8.8.10

Cap 64


Mor

-Confía joven Adelphos créeme que nuestra misión es ayudarles- musitó el idiota del clon real de Adelphos. Mientras el otro imbécil que tenía detrás le respaldaba lo que él decía como si tradujera las estupideces del clon a nuestro idioma.
-A ver, a ver, clon real de Adelphos, he tenido un exceso de paciencia contigo- musité mientras miraba al zopenco aludido -te voy a decir una cosa, te vas a ganar mi respeto y tu nombre, en la medida en que respetes a los otros… no sé qué te crees tú con tus cinco sirvientes con cara de matones, pero yo no les temo… siquiera me impresionan… Me he llevado a tipos más matonescos- me giré y gruñí. -Otra cosa más, otra falta de respeto a alguna de las mujeres, y yo mismo te arranco la lengua... estúpido egocéntrico… eres peor que Narciso...- mascullé entre dientes mientras me alejaba y escuchaba a un par de espadas desenvainarse y un par de las concubinas del clon del Adelphos quejarse y gritarme cosas que… realmente me importan nada… Tengo mejores cosas que hacer…

Comencé a caminar hacia el bosque, Hades tenía que darme ciertas informaciones de donde mierda estábamos y quien era el idiota ese…
De pronto las sombras que dibujaban los árboles comenzaron a tornarse más oscuras, más espesas y a expandirse hasta que de pronto todo era dramáticamente más negro… Muy Hades…

-“Otra cosa más, otra falta de respeto a alguna de las mujeres, y yo mismo te arranco la lengua… estúpido egocéntrico… eres peor que narciso…”- citó Hades imitando mi voz –Pero por lo menos Narciso tiene razón… es un chico realmente encantador, como no quererse así...- masculló Hades ya apoyado en un árbol que comenzaba a marchitarse.
-Sería más sencillo para ambos si tu visita la hicieras menos llamativa- musité mientras me sentaba en un tronco.
-Es que en esta visita Mor… tengo más cosas que reprocharte que cualquier otra cosa…- musitó mientras aparecía a mis espaldas y se agachaba hasta mi nivel – Haz acumulado más problemas, que aquella vez que fuiste a Peloponeso.
-Hu… ¿tantas?, no puedo creerlo…- ronroneé en tono sarcástico, ya estaba en problemas, agregar otro psss… que importa.
-Si Mor… y sabes que odio cuando haces eso- gruñó para aparecer frente a mí y alzarme por la capa.
-¿Sabes quién anda tirando flechas por allá arriba y de paso quiere que tu cabeza sea alimento de Escila?
-Pues son tantos que ahora no me vienen a la mente…- musité con una sonrisa ladeada mientras encogía los hombros
-Artemisa…- gruñó Hades, mientras las sombras que salían de sus pies iban marchitando todo lo que había alrededor.
-¿Y yo que le hice a esa loca?- pregunté enarcando una ceja.
-No es que le hiciste a ella, si no que le hiciste a su protegida, maldito bruto…- gritó mientras me ponía contra un árbol con toda su fuerza, dolor, si, ya me era tan conocida la sensación, que a veces ni la sentía -¿Te parece conocido?- gruñó.
-¿Cyrene?- musité como pude ya que tenía toda la cabeza contra un árbol.
-Si… Mor, Cyrene… Así que ten cuidado con ella, porque tiene el favor de Artemisa, solo ten cuidado…- me soltó y caí al suelo.
-Pero tengo que felicitarte, por algo- ronroneó Hades –Me gusta lo que estás haciendo con la sacerdotisa esa… la de Atenea
“¿Y qué hice yo ahora con la otra?” pensé mientras me acomodaba.
-Si… eso de hacerla caer… tiene a Atenea un poco cascarrabias, pero me gusta, pues perdería su contacto y de paso sería una menos… Quién sabe si hasta tenemos nueva medusa. Ah mor, me encanta eso que haces, eso de llevarle la perdición a todos los que te rodean… tienes un don. Síguelo haciendo, me gusta…
-¿Medusa?, espera de que me perdí- musité incorporándome.
-Si… Medusa, tú te sabes él cuento, así que no te hagas el que no sabes…- musitó mientras la oscuridad y las sombras volvían a sus pies. Que pensaba Hades ¿Qué yo andaba seduciendo a Epifanía para convertirla en medusa?, no se me había ocurrido…
-Claro… Medusa…- musité con una sonrisa ladeada algo fingida, porque de pronto no se me antojo la idea…
Y de pronto ¡Chas! Y un leve dolor en la nuca, Hades me había dado un chaschazo en la nuca.
-¡Y ya para de herirte así, que me haces más complicado eso de tenerte por aquí con vida…!- musitó con un exceso de tranquilidad mientras hacía un puño en su mano y yo me sobaba la nuca, pues cuando él se proponía hacerme sentir dolor, realmente lo conseguía. ¡Auch!.
-Te traje esto… tomas un pedazo y lo introduces en el orificio de la flecha.- masculló mientras extendía su mano y la falange de sus cadavéricos huesos develaba una especia de corteza violácea algo mohosa.
-Que… es eso…- musité mientras miraba con la ceja enarcada y algo de asco, pues sabía por experiencia de primera mano que todo lo que me daba Hades, o era asqueroso o muy doloroso, pero igual de útil… El dolor y la asquerosidad eran directamente proporcionales a su eficacia. Lo tomé.
-Cuando te lo coloques prepárate para un buen dol… ¡Que rayos!- musitó Hades, al ver que ya me había quitado la capa y apuntaba la corteza directamente a la herida…
-Bueno te dejo solo con tu dolor… espero que tengas presente tu sobre toleración al dolor y todas las estupideces que has hecho y lo tomes como una especie de redención.

Introduje la corteza a la herida que no había cicatrizado nada… Y el dolor que sentí fue… como ser presa de una lluvia de flechas, de ser mutilado vivo, y tres semanas de escuchar a Perséfone hablar de la incompetencia de Hades. Horrible.

-¿Duele demasiado?- preguntó Hades con la sonrisa contenida.
-Porque no te vas a tu maldito inframundo Hades…- le gruñí como pude. Él sonrió y se marchó. Mientras el dolor se iba haciendo cada vez más agudo, caí de rodillas, y de pronto fue como si la herida estuviese a fuego vivo, mientras yo intentaba respirar profundo y apretar la mandíbula. Dolía demasiado, maldito Hades… me las pagaría después…

De pronto sentí alguien tomar mi hombro.
Le tomé por la muñeca y lo arrojé al suelo.
-¡Que rayos te ocurre Mor, eres un bruto!- aquella voz que se volvía chillona cuando se enojaba era inconfundible.
-¿Quién te llamó…?- le gruñí.
-¿Qué te sucede?- musitó Epifanía.
-Nada, miro de cerca una piedra- gruñí sarcásticamente con una sonrisa mientras el dolor de vez en cuanto cerrar los ojos y respirar profundo.

By Double_Angy