7.8.10

Cap 60


Cyrene

Miré a Epifanía mientras mis pies aun jugueteaban entre el agua, era relajante y me permitía tomarme un respiro del susto sufrido hace poco, me sentaba mal haberme comportado groseramente con las ninfas, además de que de momento no podía ir por mi arco a "ese" lugar, si alguien me veía escapando seguro que me seguirían y la idea era no encontrarnos con nada al menos no hasta que los llevase de vuelta a la playa y se fueran de la isla.

-Ninfas... Los centauros y los faunos además de las personas del pueblo y yo -respondí algo confundida por su pregunta.
-¿Nadie más? -volvió a preguntar y aunque lo hacía amistosamente, parecía querer otro tipo de respuesta.
-Dionisio a veces baja a unirse a las fiestas de los centauros... Pero tiene prohibido venir a esta parte de la isla, ella no quiere que hagan maldades con sus ninfas -respondí mirando el agua un momento.
-¿Quién no lo quiere? -pregunto ella ladeando el rostro.
-... Eso... Yo… -comencé a murmurar sudando ligeramente-... Bueno, no es nada importante... De momento esto es seguro... Pero no será así mucho más por la aparición de esas personas... No me gustan y a las ninfas tampoco, por eso se fueron.
-Sí, lo noté -dijo con una leve sonrisa.
-¿Eh? ¿Cómo? ¿Puedes verlas? -pregunté sorprendida y ella asintió -Disculpa Epifanía pero... Si los saco a salvo de este bosque y los llevo a la playa... ¿Se marcharán de esta isla?... Las personas del pueblo... Aunque no me quieran con ellos... No se merecían eso... Y además... No quiero que en este bosque se turbe el estilo de vida que llevamos.

La chica se quedó callada de pronto y mirándome fijamente. Me sentí un poco mal por haberle dicho todo aquello. Tuve que excusarme con pretextos tontos asegurando que nadie podía seguirme porque era un asunto vergonzoso. Nadie se convencía de ello y Epifanía dijo que me acompañaría para que todos estuviesen más tranquilos.

-¿Realmente es necesario? -preguntó de pronto echándome una mirada, me sonrojé por mentirle y aun así fui capaz de asentir y pedirle que me esperase en una parte del bosque y que no se moviese hasta que volviera pues podía perderse.

Así, ya sola, eché a correr en dirección a mi lugar secreto. Una extraña caverna cuyo interior escondía un lago subterráneo rodeado de una vegetación bellísima y delicada. Sobre varias y amplias rocas planas descansaban mi arco y mis flechas además de otras dos dagas. Tras guardar estas bajo mi vestido y colgarme las flechas a la espalda tomé el arco y al girarme estaba ante mí su bello rostro sumamente serio que me sentí algo intimidada.

-Cyrene... ¿Cómo has estado? ¿Alguna novedad que desees platicar conmigo?
-Ar... Artemisa... Yo... No… No esperaba tu visita hoy.
-...Tuve que hacer unos arreglos y debía venir para asegurarme que estabas bien...A Dionisio no se le da bien esos de los tratos cuando interrumpen sus fiestas.
-... ¿A qué te refieres?
-En estos momentos... Los centauros deben estar buscándolos y no tardarán en hallarlos... En un bosque es fácil aprovechar a los arqueros... El ambiente propicio para una buena cacería ¿no lo crees, Cyrene?
-...

Me quedé muda ante las palabras de la diosa, aquella misma que había cuidado de mí y que ahora se escuchaba tan cruel.

-No regreses a ese lugar...O entonces creeré que estas despreciándome... A mí y a esta vida... Que desprecias a mi padre y que prefieres estar con esos renegados.
-…Yo... Yo solo... Solo... Sentí curiosidad al verlos... Quería... Quería saber sus motivos y por qué.... Ninguno parecía arrepentido de ello... Era como si... Se quitaran unas cadenas invisibles y...
-... ¿Qué acaso no eres libre? Tienes toda la libertad que desees gracias a mí, porque eres mía nadie puede tocarte… Nadie puede...
-¡Pero yo no quiero que me trates como objeto! -dije y me vi sorprendida a mí misma y más al recibir una bofetada de Artemisa.
-¿Reniegas de mí?... Realmente tu... A pesar de que salvé tu vida y cuide de ti desde siempre...
-… Quiero ser libre... Como Artemisa me cuenta... Quiero que nadie me tenga atada con cadenas nunca -dije mientras la veía y era como si ante nosotras se levantara un muro... Ya no podíamos entendernos.
-… Entonces dale la mano al líder de tan absurda empresa... Hazlo y considérate libre de mi... Porque nunca te aceptaré de vuelta.

Ella se dio la vuelta y parecía marcharse pero se detuvo y sin girarse volvió a hablar.

-... Tú, yo he cuidado de tu castidad... Pero ya que reniegas de mi... Al menos... Hazlo por ti misma y... No aceptes las cadenas del "amor" por qué de esas jamás podrás liberarte una vez te atrapen.

Y desapareció y de pronto los sonidos del bosque se restablecieron... Como si hubiese estado en una dimensión alterna minutos antes... Pero aquellos sonidos no eran tranquilos... Una batalla sin duda eso era una batalla. Con la mejilla aun roja eché a correr fuera de aquél lugar siendo odiada por mi diosa, cosa que yo misma había propiciado... Sentía, que con cada paso que daba... Mis recuerdos iban quedándose en ese lugar y tras verlos todos pasar delante mío no pude evitar sentirme sola...

By Wolfmanhunter_Lilith