Heracles
Retrocedí un par de pasos,
definitivamente las fauces de esa bestia eran temibles. Y lo habían comprobado
ya varios hombres... Tres de los mejores guerreros de Tesalia habían caído ya
por esta bestia, pero ya no más... Su momento estaba a punto de llegar. No
podía volar y no tenía esa cola mortífera, era momento de atacarla y devolverla
a donde pertenece. Alce la cabeza mientras veía a Midhos volar hacia mí y
posarse en una rama cercana...
-¿Algún plan?- pregunte, aunque fruncí
el ceño... ¿Ahora necesitaba que un ave me diga que hacer? Vaya... Esta chillo
mientras sonreí... -Genial... pero ten cuidado...- y en cuanto desplegó sus
alas doradas y voló empecé a correr.
-¿Qué haces Heracles?- la voz de Keops
me dio su ubicación, estaba a mi derecha.
-Acabar con esto... Acabemos con sus
patas traseras y tendrá menos movilidad que una piedra...- le dije algo serio
aunque me gire a él y sonreí levemente.
-Bueno, tiene sentido... ¡Vamos!- grito
y nos separamos justo enfrente de de la bestia al momento que intentaba
atraparnos.
-¡Midhos!- grite y este apareció
rápidamente de entre los árboles cercanos a la bestia sorprendiéndola y
atacando sus ojos con esas terribles garras, la dejaría ciega en cuestión de
segundos...
Adelphos y su hermano se organizaron
para atacar a la bestia, por lo que sus patas delanteras ya no eran problemas.
Aunque no había que confiarse. Mor, Epifania y Cyrene estaban ocupados en otra
cosa, otro aquí no nos vendría mal, ¿no? Pensé mirando como curaba la niña
nueva la herida en el brazo que tenía Mor, sí que tenía resistencia al dolor el
maldito, je...
Keops rodó esquivando una pierna que
intentaba aplastarlo y quedo a mi lado, moví mi espada para atrás y su filo
azulado brillo al momento en que esta volaba hacia su gran pierna trasera y la
cortaba casi por completo, Keops con su espada termino separándola haciendo que
la bestia gritara de dolor, un grito que nos hizo estremecer, estaba
acercándose su fin, pero... ¿Los demás retos que siguieran a este, serán tan o más
fuertes como estos? No lo pensé más y me centre de nuevo en la lucha, los
hermanos de Tesalia perforaron su pecho en una doble estocada haciendo que
saliera un enorme chorro de sangre rara...
-¡Vamos!- se escuchó una especie de
grito de júbilo, la bestia estaba prácticamente acabada, la estocada final...
Solo eso faltaba.
-Rayos...- musite retrocediendo en
cuanto la bestia intento levantarse, sí que tenía resistencia la maldita. Pero
eso se terminó en cuanto Adelphos y Patroclo clavaron sus espadas
inmovilizándola.
-Rematemos esto...- dije y Keops y
Demetrius asintieron, con nuestras espadas cortamos las demás piernas que le
quedaban, la bestia chillo fuertemente pero su grito quedo ahogado por la
sangre que empezó a salírsele por la boca, la mire seriamente mientras todos
nos posicionábamos juntos frente a la bestia, que agonizaba ya. Mor y las
chicas ya estaban también con nosotros, Mor tenía su machete bien tomado, y su
mirada... Una mirada sádica al pensar en el destino de la bestia...
-Sí que nos dio trabajo...- dijo Keops
sonriendo un poco.
-Ni que lo digas...- afirme algo
agitado, Midhos aterrizo en mi hombro.
_Le dimos una lección, ¿no crees?_ dijo
esta, acaricie su cabeza mientras guardaba mi espada.
-¿Ahora?- pregunto Epifanía... Mor se
adelantó...
-Mandarla a donde pertenece...- dijo
riendo con su machete en posición, retrocedí apenas y me voltee... No tenía
intenciones de ver esto, ya la habíamos vencido, su destino ahora no me
importaba. Empecé a caminar y entonces sentí algo raro en el ambiente... Un
olor a azufre para nada común aquí.
Midhos, ¿De dónde rayos salió esta ave?
Definitivamente aquel hombre tenía razón, me iba a ayudar mucho en mi camino.
Pero tenía la sensación de que algo se me estaba pasando aquí, es como si
tuviera la sensación de haberla conocido ya... Entonces un recuerdo apareció en
mi mente, parecía tan real que por un momento no quería volver... ¡Eso era!
-Midhos... ¿Conociste a Perseo?- le
pregunte y esta chillo, una sonrisa se formó en mi rostro. Era aquella ave que
había capturado para mí... Mi hijo... aquella ave, la cual creí que había
escapado aquella noche.
_Me dijeron que debía cuidarte...
Además, también es personal Heracles..._
-Para mí también lo es... Los dioses lo
pagaran...- le dije y me gire, entonces fruncí el ceño, bueno... Ya no me
sorprendía nada a esta altura. La bestia estaba acabada...
By Silius