25.8.10

Cap 87


Mor

Quien dijo que era fácil matar un dios… Que venga en este preciso instante, que lo arrojo como carnada para la manticora, si eso imagine, no hay nadie, cuando me aparte del par de chicas, fue blandir el filo del machete, intentar buscar un punto débil, esquivar los ataques y cuidar que este no me matase… Al ver al pobre desgraciado, que la manticora había destrozado, pensé y una determinación, no acabaría como este infeliz, desangrándome en el pasto de un bosque… no, hoy no era el día de morir, ni mañana, ni pasado mañana, porque si lo hacía, el regaño que me iba a echar Hades allá abajo, iba a ser del porte del Olimpo, quizás más grande… ¿Cómo lo sé?, no es primera vez que Hades me ha devuelto, casi arrojado de su casa, porque soy un servidor suyo y simplemente, le sirvo más en la tierra que ayudando a subir almas como portero al lado del Caronte, así de sencillo. Mientras observaba los ataques de mis compañeros, el pero certero golpe de Epifanía y el sacrificio de aquel soldado, me decía que era tiempo que se hiciese algo, pues las flechas se acababan y con el tiempo, las fuerzas se desgastan. Miré los ataques de la manticora, si pudiese hacer algo con ese aguijón… ese aguijón… podríamos neutralizar sus ataques a distancia… Comencé a mirar la manticora, analizar sus movimientos, mientras al mismo tiempo evadía por poco aquellas agujas impregnadas de mortífero veneno… Sus ataques eran los mismos de siempre y si… Es arriesgado, pero valdrá la pena…
Pero digamos que éramos un “equipo”, no podía dejar al hombre, tirado, el tipo podría servirnos de algo después o ahora… De pronto el viento se rasgó por dos flechas casi gemelas que venían de la profundidad del bosque… Una, sí, logro esquivarla, pero de la otra no se hubiesen podido salvar siquiera lo gemelos Apolo ni Artemisa, pues eran sencillamente ineludibles, la manticora chilló mientras su sangre caía resbalando por su rostro... Un momento perfecto para atacar… miré al hombre… Mierda… maldito equipo… Bufé, me acerqué corriendo al hombre que estaba a un par de metro lo tomé por los brazos y ambos comenzamos a emprender una retirada. Pero la manticora encolerizada, buscaba a su atacante, y al ser nosotros las únicas dos cosas, que estábamos cerca de ellas, alzó su aguijón con determinación, venía por nosotros. A mi compañero le iría mejor, pues iría con una recomendación ante el mismísimo señor del inframundo.

-Tranquilo, Hades sabrá disponer de tu alma, compañero, pues tu irás sin dolor alguno a lo Elíseos por siempre…- susurré para mirarle un momento, el hombre abrió los ojos de par en par, asustado, pues ser servidor de Hades, trae consigo el mal augurio de la muerte y el llamado de Hades y no le mentía, aquellos que ayudaban al señor del inframundo en sus cometidos eran recompensados con el Eliseo… El lugar a donde toda alma quisiese ir. El hombre me miró y asintió, pues mis palabras eran ciertas… El moriría en este momento, pero al igual que su amigo, su sacrificio no sería en vano y su recompensa sería eterna…
Cuando la manticora irguió su aguijón para atravesarnos con él, escuché a varios gritar un “¡Cuidado!”, cuando el aguijón se abalanzó contra nosotros, miré al joven y este cerró los ojos, logré esquivar el ataque, pero el hombre fue atravesado con tal brutalidad, violencia y rapidez, que el aguijón se había quedado atascado en el suelo, miré.
-Instantes como estos, son lo que espera un asesino toda su vida …- susurré mientras empuñaba con fuerza el puño del machete y con un ágil movimiento de piernas y un golpe furtivo, aquel aguijón cayó al suelo sin cola, desprendido, mientras el veneno se dispersaba, sin pensarlo dos veces, tomé el machete y corté una pierna al hombre y comencé a correr, mientras el veneno comenzaba ya a escurrirse por el suelo, la manticora no paraba de chillar, ciega y ahora sin aguijón, buscaba el autor del último, ataque… De pronto vi como corría hacia mí y entonces, hice lo que había aprendido con todas la criaturas mascotas de dioses que había visto, le tiré el pedazo de pierna del hombre lo más fuerte que pude y esta tomó buena altura, la sangre que desprendía este, hacía pensar a la manticora, que el que era devorado era su agresor y no el hombre que había matado unos instantes atrás y esta abrió la boca y saltó para capturar la presa de carne que yacía suspendida en el aire, mientras yo me echaba a correr lo más rápido que podía, la manticora, lo desgarró, lo desmembró, esa cosa que colgaba de su boca, era difícil de creer que era una pierna…
Me perdí de la vista de la manticora, casi que tirándome al bosque, ocultándome entre los arbusto, suspiré y de pronto miré la hoja del machete y vi, como por ella comenzaba a escalar como gusanos de sangre, como tiras de sangre. ¡¿Qué clase de veneno ese?! Comencé a intentar pisarlo, pero al hacerlo un par de veces derritió la sandalia...

-¡Que mierda!- mientras veía como comenzaba a escalar y en un instante ya estaba escalando por mi mano. Intenté como sacudirla con la otra, pero era poco lo que salía, mientras la respiración se iba agitando, puesto que las cosas rojas, al contacto con la piel, desgarraban y derretían... Gruñí mientras miraba, no sabía que hacer… casi siempre me salvaba de estas cosas anormales, porque tenía antídoto de todo patrocinado por Hades… pero ¿Quién podría tener cura para veneno de aguijón de Dios Dionisio en forma de manticora?... eso era demasiado… ¿Y si lo purificaran?... si es así estoy perdido, como que bendecir y yo no están en la misma oración al menos que entre medio tenga un NO o un NO PUEDE y un LE REPUGNA… y otras cosas similares…
-Psss vengo a salvarme del aguijón de la manticora y me caigo por la sangre… que estúpido…- Bufe a media voz, pues así sería el dolor que ya comenzaba a sentirlo… y digamos que yo no siento mucho dolor que digamos… “Maldito Dionisio”… refunfuñe mientras me sacaba la capa e intentaba para la subida y con el contacto de la capa no subían más… es que algo tenía que hacerle la capa, era un regalo del jefe… y el jefe no regalaba cosas malas.

By Double_Angy