Mientras Epifanía se mantenía sentada
en el suelo me limité a recostarme en la cama y mirar al techo, estaba en
graves apuros, si no me marchaba disimuladamente antes de que el sol estuviese
en su punto más alto, seguramente seria reprendida muy fuertemente, era la
primera vez que sucedía y tenía mucho miedo, pero Epifanía había sido linda
conmigo y me había salvado de ese bárbaro humano.
De pensarlo me daban escalofríos, pero
de pronto no pude pensar en nada más, Epifanía se retorcía y gemía tocándose el
estómago, asustada me acerqué a ella y la sostuve boca arriba mientras la
agitaba ligeramente, no sabía que hacer por lo que me limitaba a hablarle para
que reaccionara, de pronto se levantó sin previo aviso y al parecer vomitó.
Toda la habitación iba aclarándose poco a poco, definitivamente estaba en
aprietos.
Un fauno saltó dentro de la habitación
sorprendiéndonos a ambas, Epifanía retrocedió a causa de la sorpresa y de
inmediato tomo sus armas mientras el ser hablaba mirándonos lascivamente. Antes
de que Epifanía dijera algo le hablé.
-Creí que solo venían de noche... Si se
enteran... Ya ha amanecido.
-Es una fiesta especial -dijo él
avanzando pero no retrocedí, me limite a mantener las manos en la cintura,
donde debajo del vestido, llevaba dos dagas más.-Así que el rumor ya llegó a todo el bosque -dije tratando de hacerme la dura, me había encontrado con uno antes, cuando era una niña y había sido realmente aterrador, aquella vez, tanto Apolo como Artemisa le dejaron en claro a todos ellos, que yo le pertenecía a la diosa y no podían ponerme una mano encima.
Nos miramos un momento, afuera se
encontraban varias batallas más, necesitaba mi arco, pero estaba en el bosque. Fruncí
el ceño, no era mi política involucrarme en peleas, y si lo había con estas
personas Artemisa se enojaría pero, no había más remedio, estaban involucrando
al pueblo más de la cuenta. Tomé aire mientras en fauno se acercaba un poco más
a mí y Epifanía disparó una flecha que distrajo al fauno y entonces, haciendo
algo realmente estúpido, me lancé en su contra para tirarlo por la ventana, el
impulso fue tal que de no ser por Epifanía, casi caigo yo también.
Corrimos hacia la puerta antes de que
el agredido regresara. Epifanía sostenía mi mano mientras corríamos y la mire
largo rato. ¿Eran tan peligrosas estas personas, que a los dioses no les importaría
dañar a más personas? Otro fauno embistió en mi contra con tal fuerza que
termine separada de Epifanía, en el suelo y mareada.
-... Creo que puedo llevarme a esta -dijo
y por acto reflejo, ya que tenía el vestido levantado, tomé la daga, la cual me
pareció que se ilumino, eso significaba que Artemisa me protegía de ese fauno.
Tan rápido como pude, se la enterré en
el cuello y la removí sin poder quitarme al ser de encima, empecé a patalear
intentando quitarlo, pesaba demasiado, Epifanía me ayudo a quitármelo de
encima, la daga entonces volvió a ser, incluso más opaca que antes.
-¿Estas bien Cyrene?
-...si-dije asintiendo con la cabeza
mientras miraba la daga, pero ni bien me levanté cuando el fauno herido me jaló
sosteniéndome del tobillo y haciéndome caer al suelo.
No me podía soltar por más que pateara
y Epifanía disparo dos flechas antes de que el ser dejara definitivamente de
moverse.
-… Se... ¿Se murió? -pregunté asustada,
esos seres, los sirvientes de Dionisio me aterraban, siempre tan... brutos,
lujuriosos... Aterradores.
-... Creo… Creo que si -dijo ella
respirando un momento antes de que otro de esos atravesara la pared y
apareciera Mor a la vista.
Sentí alivio un momento, que ni me
preocupe en pensar en que rostro tenía porque lo imaginaba, debía estar por
llorar, eso pasaba cuando me asustaba mucho. De pequeña me había perdido y sin
saberlo entre en el territorio de los faunos, cerca había una laguna y me propuse
jugar hasta que las ninfas fuesen a buscarme, esos seres estaban cerca y todos mirándome
muy extraño. Uno de ellos me levanto con tanta facilidad. Me aterré, entre más
se reían más miedo tenia, yo dependía siempre de Artemisa y Apolo, esa era la
ventaja de pertenecerles... Pero por alguna razón, nunca me gusto que lo
dijeran...
-Si vas a llorar solo hazlo -musitó Mor
con ese tono fastidioso suyo.
-¿Por qué voy a hacerlo?... ¡Es su
culpa que pasé esto! ¡Dionisio los está buscando con esos aterradores barbaros!
-dije señalando el cadáver de aquél fauno.-… ¿Esta isla es jurisdicción de Dionisio? ¿Huh?-preguntó Mor.
-Sí, si lo es… Esos faunos no estaban muy lejos, está claro que desde anoche les buscan...- y me di cuenta de que me había involucrado con esas personas por mi curiosidad... ¿Cómo iba a castigarme Artemisa si se enteraba?.. Porque era lógico que se enterara, ella siempre lo sabía todo.
"Debo ir por mi arco" fue el
pensamiento que me cruzó la mente, esas armas eran diferentes de las humanas,
ese arco de alguna forma, hacia especiales las flecha. Debía volver al bosque y
recoger mis cosas.
-Debemos salir del pueblo, si seguimos aquí,
solo causarán problemas.
-¿A dónde quieres que vayamos? -preguntó
Mor de mala manera.-Al bosque...
-¿A encontrarnos con más faunos? ¿Qué es esto? ¿Una trampa de los dioses?
-Si fuera una trampa, no tenían por que atacarme a mi ¿Cierto?... Además de esos seres, soy la que mejor conoce el bosque, estar aquí es como estar arrinconado. ¿Y bien?
By Wolfmanhunter_Lilith