Cyrene
Miré a Epifanía mientras mis pies aun
jugueteaban entre el agua, era relajante y me permitía tomarme un respiro del
susto sufrido hace poco, me sentaba mal haberme comportado groseramente con las
ninfas, además de que de momento no podía ir por mi arco a "ese"
lugar, si alguien me veía escapando seguro que me seguirían y la idea era no
encontrarnos con nada al menos no hasta que los llevase de vuelta a la playa y
se fueran de la isla.
-Ninfas... Los centauros y los faunos
además de las personas del pueblo y yo -respondí algo confundida por su
pregunta.
-¿Nadie más? -volvió a preguntar y
aunque lo hacía amistosamente, parecía querer otro tipo de respuesta.
-Dionisio a veces baja a unirse a las
fiestas de los centauros... Pero tiene prohibido venir a esta parte de la isla,
ella no quiere que hagan maldades con sus ninfas -respondí mirando el agua un
momento.
-¿Quién no lo quiere? -pregunto ella
ladeando el rostro.
-... Eso... Yo… -comencé a murmurar
sudando ligeramente-... Bueno, no es nada importante... De momento esto es
seguro... Pero no será así mucho más por la aparición de esas personas... No me
gustan y a las ninfas tampoco, por eso se fueron.
-Sí, lo noté -dijo con una leve
sonrisa.
-¿Eh? ¿Cómo? ¿Puedes verlas? -pregunté
sorprendida y ella asintió -Disculpa Epifanía pero... Si los saco a salvo de
este bosque y los llevo a la playa... ¿Se marcharán de esta isla?... Las
personas del pueblo... Aunque no me quieran con ellos... No se merecían eso...
Y además... No quiero que en este bosque se turbe el estilo de vida que
llevamos.
La chica se quedó callada de pronto y
mirándome fijamente. Me sentí un poco mal por haberle dicho todo aquello. Tuve
que excusarme con pretextos tontos asegurando que nadie podía seguirme porque
era un asunto vergonzoso. Nadie se convencía de ello y Epifanía dijo que me
acompañaría para que todos estuviesen más tranquilos.
-¿Realmente es necesario? -preguntó de
pronto echándome una mirada, me sonrojé por mentirle y aun así fui capaz de
asentir y pedirle que me esperase en una parte del bosque y que no se moviese
hasta que volviera pues podía perderse.
Así, ya sola, eché a correr en
dirección a mi lugar secreto. Una extraña caverna cuyo interior escondía un
lago subterráneo rodeado de una vegetación bellísima y delicada. Sobre varias y
amplias rocas planas descansaban mi arco y mis flechas además de otras dos
dagas. Tras guardar estas bajo mi vestido y colgarme las flechas a la espalda
tomé el arco y al girarme estaba ante mí su bello rostro sumamente serio que me
sentí algo intimidada.
-Cyrene... ¿Cómo has estado? ¿Alguna
novedad que desees platicar conmigo?
-Ar... Artemisa... Yo... No… No
esperaba tu visita hoy.
-...Tuve que hacer unos arreglos y
debía venir para asegurarme que estabas bien...A Dionisio no se le da bien esos
de los tratos cuando interrumpen sus fiestas.
-... ¿A qué te refieres?
-En estos momentos... Los centauros
deben estar buscándolos y no tardarán en hallarlos... En un bosque es fácil
aprovechar a los arqueros... El ambiente propicio para una buena cacería ¿no lo
crees, Cyrene?
-...
Me quedé muda ante las palabras de la
diosa, aquella misma que había cuidado de mí y que ahora se escuchaba tan
cruel.
-No regreses a ese lugar...O entonces
creeré que estas despreciándome... A mí y a esta vida... Que desprecias a mi
padre y que prefieres estar con esos renegados.
-…Yo... Yo solo... Solo... Sentí
curiosidad al verlos... Quería... Quería saber sus motivos y por qué....
Ninguno parecía arrepentido de ello... Era como si... Se quitaran unas cadenas
invisibles y...
-... ¿Qué acaso no eres libre? Tienes
toda la libertad que desees gracias a mí, porque eres mía nadie puede tocarte…
Nadie puede...
-¡Pero yo no quiero que me trates como
objeto! -dije y me vi sorprendida a mí misma y más al recibir una bofetada de
Artemisa.
-¿Reniegas de mí?... Realmente tu... A
pesar de que salvé tu vida y cuide de ti desde siempre...
-… Quiero ser libre... Como Artemisa me
cuenta... Quiero que nadie me tenga atada con cadenas nunca -dije mientras la veía
y era como si ante nosotras se levantara un muro... Ya no podíamos entendernos.
-… Entonces dale la mano al líder de
tan absurda empresa... Hazlo y considérate libre de mi... Porque nunca te
aceptaré de vuelta.
Ella se dio la vuelta y parecía
marcharse pero se detuvo y sin girarse volvió a hablar.
-... Tú, yo he cuidado de tu
castidad... Pero ya que reniegas de mi... Al menos... Hazlo por ti misma y... No
aceptes las cadenas del "amor" por qué de esas jamás podrás liberarte
una vez te atrapen.
Y desapareció y de pronto los sonidos
del bosque se restablecieron... Como si hubiese estado en una dimensión alterna
minutos antes... Pero aquellos sonidos no eran tranquilos... Una batalla sin
duda eso era una batalla. Con la mejilla aun roja eché a correr fuera de aquél
lugar siendo odiada por mi diosa, cosa que yo misma había propiciado... Sentía,
que con cada paso que daba... Mis recuerdos iban quedándose en ese lugar y tras
verlos todos pasar delante mío no pude evitar sentirme sola...
By Wolfmanhunter_Lilith