3.7.11

Cap 177

Adelphos

No podía creer que lo que había pasado. Estaba tan confundido como la mayoría a pesar de tener mis sospechas de lo ocurrido. De todas maneras, y tal vez suene mal, estaba más preocupado por las sirenas que por la muerte de Calisto y el estado crítico de Zorba. Me preocupaba... Según lo que me dijeron, con las sirenas cantando, los hombres éramos completamente inútiles, idiotas caminando detrás de ellas. Estaba muy preocupado y debíamos pensar una manera de poder enfrentarlas si se nos cruzaban nuevamente...

-¿En qué piensas?- dijo de pronto Heracles apareciendo por detrás.
-Que si no nos hubieran encerrado más de uno hubiera muerto hoy...- dije serio, negando levemente con la cabeza.
-Tal vez...- dijo el pensando en quien sabe qué cosa.
-Lo peor es que no sabemos cómo detenerlas, ni como ser inmunes a su melodía...- agregue.
-Tienes razón... Pero algo debe de haber, pensaremos en eso luego... Ahora vamos a comer algo, dicen que pensar con el estómago lleno es efectivo...- dijo el sonriendo apenas, asentí.
-Puede ser...- suspire y fuimos hacia allí al momento que nos cruzamos con Epifanía.
-Justo venía a buscarlos, coman algo y después seguiremos pensando en lo ocurrido...- dijo ella sin sonreír, su expresión era de seriedad, o mejor dicho de calma.
-Eso mismo le dije al príncipe...- dijo Heracles, lo mire de costado con expresión cansada.
-No me digas príncipe... Aquí no tengo ese título... Todos somos iguales...- dije y camine hacia donde estaba repartiendo algo de comida.
-De acuerdo, Adelphos- dijo Heracles resaltando mi nombre. No estaba para nada de humor, pero intentaba parecer amable... Como resultado salía alguien de palabras serias, de rostro calmo y cansado por todo lo sucedido.

Al llegar tome algo de pan y otras cosas más y mientras comía me fui a vigilar el horizonte. No había vuelto a ver nada sospechoso... “Ellas se fueron apenas el sol comenzaba a salir, parecían temerle...” había dicho Amisthy. Si eso era cierto, teníamos hasta el anochecer para descansar y prepararnos. No creía que nuestra suerte mejorara para encontrar tierra antes del anochecer, no se veía absolutamente nada en el horizonte...

-¿Puedes venir un momento?- pregunte a la chica que tenía el mapa, aun parecía rara. Ella y Cyrene habían limpiado y vendado la herida de Zorba, ahora se encontraba descansando. Había puesto también a Keops en la entrada por si a Patroclo le daba un ataque y quería matarlo nuevamente.
-¿Si?- dijo ella.
-Dame el mapa que quiero ver algo...- le dije, ella asintió y saco el mapa de entre sus ropas. Extendí el brazo tomándolo y lo desplegué, rápidamente encontré nuestra ubicación e intente ver que nos quedaba próximo...

Al cabo de unos momentos mire a Mor, luego a Amisthy a la que dije un rápido “gracias”, para luego empezar a caminar hacia Mor. Le extendí el mapa, el miro el punto que le señale...

-¿Crees que podamos llegar antes del anochecer?- le dije. Él pensó un momento...
-Si el viento nos ayuda, creo que sí...- respondió.
-¿Entiendes mi apuro verdad? No creo que salgamos bien parados de otro ataque de esas cosas...- le dije, el asintió.
-Tienes razón, y hasta no saber cómo hacerles frente... Bueno, intentemos llegar a esta isla antes de que anochezca- Ahora el que asintió fui yo, él se dio la vuelta y le hablo a Dinethos, quien ahora se encargaba de dirigir nuestra embarcación. Me quede en mi sitio preocupado, ojala llegáramos allí antes del anochecer...

Las horas fueron pasando, el sol se movía peligrosamente en dirección al horizonte amenazándonos con dejarnos en un par de horas en una aterradora oscuridad... Aterradora solo por el hecho de que las sirenas podrían volver de nuevo y estábamos a la merced de su canto.
Sin embargo solo podíamos esperar a que el tiempo pase. Teníamos nuestras armas a mano aunque según las chicas “caeríamos como bobos en cuanto empezaran a cantar”, por lo que no era una opción esperar a que oscurezca y enfrentarlas... Ellas sin embargo eran inmunes a su melodía, aunque seguíamos en la misma... La mayoría no sabía luchar y no nos era muy esperanzador dejarlas a cargo de todo.
Todos hacían cosas distintas, aprovechaban el tiempo. Yo solo pensaba y pensaba, pero no encontraba las respuestas que quería y sentía impotencia. No podía hacer nada por el grupo, más que “desear” alcanzar la isla y estar en tierra antes de la noche. Sentía que el estado de ánimo de las primeras semanas de esta travesía estaba volviendo a mí, y no había nada que me volviera al de los últimos días.
 
-¡Tierra a la vista!- grito Heracles como en las historias de piratas. Todos corrimos hacia el frente y la observamos, pero... ¿Estaríamos allí antes de la noche? Todos deseaban que sí, seguramente...
-¿Dinethos, eres experto en barcos, no tienes alguna idea para que esto vaya más rápido...?- le pregunto, el ladeo la cabeza inseguro.
-Tal vez si... Pero no podría asegurar nada en este momento- dijo el, asentí mientras ponía mi mano derecha en su hombro.
-Confío en ti, haz lo que puedas...- le dije cuando escuche un inusual ruido más adelante, y ya lo había oído antes. Me moví hasta allí y estuve expectante del agua unos momentos, pero el ruido no volvió a repetirse ni se vio nada raro.
-¡Vi algo!- dijo de pronto Keops, Mor ya estaba al lado de él. Luego me miraron...
-Continúan vigilándonos...- dije con mirada pensativa. Para acotar después –Sigamos atentos y preparémonos, por si no llegamos a tierra a tiempo...- dije tal vez algo siniestro-macabro. Mor rodó los ojos y al instante tomo la palabra.
-Ya que no somos muy útiles en una pelea contra estas cosas...- comenzó a decir pero fue interrumpido por Cyrene.
-Diría que son más un estorbo...- dijo la chica, Mor la miro, pero luego sonrío de la manera que hacia irritar a todas las mujeres a bordo.
-Si la niñita me deja continuar...- espero y Cyrene se cruzó de brazos. –Bien, propongo que nos quedemos encerrados en las habitaciones sin nuestras armas y prepararlas para enfrentar a las sirenas... Claro, todo esto suponiendo que no lleguemos a la isla...- una vez que termino Epifanía siguió, tomando la palabra.
-Me parecería una buena idea... Ajustándole unos detalles podríamos salir bien parados en caso de que la noche nos alcance...- dijo la sacerdotisa.
-Claro, claro, primero habría que enseñarle básicamente a algunas como se usa una espada para que no las aplasten... Tan fácil- la voz de Keops, casi sin confianza en el plan, se alzó interrumpiendo a Epifanía. En un acto reflejo esta le dio un golpe en la parte superior de la cabeza, Keops no tuvo tiempo de quejarse cuando Amisthy lo golpeo también.
-Por comentario ofensivo contra nosotras...- dijo la chica sonriendo satisfactoriamente y cruzándose de brazos. Keops se tomaba la zona del golpe alejándose.
-De acuerdo, no opino más...- fue lo único que dijo.
-Tranquilos, ¿sí? Confiemos en que puedan hacerles frente... Sin embargo pienso que podremos llegar a la isla antes del anochecer...- dijo ahora Heracles.

Todos habían dicho algo ya, a excepción de Patroclo que seguía en el camarote y de la chica nueva que continuaba recuperándose... Según Epifanía se llamaba Rea. En fin, luego de un rato más de charla decidimos que si la noche nos tomaba antes de llegar, nos dividiríamos los hombres para encerrarnos en los camarotes si nuestras armas para no herirnos.
La masa de tierra estaba cada vez más cerca, pero el sol continuaba bajando y bajando.
Mire mi escudo, reflejándome en el apenas.

-¿Puedes salvarlos?- me pregunte mirándome. Alce la vista para ver a los demás, todos haciendo algo. Algunos tenían preocupación en su mirada, otros tantos estaban serios, pensando, como Mor y Heracles. Patroclo salió de pronto de su camarote y casi todos se quedaron mirándolo, para ver si se dirigía hacia donde Zorba, sin embargo se encamino hacia proa para mirar el agua.

Por lo menos ya tenía algo que hacer, vigilar a mi hermano. Me acerque hacia el pero me detuve a un par de metros. Me puse a ver lo mismo que el...
El tiempo pasó, los rayos de sol se iban atenuando. La isla ya estaba casi sobre nosotros, gracias a Dinethos que había hecho algo con las velas habíamos aprovechado mucho mejor el viento que se había alzado y casi lográbamos nuestro objetivo. La isla era muy grande, más de lo que creía... Tapada de enormes árboles y espesa maleza. Esperaba que no todo fuese así...

-Prepárense, el sol se ocultara momentos después de llegar...- dijo Mor. Todos asentimos, estábamos cerca del objetivo, y a la vez del peligro...
By Silius