La hechicera de cabellos oscuros, se bañaba en la fuente, preparándose para un nuevo día y para sus invitados, por supuesto.
Un pantera se acercó y ronroneando se froto contra la mano de su ama.
-¿Buenas nuevas Minor?- ronroneó la mujer mientras alzaba la pierna y por ella se deslizaba el agua y las flores. Sonrió.
-Ummmm- giró hacia la pantera y enarcó una ceja –Nuevo visitante- se alzó, colocó la bata de un color índigo y caminó hacia la entrada, al encuentro de sus panteras que traían un prisionero.
Lo miró de arriba abajo y una sonrisa ladeada sensual se escapó de la comisura de sus labios –Dime viajero ¿Y tú quién eres?- De pronto escuchó que alguien pasaba por el pasillo, unos cuantos metros detrás de sí, Circe se giró rápidamente y vio a un joven de cabellos rubios, salir del cuadro.
Enseguida frunció el ceño. Cruzó los brazos y colocó una cara de mohín –Odio que escudriñen en mí casa- se giró.
-Llévenlo hasta su cuarto…- la bata se deslizó levemente por su hombro un par de centímetros –Que yo, su anfitriona iré a atenderlo- paso una mano por sus cabellos –… Más tarde- y comenzó a caminar guiado, por la panteras.
Cuando llegó a las estancia, donde estaban desayunando, todos se le quedaron viendo, todos con distintas miradas. Pero ninguna agradable…
Circe frunció el ceño con gracia, sonrió y preguntó.
-¿Qué ocurre?- hubo un silencio sepulcral hasta que Adelphos se paró, el golpe sordo en la mesa retumbó, con esa actitud, no podría ser nada bueno.
By Double_Angy