Cyrene
Epifanía era una chica muy impulsiva aunque no me había dado esa impresión en un principio y yo me sentía cansada de la pelea que no quería que hubiese discusiones aunque habláramos del odioso de Patroclo. Había cazado dos pavo reales y los habíamos comenzado a desplumar incluso antes de llegar con los chicos, completamente empapadas y con las ropas pegadas al cuerpo. Yo estaba más que acostumbrada incluso a estar enlodada, pues en un bosque no puedes esperar estar muy limpia. Los extraños aromas que los dioses habían dejado poco a poco se dispersaban conforme el aroma a hierba húmeda invadía el lugar, era un aroma algo mohoso pero no desagradable ya que se combinaba con las fragancias de los árboles y las pequeñas flores que allí había.
Todos consumíamos ya lo que había cazado ya que al final ante tantas atenciones hacia nosotras al menos por parte de Calisto, Keops y Heracles la sacerdotisa había admitido que yo había cazado a ambas aves negando yo rápidamente ante esto peor la chica no me dejo terminar de negar aquello. Keops había preguntado que haríamos a partir de ese momento pero no estaba muy segura de que hacer, recién me unía a ese grupo pero lo cierto es que no quería más peleas, no hasta que hubiese aclarado mi mente y estuviese segura de que eso era lo que quería.
- ¿No podemos descansar un poco? Yo...bueno, esto es muy nuevo para mí y... - Patroclo ya me miraba algo exasperado - Además debo pensar bien las cosas... Los estoy siguiendo pero. Realmente no nos conocemos...
Mi voz se había convertido apenas en un susurró, sentía miedo y a la vez, una extraña emoción de explorar más allá de lo que me había estado permitido, de conocer más allá de lo que Artemisa me decía... Sentir más allá de lo que me era permisible... La extraña libertad que estaba experimentado me hacía sentir miedo, desconfianza pero a la vez una fuerte carga de adrenalina... Pero igual mi mente era una confusión total.
Epifanía estornudó de pronto, aun estaba bastante empapada al igual que yo, me reí un momento antes de estornudar yo también, Patroclo se quejó de nuevo.
- Vaya con ustedes mujeres...solo eso pueden hacer...enfermarse en un momento como este.
- Ojala no te metas eso a la boca con las manos tan sucias- dijo señalando mi mano enlodada, me sonrojé ante mis propios malos modales... Pues nunca los había necesitado hasta ahora.
Gruñí antes de sacudir la mano aunque al final termine de comer con la otra por cualquier cosa.
by wolfmanhunter_Lilith