Epifanía
El barco tenia en la parte inferior una sección en que se almacenaba toda la comida y en la otra estaban lo que podíamos llamar ¿"Habitaciones"? Así que entré en una de ellas siguiendo a Cyrene, una que estaba vacía. Dejé mi morral, unas cuantas pieles y un par de himatones que Circe me había entregado y un pelpo que no sabía en que ocasión podría llegar a utilizarla, pero que no estaba de más. Dejé las cosas en el suelo y salí a conocer el barco. Cuando ya me sentí con el suficiente sueño como para dormir, volví y me recosté en una de las camas, cerré los ojos durante un momento y sin saber como, desperté enroscada en mi misma y tapada con una piel, de seguro había sido Cyrene.
Me levanté, había perdido la noción del tiempo, pero por la oscuridad que cubría el barco y las velas encendidas en el sitio, supe que era de noche. Así que tomé mi arco y mis flechas, un par de telas de la cama y salí a cubierta. Estaba vacía a excepción de Mor, quien aun hacía guardia... Igual que al principio. Subí, miré a mi alrededor, solo estrellas y su reflejo en el mar, corría una brisa tibia y el sonar de las olas se hacía más tranquilizador con el pasar de los segundos.
- Pareces una estatua ¿Vas a tomar otro turno? -musité mientras me acercaba a Mor.
- Los más probable -respondió sin quitar la mirada del horizonte.
- Ah... -musité mientras asentía y miraba un sitio en el suelo para sentarme, un sitio que estuviera no tan mojado.
- ¿Por qué? ¿Planeabas ser mi relevo? -preguntó burlesco. Entrecerré los ojos en su dirección, me senté de golpe y dejé mi arco y flechas en el suelo, respiré hondo aun recordando y en un intento de no retomar ese sentimiento de rabia contra Patroclo, tomé mi arco.
- No. Patroclo me dejó claro que cualquiera de nosotras seriamos una perdida de energía en el lugar de vigilante... -musité mientras desenganchaba la cuerda de mi arco.
Comencé a limpiarlo y cuando me di cuenta, era ya muy extraño que todo estuviera vacío. -¿Donde está todo el mundo Mor? -musité mientras observaba la cubierta.
- ¿No la viste?
- ¿Ver a quien?
- La chica que encontraron flotando en el agua... -respondió dirigiéndome una mirada desinteresada.
- ¿Encontraron una chica flotando en el agua? -apresuré mientras dejaba el arco en el suelo y tomaba mis flechas.
- Así es... Parecía casi muerta...
- Eso si que es extraño -comenté - Hay que estar atentos, quizás pronto nos encontremos con los restos de un barco o con un barco en si -agregué mientras asentía.
- Si, quizás. No se, como siempre quizás haya que poner atención en ella... Más de la normal, por si es peligrosa.
- Oh... Claro, una chica casi muerta será nuestra perdición -comenté. Él me miró enarcando una ceja y luego negó.
- De todos modos ¿Qué haces aquí?
- ¿A qué te refieres?
- ¿A por qué no estás allá abajo con la chica que encontramos?
- Confío en que Zorba estará con ella ¿No es así? -el asintió - El sabrá como cuidarla -agregué.
Tomé el arco y lo estiré en dirección a uno de las antorchas, comprobando que no tuviese ninguna desviación. Y no, estaba totalmente derecho. Luego tomé la cuerda, la revisé tranquilamente, no tenía nada extraño. Entonces tomé una de las flechas, las fui revisando una a una, la punta, el astil, la pluma. Todas estaban bien, así que al fin las dejé en su estuche y comencé a enrollar el cable.
- ¿Por que tanto cuidado con el arco? -preguntó Mor de repente, me giré a verlo y negué.
- No hay tema especial, en realidad acostumbro limpiarlo cada cierto tiempo... Me tranquiliza -agregué -¿Qué hay de tu machete?
- ¿Qué hay con mi machete?
- ¿Jamás lo has limpiado?
- Eh... Si, si, claaro... Claro.
- Bueno... Yo si lo hago -comenté y entonces lo pensé un par de veces y pregunté -¿Qué necesitas para pelear cuerpo a cuerpo?
- ¿Eh?
- Eso... ¿Qué necesitas para pelear cuerpo a cuerpo? -reiteré.
- No se... Fuerza, técnica, velocidad... ¿Por qué?
- Nada...
- Contigo no existe... La nada.
- Ahora si -afirmé mientras observaba cualquier cosa menor él.
- No te creo -agregó, fruncí el ceño -Responde.
- Tengo interés en la lucha cuerpo a cuerpo, eso es todo -dije mientras levantaba los hombros y el rió.
- Sinceramente, prefiero alguien que ataque desde un punto ciego para el enemigo, a que un principiante pegando patadas y golpes a diestra y siniestra retrasando al grupo en el combate -comentó. Fruncí el ceño.
- No tengo interés en eso tampoco -agregué - Pero realmente creo que necesito saber como defenderme cuando no tengo mi arco...
- Y cuando no tienes flechas -agregó.
- No, cuando no tengo flechas, tengo el arco, pero si no tengo el arco y no tengo nada, ni escudo ni nada me matan...
- Ya... Ya entendí la idea. Te mueres.
- Si... Por eso necesito aprender a luchar -comenté una vez mas y sentí como Mor reía por lo bajo. Me ahorre cualquier comentario, quizás Heracles podría ayudarme un poco, o hasta Keops. Bueno, ahí vería.
Así que me levanté, tomé mi arco y mis flechas y comencé a caminar nuevamente escaleras abajo. Escuché a Mor gritar: "No lo decía en serio", poco me importaba si lo hacía o no. Llegué abajo y vi cómo casi toda la gente se agolpaba en una de las salas. Así que tras dejar mi arco y mis flechas en su lugar, busqué entre las provisiones un pan y una bota con agua. Volví a salir a cubierta, me acerqué a donde estaba Mor y tras sentarme en el mismo sitio que antes, le estiré la mitad del pan.
-¿Pan?
-Pan... Tengo hambre -comenté y me apoyé en el borde del barco.
-Entonces comamos pan -comentó Mor.
Mientras comía, comencé a mirar el reflejo que las estrellas habían en el agua. Era sin duda una de mis obsesiones más grandes, observar el cielo o cualquier cosa que se refiriera a las estrellas y sus constelaciones. Entonces mientras observaba el reflejo de una constelación en el agua, esta se deformó y luego volvió a su forma natura. Entrecerré los ojos y observé fijamente. Las olas estaban demasiado tranquilas como para que fuera eso, entonces otra distorsión y cuando me levanté a observar fijamente el agua, la distorsión se movió y se acercó a una velocidad poco común al barco y pasó por debajo nuestro.
-Juraría que vi algo pasar abajo del barco -musité de inmediato. Miré a Mor y este asintió.
-Lo se. Hay que estar atentos.
-¿Qué es?
-No tengo idea -respondió.
by KatrinaxStevens