14.2.11

Cap 135

Dinethos

Dioses míos...
¿Dónde estoy?
Agh. Me ahogo.

Escupí arena y me incorporé como pude. Estuve tosiendo un rato.
Detrás de mí estaba el mar.
No quería mirar... No quería ver... aquello que me había quitado todo.
Escuchaba su sonido ronroneante.
Sí. Ronroneaba ahora... Pero su rugido era temible.
Me levanté y toqueteé mi espalda, confirmando que tenía mi espadón.
Usándolo como apoyo para no caer de nuevo, me dirigí hacia delante, sin saber qué encontraría.
Tropecé.
Decidí ir por la orilla, para ver si así, podría encontrar un rio.
Si había un río, habría peces y agua dulce.

El sol avanzaba por encima de mí mientras mis sentidos se aturdían...
Antes o después... Me quedaría sin fuerzas... El mar me había arrebatado demasiado.

- ¡Poseidón! ¡Yo te desafío! ¿¡Me oyes!? ¡Te desafío!

Al decir esas palabras me di cuenta que le estaba plantando cara a la divinidad que antes veneraba.
Y tras gritar, mi mente se nubló, haciendo que tropezase.
Me erguí.
Tenía que encontrar algo. Ya.


by 1n1g0

13.2.11

Cap 134

Cyrene

Encima de que Mor se burla de mi, se le ocurre a alguien venir después a molestar, ya no recuerdo que tanto le grité al viento mencionando al idiota de Mor, mira que burlarse así de mi solo por que... Solo por que…

-Tsk... Definitivamente los hombres son unas bestias- murmuré mientras veía todo el desastre que había hecho en la habitación que había tomado.

No me molestaba, si pudiera, me largaba ya mismo de este lugar, no me importa dormir en el piso o sobre un árbol, pero ya estaba con este grupo, después de matar a un dios, Artemisa no podría hacer nada por mi.

Abrí la puerta un momento y escuché que alguien discutía, y sin equivocarme, logré adivinar ambas voces.

- Mor y Epifanía... Espero que ella lo mate, o lo deje lisiado- dije haciendo berrinche y azotando la puerta cuando un puma iba pasando frente a esta. Me trepé a la cama de un salto y me quede sentada un rato mirándome y llevándome mis manos al rostro. El aroma que tenia en estos momentos se mezclaba con otro que no lograba identificar… Como si no fuera el de ese cretino.

- Eso de tomarme el pelo fue demasiado lejos- comenté no solo molesta sino frustrada y con inmensas ganas de llorar. Me recosté, acurrucada y abrazando mis rodillas hasta que me venció el sueño.

No soñé nada agradable puesto que me pase recordando los extraños sucesos ocurridos antes, y prueba de ello era la cara de sueño con la que recibí a Keops cuando fue a tocar a mi puerta para que fuese a desayunar.

El cabello lo tenia hecho jirones y no tenia ganas de acomodarlo siquiera un poco, apenas si traté de alisar el vestido blanco e infantil que aun llevaba y que tenia varias manchas de tierra, algo lógico después de todo lo que había pasado desde que me uní al grupo.

Bajé sola, pues Keops fue a despertar a los demás, o al menos a los perezosos que aun no habían bajado. Y mientras caminaba encontré volando a Midhos y que le seguía Heracles de cerca, me acerque corriendo y puse la mejor cara que pude.

- ¡Buenos días!- saludé con una sonrisa al guerrero y al ave, esta ultima se posaba en el hombro de su amo y acerque mi mano despacio para tocarla un poco.
- ¿No dormiste bien?- preguntó Heracles tranquilamente.
- No mucho. Fue una noche rara... Pero tu luces bastante bien- comenté mirándolo lo más atento que podía hasta que decidí que tenia hambre y le indiqué al hombre que me adelantaría. Quizás ese chico era el único amable en este grupo. Aparte de Epifanía claro esta, y refiriéndome a los hombres.

Bajé y allí vi a Circe sentada de nuevo en el lugar de la anfitriona y saludando apenas con un gesto de la mano a los que íbamos bajando. Parecía que estaba hablando con Mor y Epifanía y... Bueno, ver a Mor y a su cara... Esa cara de idiota me hizo enrojecer de coraje.

- Voy a matarte- musité y bajé corriendo y cuando pretendí darle un manotazo y azotar su cabeza contra la dura mesa, se movió apenas un poco y la palma de mi mano golpeó con un enorme estruendo la mesa. Cuando se trata de huir es bastante bueno.
- ¿Qué rayos estás haciendo?- dijo casi gritándomelo en la cara.
- Cretino- murmuré entre dientes mientras emprendía un nuevo ataque que volvía a esquivar el muy maldito.
- Esto no es gracioso Cyrene... Encima que anoche me molestas y...
- ...- me quede con la cara en blanco unos segundos antes de, por fin, lograr moverme más rápido que él y a pesar de no lograr dañarlo a él, logré tomar entre mis manos su capa.
- Suéltala ahora, Cyrene.
- Juro que la rasgo, si te atreves a decir idioteces de nuevo... ¡¡Ya tuve suficiente de tus burlas!!

Y bueno, entre Keops y Heracles me alejaron del maldito por más que pataleaba. Al final y tras decidir que tenia mucha hambre, me senté en la mesa lo más lejos que pude de Mor, que volvía a apestar como siempre, a azufre, casi como si el aroma lo persiguiera, pero la esencia de la noche pasada rondaba la mesa.


by wolfmanhunter_Lilith