo que no parecía pero era inevitablemente Apolo. De la nada empezaron a salir flechas hacia la masa amorfa... Esta se retorció con cada impacto pero siguió andando como si no le hubieran hecho daño.
-Cuidado con su cuerpo... ¡Ataquen ahora!- grité mientras todos nos lanzábamos contra aquella cosa. Dando cortes a su cuerpo oscuro que hacían que se retorciera. Todos retrocedimos rápidamente cuando se alzó imponentemente tomando una forma humanoide, lo más cercano a la apariencia que tenia de Apolo en mi cabeza.
-¡Cúbranse!- dijo Heracles notando primero que todos el intimidador arco que sobresalía de un costado. Este fue tomado por un brazo oscuro, pero muy humano... Claro, en proporciones más grandes. “Tal vez en ese estado pueda recibir daño” Pensé mientras alzaba mi escudo para protegerme del inminente ataque. Los escasos árboles que había detrás de nosotros podrían servirnos para protegernos más, ¿pero llegaríamos allí a tiempo? Esa, era una muy buena pregunta.

-No reten a los dioses- mascullo una voz sobrenatural, gruesa, salida de aquella cosa que hacía de recipiente para Apolo. Su arco se extendió mostrando una flecha plateada y reluciente... Para luego mostrar más claro su torso, su rostro... –Pero ya es tarde... ¡Su insolencia se pagara con la muerte!- grito furioso y disparo. Su primera flecha fue hacia mí, interpuse mi escudo a tiempo y esta se clavó potente allí, haciéndome retroceder unos pasos. Debía dar gracias a que mi escudo era muy resistente. Alce la cabeza para ver a Apolo lanzar unas cinco flechas más antes de volver a tomar esa masa amorfa que avanzaba rápidamente absorbiendo las flechas de Cyrene y recibiendo sin daño alguno los cortes de los demás.
-No podremos derrotarlo así...- dijo Keops con una flecha en su brazo izquierdo. Fruncía el ceño de dolor pero la arranco tirándola a un lado.
-Hay que aguantar... Tiene que tener un punto débil- mascullo Dinethos. Asentí. Tenía razón... Una debilidad debía de tener.

Un par de minutos después, luego de una serie de ataques altamente fallidos, Apolo comenzó a tomar forma... Su espléndido arco volvió a aparecer y su rostro furibundo quedo a la vista. Todos nos defendimos con lo que teníamos a mano... Pocos tenían escudo, pero los demás contaban con una agilidad muy buena, lo que, por ahora, nos mantenía con vida a todos.
-¡Dispara Cyrene!- ordene deteniendo a tiempo una flecha directa a mi pecho. El escudo no soportaría muchos más impactos como estos. Mire a Apolo, y también vi cuando una de las flechas de Cyrene impactaba en su pecho. Apolo gruño de dolor, se retorció y arranco la flecha de su cuerpo... Un chorro de líquido negro salió por la pequeña abertura.
-¡Sí!- había funcionado. Debíamos detenerle el tiempo suficiente, y cuando su forma humanoide aparecía para atacar, podíamos hacerle daño... Mucho daño si nos lo proponíamos...

Apolo tomo nuevamente la forma amorfa y oscura y comenzó a moverse de muevo... Pero esta vez comenzó a ir en dirección a Cyrene... “La descubrió... Carajo” Pensé mientras corría a la par del ser lanzando cortes que su “cuerpo” sanaba al instante.
-¡Cubran a Cyrene! ¡Que no llegue hasta ella!- grito Mor desde el otro lado de la bestia oscura. Tenía que evitar que llegase a ella y a las demás mujeres.

By Silius

13.9.11

Cap 191

Mor

-Bueno al final, todos apoyando a Cyrene, ella… nos ayudara a llegar donde no podamos…- musito Adelphos…
-Te recuerdo que no sabes a que nos enfrentamos- musite mientras sacaba el machete.- Pero creo que es lo más sensato, eso de Cyrene- gire a voltear a Cyrene con una sonrisa ladeada –Solo no lo estropees, tu eres la arquera…
-Keops, Patroclo intentaran abarcar el mayor terreno posible… En guardia –agregó Adelphos.
-Esperen… ¿Y quién va a cuidar a bultito?- musite mirando a Epifanía. Ella me dedico una mirada de infinito desprecio. –Está bien, nuestra maestra de armas…
Todos se miraron. Mire a Cyrene –Cuida a Cyrene- musite.
-Chicas la arquera…- cometo Heracles, las mujeres asintieron.


El cielo comenzaba a ponerse de colores varios, el amanecer, mire el sol, me gire y estire.

-Bueno, este es el momento donde esto comienza a ponerse feo…- dije mientras daba un par de pasos mirando los restos de la cena, mirando el paisaje… El sol comenzó a alzarse, tocando nuestra piel, los arboles… Y cuando llego a la fogata, todos comenzaron a echarse hacia a atrás, de la carne comenzaba a brotar un humo, apestoso, se quemaba en sí mismo y al hacerlo emanaba un líquido negro… Parecía, algo sacado de uno de uno de los paradisiacos paisajes del Tártaro, yo fui el primero en propinarle un machetazo al pedazo de carne y la masa negra se dividió en dos repeliendo el ataque.
Volví a propinarle otro machetazo y volvió a dividirse.

-¡Mor! Para de hacer estupideces- grito Cyrene.
- Corre al árbol- musite para darme la vuelta. –Corre a un lugar alto… Escóndete, chicas…- todas asintieron.

Mire a los otros y estos comenzaron a mirar como a su alrededor las cabeza del ganado se alzaban a un líquido negruzco, mientras la grama a su paso era quemada como una cosecha arremetida por la furia de Apolo, una sequía. Sonreí mientras miraba el sol.

-Te estábamos esperando señor del sol… - susurre para llevar el machete a mi espalda.

By Double_Angy

11.9.11

Cap 190

Epifanía

Cyrene se encontraba junto a mí, no pude evitar abrazarla y apoyar mi cabeza en la suya. Se notaba que la chica tenía muchos líos en la cabeza, aunque yo no estaba mal, pero ella era diferente a mí...

-No podrás descansar si sigues pensando en ello... -musité.
-Epifanía... ¿Tú me perdonarías? ...Si llegado el momento no pudiese luchar contra Artemisa... ¿Tú me perdonarías?
-Sabes... -musité con un tono de voz muy despacio -Creo que todos estamos aquí por una u otra razón... Aunque creo que la principal y que todos compartimos es: Porque queremos estar aquí. -la muchacha me observó impaciente -Sea cual sea tu razón para permanecer con nosotros, para mi está bien. Y si tienes miedo de lo que puede ocurrir mañana -negué -Todos tenemos miedo, yo... Yo estoy aterrada -admití sonriendo levemente -Porque tengo claro que en algún momento deberé enfrentarme a Atenea -musité observando el fuego nuevamente, no sé por qué había admitido eso... -Y si yo no puedo, confío en que ustedes podrán... Así como tú debes confiar en nosotros.
-Pero...
-Somos tu grupo. Somos tu familia... Y si no puedes luchar contra Apolo o Artemisa, porque créeme, entiendo la cercanía a los dioses y entiendo cómo te sientes... Si llegado el momento indicado simplemente no puedes... Yo no tendría que perdonarte, no tendría por qué reprocharte algo... Nosotros estaremos ahí para resguardar tu espalda... Yo estaré aquí -fije al fin mientras volvía a abrazar a la joven fuertemente. Sentí como correspondió el abrazo y me sentí bien, me hiso sentir en paz, tranquila.

Me separé de la chica y mientras ella se apoyaba en mi hombro, yo había comenzado a juguetear con una varilla en el fuego.

-¿Cómo harás con el arco? -soltó de repente.
-Confieso que... No tengo idea -la chica me miró -No esperaba tener que enfrentar a Apolo tan luego... Sinceramente confiaba en encontrar un pueblo y conseguir un arco... -Cyrene me miró y yo sonreí un poco apenada -Pero resulta que no alcancé -ladeé el rostro mientras pasaba mi dedo por mi mejilla, sentiría que en cualquier momento me pondría roja avergonzada al máximo por mi descuido.
-Bueno... ¿Y supongo que aún no piensas en algo? –preguntó y yo negué.
-Tenía algunas ideas sabes... Aunque digamos que están todas a medio camino y no creo que Atenea me de otro arco ahora… -hice una mueca y negué resignada.
-Eso quiere decir que seré...
-Serás la única arquera... Así que deberás ser la mejor -aseguré mientras me separaba de ella y apuntaba su rostro con la varilla caliente.

Cyrene frunció el ceño y golpeó la rama hacia un costado, esta calló en el fuego y levantó ceniza y brazas, ambas nos encogimos cubriéndonos del fuego y luego nos miramos. La risa atrapada en la sonrisa de la chica hizo que ambas estalláramos riéndonos y luego asegurando que no debíamos jugar con fuego.

Tiempo más tarde~


La noche caía sobre nosotros y teníamos que encargarnos de provisionar a Cyrene, que se había quedado sin flechas luchando con la sirenas. Sinceramente hacer flechas no era lo que más me gustaba, para eso Heracles se encargaba de tallar muy bien la madera, mientras yo en cambio, buscaba los huesos de vaca que a mi parecer serían los más resistentes... Aunque todos los huesos lucían igual de firmes.

-No me la va a entregar –aseguré observando a Heracles marcharse en dirección a Patroclo, para pedirle aquel “favor”. Cyrene asintió sentada junto a mí, mientras que Mor observaba su machete... Seguramente se preparaba por si debía cortarle los brazos.

Me pregunto si sería mucho pedir que le cortasen la lengua, así dejaría de hablar estupideces...

-Pero si no tienes nada con qué defenderte... Deberás quedarte lo más lejos posible de la batalla -musitó Cyrene, negué de inmediato.
-Por ningún motivo, haría de carnada si así ayudo de algún modo -aseguré mientras observaba a Cyrene y su arco. Mor Bufó mientras enterraba su machete en el suelo.
-Ni de carnada servirías... -aseguró enarcando una ceja, lo miré negando y cuando le iba a preguntar si quería apostar a eso, llegó Heracles.

Ni yo me lo creí. ¿Qué le había dicho Heracles a Patroclo? Es que no me entraba en la cabeza por qué se lo había entregado. Quizás entendía que si no estábamos todos juntos no venceríamos... Aunque supongo que para él mi eliminación no sería muy importante... ¿Por qué le había pasado el arma? ¿Qué razón tendría? Porque claramente no era para ayudarme… ¿O sí?
En fin, no rechazaría la ayuda, la espada de Calisto sin duda sería mi salvación y aseguraría mi presencia en la batalla. Y ahora, serviría para tallar las flechas. Sostuve la espada en el suelo con mis pies, necesitaba el filo y comencé a pasar el hueso, tallando figuras de modos que pudieran luego amarrarse en las flechas que tallaba Keops, que eran mucho más pequeñas que las de Heracles, pero considerando la notable... "Vida" de keops y experiencia que mostraba, no dudaba que fueran más resistentes.
-¿Con qué las amarraras? -preguntó Keops, sonreí.
-No sé si hayan hojas lo suficientemente firmes... Quizás use tela o cuerda... Creo que hay -el chico asintió y en poco tiempo llegó con un trozo de cuerda la cual comenzaba a deshilachar. -Perfecto -musité sonriendo e imaginando desde donde la había sacado.
Luego de terminar de amarrar las puntas de hueso, ya que había alcanzado a hacer unas diez, Keops otras diez o menos y Mor unas cuantas más, entregamos a Cyrene la totalidad de flecha y ella, feliz de haber asegurado su arco, asintió segura de saber aprovecharlas. 


By KatrinaxStevens

Cap 189

Cyrene

Pensé en lo que le había dicho a Epifanía mientras en el grupo, o parte de él, me ayudaban fabricando flechas ya que al parecer, yo era la única que aun contaba con un arco, por mi parte, me encargué de revisarlo al fondo, asegurarme que no tuviese roturas que pudiesen quebrarlo con la tensión que creaba la cuerda, que esta misma estuviese perfectamente estirada, lo probé varias veces asegurándome de que no estuviese ni muy floja la cuerda, ni demasiado ajustada. Lo dejé a un lado y revisé las dagas que tenía en mí poder, de las cinco iniciales me quedaban cuatro, la última se había perdido por culpa de las sirenas, así que esperaba bastarme con el arco.

Heracles se las ingenió para que Patroclo le prestara la espada de Calisto a Epifanía, había además terminado un buen número de flechas ya que Keops había hecho unas que de lo cortas parecían más como diminutas estacas, aun así las guardé, podría arrojarlas con las manos.

Ya faltaban pocas horas, mi corazón latía con fuerza y mi estómago se sentía vacío, la incomodidad me recorría el cuerpo, me permití ver a todo el grupo, uno a la vez con lentitud y razonando las cosas con toda calma. No sabía a ciencia cierta cómo iban a terminar las cosas, pero confiaba en que al menos los instantes de calma y alegría que pasaba con el grupo, se quedarían conmigo sin importar el desenlace.

Mor hablaba sobre un plan, me levanté de un brinco del lugar donde estaba sentada con gesto serio.


-Cualquier cosa que se les ocurra yo escucho.-dije.
-Ohh ¿En serio? -preguntó Mor como si no creyese lo que le decía, le dirigí una mirada envenenada y asentí, era lo mejor dejar de lado mis berrinches, ya después tendría tiempo de hacer travesuras.
-Es en serio -murmuré colocándome cerca de Heracles como buscando apoyo, este dio un suspiro y asintió esperando a que Mor hablara, el muchacho hizo ademán de ponerse a pensar y tras un rato contó lo que se le había ocurrido.

~

El color rosado que las nubes adquirían al alba iba desapareciendo mientras un cielo azulado se mostraba en su lugar, ya era la hora y todos los sabíamos.
Sujeté el arco con fuerza mientras tomaba aire haciendo respiraciones profundas, cerré los ojos un momento, ya no lo pensaría más, esta era mi decisión.

“…Ya no habrá forma de volver atrás Artemisa…” pensé mientras llevaba una de mis manos a la aljaba con flechas, preparada para tomar la primera en cualquier momento.

-¿Lista? -preguntó Epifanía, seguí mirando hacia el frente desde mi posición mientras asentía de manera pausada con la cabeza.
-…Siempre -murmuré.

By Wolfmanhunter_Lilith