11.6.11

Cap 170

Rea

¿Libertad?... ¿Qué es eso? Desde que tengo uso de razón las personas me trataban como un animal golpeándome y azotándome cuando hacia algo “indebido” o “malo” y… Bueno yo era experta en eso, siempre intentando escapar de eso que llaman esclavitud, tratando de descubrir y experimentar que era es que llamaban libertad por mí misma, pero como dije antes, nada salía como lo planeaba y era castigada por ello, hasta que mis amos se obstinaban de mí y me vendían a otro. Siempre cayendo a manos de un ser peor que el anterior. Siempre tratando de reprimir cualquier deseo que no fuera el de servirles y serles útiles de algún modo.

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Ya hacía unos meses que un supuesto mercante marítimo me había comprado para trabajar en su barco, después de que mi otro amo se obstinara, como todos los anteriores a él, de mis constantes intentos de huida, que siempre terminando en fracaso total.

Todos los días fregando y limpiando la mugrienta cubierta, que por más que las otras esclavas y yo lo intentásemos siempre se mantenía como si nunca nadie le hubiese pasado un paño jamás. Me estaba cansando de estar en el mar, nunca fui una gran amante de él, aunque solo había algo que me agradaba, la oportunidad de escapar, se veía fácil robar uno de los botes del barco y salir huyendo, pero también era consciente de los riesgos que correría si quedaba a la deriva en el mar. Sin embargo prefería correr ese riesgo a quedarme un minuto más, en ese inmundo barco, que para ser sincera, parecía ser otra cosa más que un simple barco mercante.

Llevaba tiempo planeando fugarme de una vez por todas, por ende, empecé a acumular comida y agua, los cuales escondía en un pequeño hueco que había en mi celda. En esos días buscaba también la oportunidad de conseguir la llave de esa celda para poder abrirla y escapar.

Después de días de planificación llegó la hora de mi ansiada huida. Era de noche, solo un par de tripulantes estaban vigilando en la cubierta y estaban medio dormidos, tenía que aprovechar esa oportunidad, pero antes tenía que ir a la sala de armamento para agarrar un arma. El vigilante estaba dormido, como de costumbre, así que me escabullí por la puerta y agarre una hermosa daga lo suficientemente pequeña como para poderla esconder entre mi cinturón de tela. Salí del cuarto y me dirigí a mi celda para recoger una bolsa con la comida y el agua que había recolectado. Subí a cubierta con el mayor sigilo posible, tenía que evitar que me detectasen por lo menos hasta que estuviese en el agua, ya que bajar el bote al agua haría mucho ruido.

Siguiendo el plan me acerqué a uno de los botes, puse con cuidado la bolsa y me embarqué… “Tengo que apurarme, esta empezando a amanecer”, y sin darme cuenta al subirme hice que el bote se bamboleara provocando que las poleas de metal hicieran ruido alertando a los únicos tripulantes que se encontraban en cubierta, los cuales empezaron a gritar y a correr a donde me encontraba.

- ¡¡Hey, detente ahí!!

Tenía que actuar rápido, o si no me capturarían de nuevo. En eso me acordé de la daga que tenía en mi cinturón de tela, la saqué rápidamente y de un solo cuchillada corté las cuerdas que sostenían al bote el cual cayó estrepitosamente en el agua conmigo encima.

Me había golpeado fuertemente en la cabeza, pero no tenía tiempo de ver que tan grave era tenía que empezar a remar y rápido. No sé de donde saque la fuerza para remar tan rápido cuando nunca en mi vida lo había hecho. Después de remar por un buen rato decidí parar. Ya no se distinguía el barco en el horizonte y fue ahí en donde me di cuenta y grité – AL FIN LIBREEEEEE- después de esto decidí seguir remando, no quería que el barco mercante me encontrara. Ya era mediodía y el sol estaba en su punto más alto y más caluroso decidí parar para descansar y pensar que haría de ahí en adelante. “Voy ir en dirección al sol… en algún momento conseguiré tierra firme” me dije a mi misma mientras tomaba un poco de agua y comía algo de fruta. Seguí con ese plan durante 5 días pero me estaba frustrando y entrando en pánico, ya me había tomado lo último que me quedaba de agua dulce y el día anterior se me había acabado la poca comida que había almacenado, tierra firme bien gracias, lo único que se distinguía era mar, mar y más mar. Llegué a tal punto de agotamiento que decidí dejarme llevar con la marea. Luego de esta decisión fui perdiendo gradualmente la conciencia hasta que quedé totalmente vencida por la deshidratación y el hambre.

- Mmm…. ¿En dónde estoy?- murmuré entre abriendo los ojos y sintiéndome sumamente débil.
- ¡O parece que se está despertando! – dijo una voz femenina
- Ven ayudémosle a incorporarse – dijo otra persona, al escuchar a la voz masculina me exalte levantándome de golpe, sacando mi daga y dirigiéndole hacia ellos. No me sentía nada bien, apenas estaba saliendo de la habitación cuando volví a caer desplomada totalmente inconsciente… Otra vez.


by Amysr

10.6.11

Cap 169

Adelphos

No podía dormir, muchas cosas pasaban por mi mente. Circe, la muerte de Demetrius, esta chica que había aparecido tan misteriosamente... Pero más que nada, Zeus.

Mire la marca de mi mano y algunos recuerdos de ese día aparecieron en mi cabeza. La cerré con fuerza y note los nudillos de mi puño ponerse blancos. 

“ Pero si eres tu él vencido, joven príncipe Adelphos, sufrirás uno a uno los castigos de cada dios presente en esta sala...” 

No podía fallar, esto ya no era solamente personal. No solo me involucraba a mí... Ahora involucraba también a mis compañeros, y prometía hacer todo lo que mi mortal cuerpo pudiera hacer para vencer a esos dioses y devolver la justicia a los mortales, era una promesa.

Lentamente mi cuerpo comenzaba a cansarse, finalmente el sueño comenzaba a llegar. Mire la marca de mi mano una vez mas y el sueño de venció. 
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“Imágenes borrosas, cambiantes. El rostro de Zeus por todos lados, Hades riendo a su lado macabramente. Levante mis manos y al mirarlas estas estaban llenas de sangre... 
- Esa es la sangre de tus compañeros... Tu los llevaste a la muerte...- Zeus hablaba serio. Hades lo interrumpió. 
- Te equivocas hermano...- dijo con su extraña voz – Ahora se encuentran recibiendo el castigo mas terrible que un mortal puede recibir...- al culminar se movió y con horror observe a Epifanía, su cuerpo lleno de sangre, heridas, el fuego la consumía lentamente mientras ella no dejaba de gritar... Negué con la cabeza, no... No podía ser... 
- Eso sucedió por no desistir.
- Y ahora llego tu turno...
- Desearas haber muerto antes que habernos insultado. 
- Ya veras...- la voz de todos los dioses retumbando en mi cabeza mientras sentía que mi cuerpo se llenaba de llagas y aguantaba un grito de dolor... Más allá observé a Epifanía que desaparecía consumida por las llamas... 
-¡¡¡No!!!- grité y todo se volvió negro de repente.” 

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Desperté súbitamente, estaba muy agitado y gotas de sudor caían por mis sienes. Cerré los ojos aliviado de que solo haya sido un sueño... Un muy mal sueño. Aunque algo de cierto había en el... “Solo si fallo, y no fallare”.Luego de un momento descubrí que estaba tirado en el suelo.

Decidido a olvidar esa pesadilla me levanté, me puse mis ropas y salí afuera. Para mi sorpresa estaba cerca de amanecer, hacia tiempo que no dormía más de dos horas. Comencé a caminar por la cubierta, en busca de la persona que hacia de guardia y debía reemplazar. Finalmente me encontré con Patroclo, que miraba hacia un punto perdido en el horizonte. Me acerque lentamente y me puse a observar lo mismo que el... 

- ¿No podías dormir acaso?- preguntó el sin mirarme. – Mi turno es hasta el amanecer- acotó. 
- Algo así...- le respondí. – Un mal sueño...- agregué. Observé como su vista se iba hasta debajo del barco. 
- ¿Qué observas?- le pregunte. El solo susurro un “shhh” y me puse a observar el punto que miraba. 
- Espera- decía tranquilo. Entonces algo paso rápidamente por debajo de barco - ¿Lo viste? He visto unos seis durante mi turno...
- ¿Qué crees que sean?- pregunte. 
- No tengo idea... Pero tenemos que estar atentos- dijo Patroclo, asentí con la cabeza mientras pensaba en algunas cosas. 
- Pero... ¿Serán hostiles? La chica que encontramos en ese bote... Si esas cosas hubieran querido hacerle daño lo pudieran haber hecho muy fácilmente...- dije luego de un momento. Patroclo también pareció pensarlo. 
- Tal vez... Aunque habrá que esperar a que la chica despierte. 
- Tienes razón... En fin, ¿seguirás haciendo guardia?-  musité.
- Por supuesto... Si quieres seguir durmiendo hazlo...- dijo con una de sus típicas sonrisas arrogantes. Alcé los hombros y me fui en dirección contraria vigilando el aparente tranquilo mar, pero preguntándome sin embargo ¿Qué serian esas cosas? Y lo mas importante, ¿Serian hostiles? 

En el horizonte se empezaba a ver la claridad que solo significaba la inminente salida del sol.


by Silius

Cap 168

Heracles

- Hay que dejar trabajar a Calisto y a Zorba...- dijo Adelphos aun mirando con suma curiosidad a la chica. – Cuando se recupere veremos quien es... Por ahora dejemos a los doctores hacer su trabajo, regresen a descansar...- agregó y se retiró, todos lo seguimos hasta fuera. 
- ¿Naufrago?- pregunté caminando al lado del príncipe. 
- Tal vez, hay que estar atentos de todas maneras...- dijo serio, asentí. 
- Adelphos, ¿Puedo hacerle compañía a la chica?- preguntó Cyrene, ambos la miramos frunciendo apenas el ceño. Luego de un instante Adelphos asintió con la cabeza. 
- Igual no te olvides de descansar, no sabemos que hay en estas aguas...- luego de las palabras del guerrero, la niña asintió y se volvió en dirección a aquella “habitación”. 

Algunos fueron a descansar, otros aun seguían haciendo guardia. Por mi parte había descansado lo suficiente, por lo que me quede en la borda, alejado de Mor y Epifanía que hablaban tranquilamente, o lo más que podían ellos. Mire hacia las velas, pero Midhos no estaba allí. Fruncí el ceño nuevamente. ¿Dónde estas amigo? 

- ¿...?- me acerque al borde del navío, había oído como un chapoteo leve de agua. Mi expresión se tranquilizo bastante al ver que era Midhos que intentaba “pescar” su comida. Lo observé tranquilo mientras lo veía hundir sus garras en el agua y salir sin nada. ¿O es por la noche o tienes una vista horrible? Me pregunte en mi cabeza, por lo que había visto donde Midhos ponía el ojo... Ese ya se convertía en su alimento. 

Cuando realizo otro intento, justo antes de llegar al agua algo extremadamente raro paso. Midhos chillo asustándose apenas y voló hasta mi hombro. Lo mire, su duro plumaje estaba intacto aunque lo que parecía una baba traslucida cubría su ala derecha. Pasé mis dedos por allí, y luego lo acerque a mi nariz... “Pescado”. Eso debió de haberme tranquilizado, pero había visto algo más... “Una mano” Si, estaba seguro de que era eso... 

Eche otra mirada a Midhos... 

- ¿No te acerques al agua si? Ahora sube y vigila todo... Si vez algo avísame...- Midhos chilló y alzo vuelo mientras me quedaba pensando... ¿Qué era eso?.


by Silius

6.6.11

Cap 167

Cyrene

Al final Patroclo había decidido que las chicas no debíamos hacer guardia por lo que enfurruñada ya iba a lanzarle algo (una forma salvaje de desquitarme pero ya era algo al menos) pero después empezó el alboroto de la chica y al final me mandaron a mi a hacerle compañía a Zorba y la chica inconsciente. Amisthy se había ido a dormir y los demás estarían hablando de otras cosas, rutas marítimas y quien sabe cuantas cosas más según decía Dinethos.

- Nunca pensé que me iba a ver rodeado de tantas mujeres cuando entré en esta profesión- comentó Zorba cuando iba entrando en la habitación donde yacía la chica durmiendo y le di un manotazo en el hombro. Se giró a verme y le miré entre molesta y extrañada.
- Vale, ya no comento nada- dijo poniendo los ojos en blanco y volcando su atención en la chica.
- ¿Despertará pronto?- pregunté mientras me acercaba a ella, ya había ido a cobijar a Epifanía que desde hacia rato se había tumbado bastante exhausta.
- Depende de cuanto tiempo haya estado allí flotando y de su propia fuerza.

Zorba me hizo ayudarle con la chica cuya piel tenia algunas marcas recientes que el medico decía, provenían de látigos. Entonces imaginé que quizás no quisiera despertar aun, debía sentirse mejor durmiendo, lucía tranquila por lo que me pregunté que soñaba, pero a ratos comenzaba a inquietarse y entonces la fiebre hacia acto de presencia en ella y teníamos que aplicarle trozos de tela en el cuerpo para refrescarla.

- Tengo curiosidad, ¿Qué haces aparte de molestar a alguno de los chicos del grupo?- comentó el medico con una media sonrisa, fruncí el ceño y miré a otro lado.
- Patroclo es idiota. Me queda claro a mi y a todas las chicas de esta nave sin contar a la nueva... Pero Mor ¡Es un completo fastidio! Me molesta que me llame niña a cada rato..- y comencé a quejarme de todo hasta que me cansé.
- Supongo que no puedo hacerme de opiniones aún, pero aun no me contestas la pregunta.
- Vivía en una isla y bueno... Convivía con ninfas y eso... A pesar de que había humanos allí, no convivía con ellos. Yo solo... Supongo que quería ver el mundo. Soy muy buena cazadora con el arco o con las dagas , aunque no sea tan fuerte, creo que tenia el favor de Artemisa de mi lado.
- Tenias...-comentó Zorba vagamente como si pensara en algo.

Aquella habitación estaba encerrada y después de un rato hacia calor por lo cual decidí salir a tomar aire fresco. Mientras caminaba estiraba los brazos buscando desentumirme y volví a mirar mi vestido que estaba hecho un desastre. Aun cuando me esforzaba en mantenerlo limpio ya estaba ligeramente trozado de la falda. Me alisé el cabello. No es que importara realmente el hacerlo pero de vez en cuando veía a Epifanía acomodarse el suyo o revisar sus prendas, pero solo cuando creía que nadie la miraba... A quienes solía importarles era a las ninfas, muy vanidosas y chismosas, escandalosas y superficiales.

- De alguna forma, creo que extraño un poco todo aquello- me dije a mi misma recordando que desde siempre, eran esos seres los que siempre estaban arreglándome, llenándome de flores y vistiéndome como a una muñeca.

Subí a cubierta y me recargué contra la entrada sintiendo la ligera brisa golpearme el rostro, era todo un gusto, miré al cielo pero no buscando las estrellas, sino quizás, con la esperanza de ver alguna señal de algún tipo.

- Yo dije todo eso y aun así... No se de donde sacaré la fuerza para llevarlo a cabo... Artemisa.

Bajé la vista y allí sentados más allá estaban Mor y Epifanía la cual debía haberse levantado, los miré un rato tratando de no pensar en nada, pero es que habían pasado muchas cosas con Circe. Miré mis manos y fruncí el ceño "jumm... Conmigo no seria amable ni fingiendo ese Mor... Aunque. No es como si estuviese siendo "amable" de todos modos.. ¿Seré yo?... Nah.

Y encogiendo mis hombros, ya que, no es asunto mio, me regresé a ver si la chica había despertado ya.


by wolfmanhunter_Lilith

5.6.11

Cap 166

Epifanía

El barco tenia en la parte inferior una sección en que se almacenaba toda la comida y en la otra estaban lo que podíamos llamar ¿"Habitaciones"? Así que entré en una de ellas siguiendo a Cyrene, una que estaba vacía. Dejé mi morral, unas cuantas pieles y un par de himatones que Circe me había entregado y un pelpo que no sabía en que ocasión podría llegar a utilizarla, pero que no estaba de más. Dejé las cosas en el suelo y salí a conocer el barco. Cuando ya me sentí con el suficiente sueño como para dormir, volví y me recosté en una de las camas, cerré los ojos durante un momento y sin saber como, desperté enroscada en mi misma y tapada con una piel, de seguro había sido Cyrene. 

Me levanté, había perdido la noción del tiempo, pero por la oscuridad que cubría el barco y las velas encendidas en el sitio, supe que era de noche. Así que tomé mi arco y mis flechas, un par de telas de la cama y salí a cubierta. Estaba vacía a excepción de Mor, quien aun hacía guardia... Igual que al principio. Subí, miré a mi alrededor, solo estrellas y su reflejo en el mar, corría una brisa tibia y el sonar de las olas se hacía más tranquilizador con el pasar de los segundos. 

- Pareces una estatua ¿Vas a tomar otro turno? -musité mientras me acercaba a Mor. 
- Los más probable -respondió sin quitar la mirada del horizonte. 
- Ah... -musité mientras asentía y miraba un sitio en el suelo para sentarme, un sitio que estuviera no tan mojado. 
- ¿Por qué? ¿Planeabas ser mi relevo? -preguntó burlesco. Entrecerré los ojos en su dirección, me senté de golpe y dejé mi arco y flechas en el suelo, respiré hondo aun recordando y en un intento de no retomar ese sentimiento de rabia contra Patroclo, tomé mi arco. 
- No. Patroclo me dejó claro que cualquiera de nosotras seriamos una perdida de energía en el lugar de vigilante... -musité mientras desenganchaba la cuerda de mi arco. 

Comencé a limpiarlo y cuando me di cuenta, era ya muy extraño que todo estuviera vacío. -¿Donde está todo el mundo Mor? -musité mientras observaba la cubierta. 

- ¿No la viste?
- ¿Ver a quien?
- La chica que encontraron flotando en el agua... -respondió dirigiéndome una mirada desinteresada.
- ¿Encontraron una chica flotando en el agua? -apresuré mientras dejaba el arco en el suelo y tomaba mis flechas.
- Así es... Parecía casi muerta...
- Eso si que es extraño -comenté - Hay que estar atentos, quizás pronto nos encontremos con los restos de un barco o con un barco en si -agregué mientras asentía.
- Si, quizás. No se, como siempre quizás haya que poner atención en ella... Más de la normal, por si es peligrosa.
- Oh... Claro, una chica casi muerta será nuestra perdición -comenté. Él me miró enarcando una ceja y luego negó.
- De todos modos ¿Qué haces aquí? 
- ¿A qué te refieres?
- ¿A por qué no estás allá abajo con la chica que encontramos?
- Confío en que Zorba estará con ella ¿No es así? -el asintió - El sabrá como cuidarla -agregué. 

Tomé el arco y lo estiré en dirección a uno de las antorchas, comprobando que no tuviese ninguna desviación. Y no, estaba totalmente derecho. Luego tomé la cuerda, la revisé tranquilamente, no tenía nada extraño. Entonces tomé una de las flechas, las fui revisando una a una, la punta, el astil, la pluma. Todas estaban bien, así que al fin las dejé en su estuche y comencé a enrollar el cable. 

- ¿Por que tanto cuidado con el arco? -preguntó Mor de repente, me giré a verlo y negué.
- No hay tema especial, en realidad acostumbro limpiarlo cada cierto tiempo... Me tranquiliza -agregué -¿Qué hay de tu machete?
- ¿Qué hay con mi machete?
- ¿Jamás lo has limpiado?
- Eh... Si, si, claaro... Claro.
- Bueno... Yo si lo hago -comenté y entonces lo pensé un par de veces y pregunté -¿Qué necesitas para pelear cuerpo a cuerpo? 
- ¿Eh? 
- Eso... ¿Qué necesitas para pelear cuerpo a cuerpo? -reiteré.
- No se... Fuerza, técnica, velocidad... ¿Por qué?
- Nada... 
- Contigo no existe... La nada.
- Ahora si -afirmé mientras observaba cualquier cosa menor él.
- No te creo -agregó, fruncí el ceño -Responde. 
- Tengo interés en la lucha cuerpo a cuerpo, eso es todo -dije mientras levantaba los hombros y el rió.
- Sinceramente, prefiero alguien que ataque desde un punto ciego para el enemigo, a que un principiante pegando patadas y golpes a diestra y siniestra retrasando al grupo en el combate -comentó. Fruncí el ceño. 
- No tengo interés en eso tampoco -agregué - Pero realmente creo que necesito saber como defenderme cuando no tengo mi arco... 
- Y cuando no tienes flechas -agregó. 
- No, cuando no tengo flechas, tengo el arco, pero si no tengo el arco y no tengo nada, ni escudo ni nada me matan...
- Ya... Ya entendí la idea. Te mueres. 
- Si... Por eso necesito aprender a luchar -comenté una vez mas y sentí como Mor reía por lo bajo. Me ahorre cualquier comentario, quizás Heracles podría ayudarme un poco, o hasta Keops. Bueno, ahí vería. 

Así que me levanté, tomé mi arco y mis flechas y comencé a caminar nuevamente escaleras abajo. Escuché a Mor gritar: "No lo decía en serio", poco me importaba si lo hacía o no. Llegué abajo y vi cómo casi toda la gente se agolpaba en una de las salas. Así que tras dejar mi arco y mis flechas en su lugar, busqué entre las provisiones un pan y una bota con agua. Volví a salir a cubierta, me acerqué a donde estaba Mor y tras sentarme en el mismo sitio que antes, le estiré la mitad del pan. 

-¿Pan?
-Pan... Tengo hambre -comenté y me apoyé en el borde del barco. 
-Entonces comamos pan -comentó Mor.

Mientras comía, comencé a mirar el reflejo que las estrellas habían en el agua. Era sin duda una de mis obsesiones más grandes, observar el cielo o cualquier cosa que se refiriera a las estrellas y sus constelaciones. Entonces mientras observaba el reflejo de una constelación en el agua, esta se deformó y luego volvió a su forma natura. Entrecerré los ojos y observé fijamente. Las olas estaban demasiado tranquilas como para que fuera eso, entonces otra distorsión y cuando me levanté a observar fijamente el agua, la distorsión se movió y se acercó a una velocidad poco común al barco y pasó por debajo nuestro. 

-Juraría que vi algo pasar abajo del barco -musité de inmediato. Miré a Mor y este asintió.
-Lo se. Hay que estar atentos.
-¿Qué es?
-No tengo idea -respondió.


by KatrinaxStevens