-No hay tiempo para quedarnos a mirar como el príncipe despierta -musitó Mor. Lo miré frunciendo el ceño.
-Un birreme -la voz de Dinethos, cómplice a Mor.
-Hay que esconder a las mujeres –la voz de Mor salió reflexiva.
-¿Por qué? -no entendía, mis ojos se pasearon por el grupo, todos asintiendo, todos pensando como proseguir y nosotras negando molestas hasta que la voz de Rea salió llena de espanto en una negación profunda.
-¡NO! ...Son ellos -terminó en hilo de voz reconociendo el barco.
-¿Quiénes? -Cyrene se acercó a la chica tranquilizándola. Me levanté a observar el birreme que se aproximaba cuando Rea pareció perder fuerzas en las piernas y cayó, afirmada por Cyrene.
-¿Quiénes son ellos Rea? –pregunté confundida.
-Son los... Los que me... Son los que me tenían en su barco -negué, Cyrene se acercó a ella y la abrazó.
-No podemos dejar que te encuentren –dije y la mano de Heracles se posó en mi hombro y detuvo mis palabras.
-No tenemos otra opción, no tenemos otra forma de salir de aquí –agregó resignado.
-¡Yo no volveré a subir ahí! –exclamó la chica.
-No tenemos otra forma de salir de aquí –reafirmó Mor.
-¿Entonces qué haremos? -pregunté mientras volvía a acercarme a Adelphos, quien aún no desperraba.
-Tenemos que esconderlas -las palabras de Mor de pronto cobraron sentido, por molestas que fueran.
-¿Y cómo haremos para esconder a una mujer? -preguntó Keops mientras se cruzaba de brazos y ponía una expresión pensativa.
-No a una, a todas... Una mujer es muy bien vendida en cualquier mercado -musitó Mor con una sonrisa ladeada.
-Creo que es en la única cosa en la que estoy de acuerdo -la voz de Patroclo aproximándose inexpresivo junto a su hermano. Lo observé con desconfianza hasta que se agachó junto a mí -Descuida, mi molestia contigo no es mayor que la preocupación por mi hermano.
-¿Sientes preocupación? -musité por lo bajo.
-No me busques.
-Ya... -nos detuvo Heracles -Si el tema aquí es que hacemos... Estoy de acuerdo con Mor, no es para molestarlas, es para protegerlas.
-¿Entonces cuál es la brillante idea para escondernos? -preguntó Cyrene mirando a Mor.
-No lo sé, quizás si te limpias un poco el barro de la cara podrías pasar por esclava -respondió mientras se cruzaba de brazos.
-¡Como te atreves! Tú deberías ser el esclavo -respondió la chica cruzándose de brazos, Mor rió y se irguió.
-¿Tú crees? Desde cuando las esclavas dan aquí las ordenes –agregó.
-Yo creo que Cyrene puede pasar por hija de algún noble o algo por el estilo, no parece una esclava -argumentó Heracles mirando a Mor.
-Como quieran -respondió mientras miraba a todos los hombres del grupo -Necesita familia y... Ya tiene un novio -sonrió. Dinethos acusó la mirada.
-Adelphos y yo podemos ser sus... Hermanos, así junto a Dinethos podemos proteger a Cyrene y a Adelphos –La voz de Heracles era serena, incluso parecía gustarle la idea.
-Estoy de acuerdo -musité mientras entregaba a Zorba trozos de tela desgarrados de himationes.
-No es suficiente, supongo que... No lo sé, Rea y Amisthy pueden ir acompañando a Cyrene, como si fueran sus sirvientas. –agregó Mor cruzándose de brazos.
-¿Y por qué yo tengo que ser aquí la hija de un noble? -la voz de Cyrene salió algo avergonzada. Sonreí en su dirección.
-Porque eres la más linda... No pareces esclava ni acompañante –respondí. Ella me miró tornándose roja lentamente hasta que Mor interrumpió.
-Además eres la más niña... Consentida y mimada, serás una buena noble -Cyrene le fulminó con la mirada.
-Bien... Los demás pueden ser guardias y protegen a Rea y a Amisthy... En especial a Rea -dijo Heracles acusando la mirada en su dirección, ella asintió y Keops se irguió y sonrió contento con la idea, Patroclo bufó.
-A mí me gusta la idea –musitó el chico, le sonreí negando, con su estatura parecía más un niño travieso que un guardia -¿Y qué haremos con Epifanía? -preguntó entonces bajando los hombros y mirándome.
-¿Conmigo...? –musité, olvidándome por completo y pensando velozmente que ya tenía el pelo muy largo para pasar por chico y no parecía noble o acompañante o algo por el estilo… -Quizás si lo cortaba otra vez…- pensé.
-Entonces que ella sea la esclava –dijo Patroclo y sonrió, lo miré y entonces Adelphos tosió e intentó levantarse.
-Bien -dijo Zorba mientras le ponía la mano en el pecho y lo volvía a bajar -Tranquilo... La herida está sanando bien, ya no sangra, tienes que quedarte tranquilo -miré a Adelphos con una sonrisa y le acerqué una bota de cuero con agua.
-Bebe... Te pondrás bien -musité acercándole la boquilla a la boca mientras Zorba le explicaba el tema que hablábamos.
-Epifanía parece buena esclava -musitó Mor, le miré entrecerrando los ojos cuando Heracles asintió.
-Mor, tu encárgate de ella... Dudo que alguien se acerque a ustedes con ese machete amarrado a tu cintura. -sonrió.
-¡Esperen! ¿Es broma? ¿Esclava de Mor?... ¿Por qué me castigan? -dije mientras volvía a cerrar la bota y los miraba.
-¿Cuál es el problema? El podrá protegerte –Heracles era sincero, más al mirar a Mor, este sonrió complacido.
-See... Claro, pórtate bien o te vendo -fruncí el ceño y negué.
-Esto es injusto -musitó Cyrene -¿Por qué yo tengo que ser la niña noble y ella puede ser la esclava y pasar desapercibida? -negué sin creerlo… -¿Prefería ser esclava de Mor?- me pregunté.
-Es cierto... Epifanía habla mucho como para ser esclava... No sabría actuar -dijo Mor negando en mi dirección.
-Está bien, seré tu "esclava" -él sonrió -Pero quiero tu capa...
-¿Mi capa? -preguntó enarcando una ceja, asentí.
-Tú capa... Parezco cualquier cosa menos esclava con mi ropa –argumenté refiriéndome al himation que Circe me había dado.
-Quítatela entonces, las esclavas rara vez usan ropa -musitó él burlón.
-Mor... Pásale la capa por favor... Como le dices eso -comentó Adelphos mientras se levantaba. Tenía la piel pálida, ojeras y los labios resecos y pálidos también... Lucía horrible, pobre.
-Bien, bien... Si con eso quedas tranquila -dijo mientras se quitaba la capucha y me lanzaba la capa.
-Gracias -musité mientras la doblaba y la dejaba sobre mis piernas. Me giré a mirar a Adelphos, su herida parecía estar sanando, en poco tiempo ya no tendría nada, como las heridas de Heracles y Cyrene que ya parecían sanar.
-Tenemos unos... cuarenta minutos antes de que lleguen -comentó Dinethos regresando -Si queremos hacer esto bien, supongo que tendremos que prepararnos -asentí.
-Cyrene, puedo arreglarte el cabello si quieres -dije mientras ella se llevaba las manos al rostro asintiendo.
-Si... supongo que las niñas nobles no usan el cabello como yo -comentó avergonzada. Sonreí.
-No te preocupes, tenemos que parecer... Que sobrevivimos a un naufragio ¿No? -musité mirando al grupo, todos asintieron mientras.
-Tenemos que asegurarnos, que nadie, absolutamente nadie se entere de lo que hemos hecho -Mor musitó mientras se sentaba en el suelo, enterrando el machete junto a él.
-Sé que nos aseguraremos de eso -dijo Heracles mirando en dirección al birreme que se aproximaba a toda velocidad.
By KatrinaxStevens