26.3.11

Cap 150

Zorba

Me quede mirando fijamente el mapa, casi ni siquiera oía lo que me decía la joven, avance, y el hombre se puso en guardia. 

- El mapa- dije seriamente sin dejar de mirar el objeto, mientras alzaba la mano. 
-¿Por qué debería dártelo semi-cerdo?- respondió el de forma brusca. 
- Porque soy la única persona en muchos días de viaje que es capaz de salvarla. Necesito averiguar lo que le pasa, y lo sabré si me das ese mapa. 

El hombre se quedo extrañado, mas me lo dio por si hubiera podido haber alguna posibilidad, que por cualquier otra. Cuando lo tuve entre mis manos lo examiné de todas las maneras posibles, me quedé mirándolo un rato hasta que uno de los dos, no diferencie muy bien cual me dijo que era capaz de encontrar las cosas que se buscaban. 

- Las cosas que se buscan...- susurre para mis adentros, entonces me concentre en unas algas que en teoría le darían mas tiempos y vi como en el mapa se dibujaron en la playa y como una de ellas se dirigían hacia donde estábamos, pero también me encontraba algo... Algo cansado. 
- EUREKA- dije gritando y con una gran sonrisa en los labios, le di de forma brusca el mapa al hombre y fui a paso ligero hacia la puerta, cuando la abrí un hombre llego con las algas que prometía el mapa. Tras una breve conversación volví a entrar y con las prisas ni siquiera note que se me había enganchado la bata y se me había caído, solo me dirigí hacia la habitación, allí rápidamente machaqué las algas, y las metí en un cuenco con agua, levanté levemente la cabeza de la joven y se las di a beber, al poco rato entró la joven la mire para decirle simplemente: 
- Fatiga crónica, será rápido curarla pero deberá tener reposo, y deberéis tener cuidado con eso- dije señalando el mapa, al poco tiempo entro Circe con aquel andar que era capaz de embobar a cualquier hombre, y me dio lo que le pedí y rápidamente hice una pasta que le coloqué bajo la lengua para que hiciese efecto.


by Irvine Kinneas

Cap 149

Dinethos

Era difícil para mí entender lo que pasaba.

Me habían emparejado con alguien que al parecer evitaba el contacto con los hombres. Y aquella mujer, bruja, lo que fuese, sabía más de lo que contaba. Sostuve mi espadón en alto y lo dejé caer para cortar una gran cantidad de madera. Había que ser prácticos. Aquella mujer me preocupaba. Pero no podía hacer nada y mi presencia sería una molestia.

Volví a alzar el espadón. Lo volví a dejar caer.

Me preguntaba... ¿Qué era lo que sucedía exactamente? El tal Mor... Era alguien preocupante y molesto. Pero por ahora parecía ser un aliado. Y había algo extraño en la situación con él y la chica con la que me habían emparejado.

No le di importancia. Yo era bastante despreocupado acerca del tema. Y muy torpe con las mujeres. Solía estropear las situaciones siempre que intentaba arreglarlas. Pero eso fue hace mucho.

Volví a alzar el espadón. Lo volví a dejar caer.

Me habían salvado. Pero quería respuestas. Y no era quién para exigirlas. Podría ayudar, con suerte, con mi conocimiento de las algas para la cura de aquella mujer... Claro...

Dejé las tablas al lado de la construcción del casco y me dirigí al mar. Las algas que buscaba deberían ser frecuentes por ésta zona. A los constructores y arquitectos de barco nos enseñaban a usarlas ya que era la "medicina" más cercana que podíamos obtener.

Si... Era abundante por la zona. Recogí un poco y me quedé en la puerta. La toqué y salio un desconocido.

- Buenas. Está interrumpiendo mi trabajo.
- Quería entregar ésto -le acerqué las algas, las reconoció, las cogió-.
- Gracias. ¿Sabes de medicina?
- No. Pero tengo conocimientos de algas. Así como alimenticias, las buenas para tejer... Pero entra dentro, tienes una paciente.
- Lo sé. Gracias de nuevo.

Se metió dentro de casa y cerró de un portazo. Me dirigí hacia el barco que estábamos construyendo. El alga que le había dado servía sólo al ser ingerida, tanto sólida como triturada. Cualquier persona que fuese a morir por cualquier causa, doblaba el tiempo que podía permanecer vivo, pero no lo curaba. Es decir, alguien que comiese esas algas estando enfermo, si fuese a morir en un día, en lugar de eso, lo haría en dos. Así que aumentaba el tiempo que una persona podía permanecer en éste mundo, aumentando también la posibilidad de curarlo.

Y cogí las tablas de madera y me dirigí al muelle. Tal vez, había saldado parte de la deuda que tenía con ésta gente.


by 1n1g0

25.3.11

Cap 148

Cyrene

Me sentí incomoda cuando sacó a todos los chicos de la habitación ese joven que antes había sido un cerdito... Pero más desconfianza me causaba Circe, me daba muy mala espina, quizás estando solo con el medi-cerdito estaría bien pero… ¡Comenzó a tocarla! Primero fue la frente y deslizo la mano por la mejilla, muy seriamente... Me dieron escalofríos y de refilón juré que Circe se reía de mi sobresalto.

Cuando su mano se acercaba al pecho de Epifanía no pude soportarlo más y le detuve, molesta, indignada y sin entender nada de lo que allí ocurría, después de todo, Mor me dijo que la cuidara y eso haría, aunque me lo hubiera pedido ese pesado. El joven medico que respondía al nombre de Zorba me miró fijamente y de forma intimidante, pero no me deje asustar fácilmente. Me contestó de forma borde y lo solté extrañada, puesto que lo que más me preocupaba era Epifanía, en ese instante Zorba se giró hacia la sensual mujer y tras hablarle un rato, ella salió de la habitación con ese andar tan extraño y el médico me miró fijamente mientras me pedía salir fuera de la habitación con él con ese gesto tan severo que no encontré forma de negarme a pesar de no desear dejar sola a mi amiga. Y fue cuando me preguntó sobre lo que había estado haciendo Epifanía, que había comido, si había estado sana todo este tiempo entre otras preguntas. Comencé a sentir agitada ante tantas cuestiones que creí que la voz comenzaría a chillarme, pero sonó bastante normal cuando le respondí.

- Ha… Ha estado bastante bien, esta delgada pero es muy san y no creo que haya sido la comida, bueno, este… No lo entiendo del todo. Pero se supone que Circe no puede hacernos nada. No lo sé, no entendí como fue... Y… Y solo hemos estado cosiendo la vela para poder irnos de este lugar por mar, pero Epifanía se la pasaba jugando con ese mapa ¿Crees que todo haya sido por llegar a pincharse el dedo con la aguja? ¡Le dije que no se pusiera a jugar!

Iba a llorar, estaba preocupada y asustada que agradecí que Mor no estuviera cerca para ser sarcástico ni duro conmigo, el joven cambio su expresión de seriedad un momento tratando de infundirme algo de confianza pero se quedo meditando un momento.

- ¿Un mapa?
- Si. Es algo que nos dio Circe y le dimos a cuidar a Epifanía...
- ¡Déjame ver ese mapa!- dijo el joven tomándome sorpresivamente de los hombros. Me sentí aterrada, y estaba segura de que si no me soltaba acabaría agrediéndolo para alejarlo de mi ¡Era un hombre después de todo! Y Artemisa me había dicho que no me dejara tocar por nadie.
- De... debe estar en la playa

Y unos pasos acelerados se acercaban por el pasillo retumbando y entonces apareció la figura de Mor que se detuvo y enarcó una ceja.

- Cyrene, ¿Estas engañando a Dinethos?- fruncí el ceño, pero se me olvido lo que iba a contestarle en cuanto vi el mapa.
- ¡Ese es el mapa que nos dio circe! Epifanía ha estado jugando con él todo el día...

Me pareció que el medico y Mor se miraban fijamente.

- ¿Podría ser alguna pista de por que Epifanía esta débil? ¿Circe le hizo algo?-le pregunté al medico dándole de tirones en el brazo... Epifanía seguía semimuerta en la habitación a un par de pasos de nosotros.


by wolfmanhunter_Lilith

Cap 147

Zorba

Un cerdo, en eso me había convertido esa maldita bruja. Íbamos de un lado a otro, y siempre nuestro grupo siempre que pudiera estábamos juntos, al principio contábamos los días, pero estos se convirtieron en semanas, y después en meses, hasta que perdimos toda noción del tiempo, solo podíamos ver como pasaba el tiempo y saber que si éramos este tipo de animales tarde o temprano nos comería. 

Tras muchas estaciones un día volvió la bruja y me buscó entre el grupo, me cogió y me llevó para palacio, allí me metió una habitación donde había una mujer que se le veía muy débil, de repente entro un hombre, bastante pálido, parecía que era un muerto andante, me costaba pero reconocía las palabras, tanto tiempo sin hablar… Sin hablar mi idioma, de repente me soltó en el suelo, y noté otra vez aquel cosquilleo que antaño. Me convirtió en cerdo, al poco tiempo me vi otra vez humano, ni siquiera tuve consciencia de mi desnudez hasta que Circe me dio una bata. 

Después hablaron como si yo no estuviera allí, Circe me ordenó que curara a la joven, la miré con desprecio pero sin perder obediencia puesto que sabia lo que podría hacerme, me acerque a Circe y le dije que todo hombre de la sala debía irse, y cuando salieron todos, nos quedamos Circe, una chica cuyo pelo era rojo como el fuego y algo pequeña, y la enferma, alta y rubia su pelo corto resplandecía con el brillo del sol. Me senté a su lado y le tome la temperatura, después le quite las sabanas que la tapaban y le puse la mano en el pecho para tomar su pulso y el aumento de su pecho al respirar. La chica menuda detuvo mi mano cuando se acercaba y me quedé mirándole seriamente.

- ¿Qué piensas que estas haciendo?- me dijo altivamente
- Mi trabajo, quieres que viva o que muera. Ahora suéltame- de un tirón quite su mano opresora de encima y continúe examinándola, cuando terminé mi examen tampoco había aclarado mucho, la mujer parecía totalmente sin energía, pero eso no podía ser, no existía veneno capaz de eso, le pedí a Circe una lista de hierbas, y le dije a la pelirroja – Acompáñame tengo algo que preguntaros a ti y a tus compañeros- Cuando salimos de la habitación y nos dirigimos donde estaba los demás fui muy claro.
- Oídme vuestra amiga esta muy débil, así que seria bueno que me fuerais sinceros y que me respondierais ya, que hizo en el último día o en los últimos momentos antes de caer en ese estado.


by Irvine Kinneas

Cap 146

Cyrene & Mor 

Dinethos era un nuevo bastante “cordial”… Pero Adelphos nos hacía trabajar como si fuéramos esclavos construyendo su tumba de faraón. Si estaba claro, nadie aquí querría pasar otro día más en esta isla. Pero creo que exagera.
Esclavista.

Había puesto la capa a un lado, porque el esfuerzo sencillamente era agotador, y por desgracia con la capa se hacía más. Claramente le miraba constantemente para que “misteriosamente” no fuera a desaparecer o Circe la tocara… No me fiaba de ella. ¿Y si la tocaba y sabía tanto de lo que presumía conocer? Sería un error garrafal en mi misión.

Las chicas cocían las velas y nosotros movíamos maderos de un lado para otro, martillábamos. En fin trabajo, trabajo.

Adelphos giró y se distrajo, decidí voltear a ver que lo había hecho vacilar al intentar mover sendo tablón y de pronto no era solo ella, Circe, sino que también las chicas nos miraban. Negué pateé a Adelphos este se quejó y con una seña le indiqué que se dejara de mirar estupideces. Keops rió. Yo bufé y ladeé la cabeza, solo quería terminar para comer, tenía el hambre de un Cerbero…

No se cuantas veces me había pinchado los dedos, pero simplemente no podía dejar botado el trabajo, fruncía el ceño y hacia pucheros cada tanto, pero como la rabieta se me había pasado ya, estaba más concentrada y contenta de tener a alguien nuevo en el grupo, entre más gente se uniera y fueran menos como Mor, yo me sentiría feliz.

Epifanía cosía, con el mapa a un lado. Entiendo que era interesante pero me preocupaba que le echara tantas miradas. De un momento a otro me terminé distrayendo mirando a los chicos martilleando la madera, vaya... Todos podían trabajar si se lo proponían.

- Me sorprende verlos a todos trabajando.-comenté y entonces Epifanía sonrió un poco.
- ¿Lo dices por Patroclo?
Asentí y fue cuando notamos que ellos también nos estaban mirando... Volví a pincharme el dedo y percibí claramente la sonrisa de Mor, gruñí para mis adentros segura de que un día de estos le dispararía una flecha.
- ¡Epifanía, deja ya de ver el mapa!- rezongué ya cansada y con las manos doloridas de tantos piquetes.

Ya teníamos gran parte del barco construido y quizás, si todavía teníamos nuestras partes pegadas mañana le daba el visto bueno y quizás pasado mañana partiríamos. Partir en la noche, es una de las peores ideas del mundo, una muy mala experiencia con los viajes de noche.

- Descansen- gritó Adelphos.

Me estiré levemente y me fui a sentar. Mentiría si hubiese sido tan tranquilo, además que no sería yo, así que me fui a molestar un rato. Y hallé a Cyrene en vez de cociendo, pinchándose los dedos.

- A ver… adivino, estas… ¿tatuándote las manos con un color que combine con tu cabello? –musité con una risa mientras bebía un poco de agua, Cyrene alzó la vista con una mirada asesina.
Le devolví una sonrisa más “carismática” todavía.

Epifanía entre cocía y miraba el mapa. Negué y volví mi vista Cyrene. 

- ¿No quieres uno Mor?- musité levantando la aguja y apuntándole devolviéndole una sonrisa, claramente mal caracterizada por el ceño fruncido. Suspiré y dejé mi trabajo de lado enfadada por mi propia inutilidad en estas labores ya que las ninfas usualmente las hacían por mí, o me traían ropa del pueblo...

Miré al chico y desee que la capa se le fuera volando, pero en vez de eso volví la vista al lugar donde se encontraba el hogar de Circe, miré un momento y de nuevo a Mor.

- Pienso que Circe no nos cree, pero no entiendo porque lo deja pasar por alto…

Mor me miró y negó con la cabeza mi incomprensión, fruncí el ceño de nuevo mientras intentaba dar una puntada a la tela y no a mi dedo. Ya al lado de mis pobres costuras había gotitas rojizas. Epifanía se pinchó el dedo por andar mirando el mapa, Mor soltó una risilla y me miró a modo de "más torpe tu" y le regresé una de "muérete".

Miré a todos los demás, incluyendo a mi supuesto "novio" cortesía de Mor y entonces me di cuenta de que realmente no comprendía lo que eso significaba.

- Tengo la impresión de que Circe se burló de mí de alguna forma cuando nos presentamos con Dinethos ante ella, y si ni siquiera comprendo bien esto de los novios y en si las relaciones entre las personas ¡¿Por qué me dejas el paquete?! Si meto la pata será tu culpa…
- Epifanía… Deja ya de picar el mapa-musité mirando a la chica muy entretenida con aquel artilugio.

- Ah, ah, Cyrene, no es culpa mía que usted, no sepa fingir, pensé que eras más dinámica, pero me equivoqué- una sonrisa ladeada se deslizó – Además la relación con Dinethos era un mero… movimiento estratégico- mentí para mirar hacia el lado - Te creo que seas una niña y no sepas nada sobre nada… porque al parecer todo lo hacían por ti, pero al menos ten fortaleza para no ser siempre una damita en apuros- le miré – Pensé que podíamos contar contigo- mi mirada se clavó en ella. –Así que no me culpes, ocúpate…- Un tanto de venganza no caería mal por supuesto. 

Le fulminé y después volví a mi tarea de estar cosiendo y pinchándome los dedos, así que de cierto modo mi parte de la vela estaría muy colorida. Pero no duré mucho en la tarea ya que mis manos comenzaron a hincharse por tanta agresión sufrida. Me detuve, para después volver a mirar a mi compañera.
- Epifanía ¿Te sientes bien? Estas pálida.

Estaba terminando los breves momentos de descanso cuando un sonido de golpe se escuchó en la arena.

Todos voltearon. Cyrene corría hacia ella para ayudarle, mientras los demás comenzaban a acercarse para ver que ocurría. Yo me levanté de mi lugar, tomé la capa y fui a ver que ocurría.

- Esta pálida… y demasiado fría- comentó Cyrene al grupo mientras intentaba averiguar que le sucedía, miré a Epifanía, estaba… No soy yo quien para decirlo, pero parecía un cadáver. Espero que no esté muerta. 
- Llama a Circe y pregúntale si sabe algo de medicina- ordenó Adelphos a Keops y este salió corriendo a toda velocidad.

Bufé por mi último pensamiento y ladeé el rostro. Por supuesto, no sería bienvenida, Hades no le daría una muy “cordial” bienvenida. Me convencí y reí. Heracles la tomó en brazos, miré la capa y miré a Epifanía.

- Si esta fría como un muerto ponle esto encima, que si está viva aún, le ayudará a recuperar la temperatura- musité y sentí como todos me intentaron dar un codazo por el comentario de que cabía la posibilidad de que estuviese muerta. Extendí mi capa. Adelphos asintió y extendió la mano, pero fue interrumpido por una mano larga y delicada, blanquecina, Circe. Tomó la capa la deslizó por sus dedos por la tela y me miró, sonrió ladeando el rostro en mi dirección para encontrarse con un inexpresivo rostro y una mirada gélida devuelta por mi parte. Ella me sonrió.

- Es una gran idea Mor, que eres buen compañero…- ronroneó y yo le esbocé una sonrisa sarcástica. Circe tomó la capa y con ayuda de Heracles, envolvieron a Epifanía en ella. 
- Por la habitación de la izquierda- indicó Circe señalando para después girarse y dedicarme una mirada inquisitiva.
- Me gustaría saber de dónde la has sacado. Mor…- ronroneó la hechicera.
- Considero que dada las circunstancias, uno, no es el momento, dos, no te incumbe- mis ojos se clavaron en ella como un desafío.
- ¿Enserio? Yo creo que a tus “compañeros” si les incumbe.
Mi mirada fría y mi rostro inexpresivo se clavaron en el suyo.
- Ya me habían dicho que todo el asunto de tu vida te había dejado trastornada, pero de ahí a montar una falsedad de ese tipo, contra mí…- negué con una sonrisa – Deja mucho que desear…- la mujer endureció su mirada y me dirigió una expresión similar.
- Si me disculpa, una compañera ha caído desmayada- hice una leve reverencia y para alzar levemente la mirada, dedicarle una sonrisa aún más amplia y susurrarle al oído – Espero que no tenga nada que ver con esto… - susurré haciéndole referencia a lo que esta ocurriendo con Epifanía - Usted ya sabe lo que ocurre con las personas que rompen tales juramentos- La sonrisa se mantuvo hasta el final de advertencia. Para después seguir al grupo que se había ido junto con Heracles.

Iba acompañando a Heracles, casi corriendo mientras miraba con preocupación a Epifanía... ¡Oh, rayos! ¿Por qué sucede esto? Estaba aterrada, y aunque, una vez llegamos a la habitación y colocamos a la joven en la cama Heracles trato de tranquilizarme, no podía hacerlo, y era ridículo, sentí que iba a echar a Llorar. Estaba tan fría...

- Cyrene, relájate, no vas a ayudarnos en nada de esa manera- le miré un momento y traté de relajarme, eso dolía pero tenia toda la razón... Igual que Mor y cualquier otro que me dijera las cosas. Me senté a un lado de ella y le despejé la frente mientras acercaba mi mejilla a su perfil, sentía el aire que escapaba por su nariz. Respiraba, pero pausadamente...

Caminé hasta la habitación, pero me quedé en el portal de la puerta, la habitación estaba llena de personas, ¿Qué más iba a hacer uno más? Cyrene estaba entrando en un estado de histeria.
Lo que faltaba.

Entre a la habitación esquivando las personas y tomé por el brazo a Cyrene.

Esta giró el rostro y abrió los ojos aguados de par en par en mi dirección, y con el mismo rostro inexpresivo que me había dejado la conversación pasada la saque de la habitación. Y le miré.

-Tranquilízate.- murmuré sin alzar la voz – Sé fuerte, no necesitamos otra desmayada por una histeria. 
- Salgan todos de aquí, vamos, todos, hay demasiada gente, vuelvan a sus labores, y si no pueden, no importa. Solo salgan de aquí.- la voz de Adelphos se alzaba por todas las voces echando la gente del cuarto, incluyéndose.

Bajé la vista un momento mientras comenzaba a tomar aire muy lentamente, tenia razón, y mucha, me froté los ojos antes de que surgieran las primeras lagrimas o no podría parar.

- Lo siento- musité. Si, aunque fuera Mor. Volví a tomar aire y le miré preocupada - Nos echaron a todos... Entonces, ¿Cómo vamos a saber como se encuentra Epifanía?

Tenia las mejillas ligeramente rojas, al igual que la punta de la nariz, típico de mi piel cada que estaba cerca de echarme a llorar, o de hecho, lo hacia. Me pregunté si habría sido cosa de Circe, o quizás imprudencia de Epifanía que había hecho algo sin comentárnoslo. Era demasiado imprudente. Mor seguía con la misma cara de nada hasta que se me paso la histeria.

- ¿Listo? Porque tengo una solución – le miré - Tu eres chica, y las chicas tiene complicidad entre ellas, lo más probable que tú puedas entrar y quedarte con ella… Vigílala. Que Circe no la toqué – recordé mi capa, quería que la tocara lo menos posible, no me convenía que ganara más información acerca de mí.
-Y si vez algo raro, sales y me avisas ¿Vale?- musité para alzarle el rostro con mi mano – Necesito que seas fuerte, que le hagas saber que en esa habitación se hace lo que tú dices, y que ella están importante para ti como tu novio Dinethos- Cyrene miró hacia el lado y su cara fue cambiada a enojo.
-Mejor- Solté su rostro. Y me di la vuelta para verle venir por el pasillo. Cyrene todavía se estremecía.

Mala idea.
Calisto estaba dentro haciéndole ciertas evaluaciones.

Empujé levemente a Cyrene para que caminara y se metiera dentro de la habitación, mi caso sería más complicado.
Circe me sonrió.

- ¿Tu aquí?- preguntó, con un cerdito entre las manos.
- Es una compañera de grupo y me han enviado a vigilarle.
- Vigilarle a ella o a otra cosa… 
- A ti, pues esto no había sucedido antes- comenté.

Circe ladeó el rostro bufó y me miró con una mirada casi reptil, agresiva – Yo no le hice nada a tu “amiguita” y por eso mismo, para limpiar MI nombre, traigo a uno de los mejores médicos que conozco.- siseó y alzó el cerdo.

Enarqué una ceja.

- Ignoro las cualidades médicas de un cerdo, definitivamente.
Ella sonrió – Mira y aprende querido – ronroneó para volver a tomar la altivez y su sensual andar. Y le seguí.

Cyrene tomaba su mano mientras Calisto estaba en un rincón pensando las posibilidades.

Circe colocó el cerdo en el suelo. Para después darle una palmada en la cabeza, erguirse mientras hacia un movimiento de manos, y el cerdo fue… Tomando… Forma humana.

Nadie quedó indiferente ante el hombre que yacía en la habitación desnudo. Excepto Epifanía, por supuesto que estaba ausente.

- Bueno, ¿Y el nudista va hacer?- pregunté cruzando los brazos y recostándome de la pared más cercana.
- Lo mejor que sabe hacer- ronroneó mirando al joven con una sonrisa ladeada y sensual. Circe le tendió una bata y este se la puso de inmediato algo avergonzado
- Zorba…- musitó y el joven volteó – La joven en la cama está enferma, quiero que la cures- musitó con una sonrisa.

Mi mirada pasó de Circe al joven.

El joven volteó a mirar a Circe con algo de entre desprecio y obediencia, y es que ser cerdo por no se sabe cuánto tiempo, no debía ser muy agradable que digamos…

El joven se acercó a Circe y le susurró algo al oído.

-Todos en esta habitación, hombre tienen que irse.- musitó Circe.

Calisto miro al joven y salió.
Y después Circe me dirigió otra mirada y enarcó una ceja - ¿Y bien?

Miré a Cyrene, ella sabría qué hacer, o al menos eso esperaba, di una última mirada a Epifanía que yacía en la cama como muerta, miré a Circe y salí de la habitación. Regresando por donde llegué terminé en la orilla de la playa, frente al mapa que todavía yacía abierto tirado en la arena.
Fruncí el ceño ante la curiosidad.

Y me agaché para recogerle, de pronto se me antojaba el mapa… resplandeciente.

El mapa tenía un lugar marcado, más allá de aquí, al norte, muy lejos de Grecia. El dibujo de unas piedras gigantes puestas de forma circular me hizo fruncir el ceño. Me incliné en el para agudizar los sentidos y sentir la fragancia de Atenea por todo el mapa. De pronto todo esto no me dio tan buena espina… Empezando por el mapa, Epifanía y terminando con Circe, demasiado cerca de mi capa.


by  wolfmanhunter_Lilith & Double_Angy

Cap 145

Cyrene 

Mientras iba de nuevo hasta el hogar de Circe por el papel, me puse a reflexionar sobre muchas cosas, ¿Qué pasaría cuando hubieran desaparecido todos los dioses? ¿Seria yo capaz de acabar con Artemisa?... Lo dudaba mucho. Entré y encontré el papel tras mucho curiosear pero apenas girarme la figura de la sensual mujer estaba frente a mí. Di un pequeño brinco a causa de la sorpresa. 

- ¿Perdida? 
- Solo vine por algo que pidió... 
- ¿Tu novio? 
- Si, eso- musité y me puse roja, pero de ira contra Mor… Y pensar que ya me había calmado. 
- Es extraño. Yo que percibía cierta... Atracción por ese chico, Mor. Sin duda es malo jugar con dos a la vez, pero no te culpo, después de todo… Mira a quien servías. 
- ...- guardé silencio mientras sentía una rabia muy diferente crecer dentro de mí, pero simplemente negué. - No se de que hablas, Mor es una persona por la que jamás sentiría afecto, Dinethos es... 


Y allí me quede estancada, me sentí algo asustada, por que me dejaban sola, metería la pata, haría algo malo. Dios, si cometía un error… 

- Entiendo, entiendo... Aun eres una niña, no sabes que es lo que quieres. Pero anda, ¿Qué no tenías que llevar ese papel? 

Miré la hoja y me fui de allí, el corazón me latía deprisa con una idea clara "sabe que le estamos mintiendo".


by wolfmanhunter_Lilith