Mor
La manticora se negaba rotundamente al
llamado de Hades… Imagino, debe ser difícil ser derrotado y morir a manos de
humanos, no lo culpo, yo estaría igual…
La sangre se desbordaba por todas las
heridas de lo que antes fue un manticora, que ahora era una aberración de carne
de diferentes especies mutilado al extremo de ser irreconocible, y por un
momento me pregunté, si este atrevimiento del hombre valía la pena, si habría
fiesta, dicha y celebración después de esta caída.
-Los lotófagos deben estar sufriendo
bastante…- susurré y todos me miraron con una negación, yo solo les miré y
encogí los hombros, deberían todos hacerse la misma pregunta, pues un dios
representaba siempre bondades, tenía ciertas atribuciones… ¿Y si este ya no
estaba?, ¿qué sucede con eso?, ¿quién provocará las tormentas si matan a Zeus?,
¿Volverá a salir el sol si muere Apolo? ¿A dónde se irá el amor y el deseo si
no hay Afrodita?, miré un momento y me percaté de que este era el inicio de una
nueva era, una era donde el hombre comenzaría a labrar su camino y su destino,
sin que las parcas tuviesen que poner cosas en sus cabellos en el Hades. Para
mí un mundo como ese era inconcebible... Pues para mi si Hades no existiese,
todo yo perdería sentido… desde mi vida, hasta mi pasado, mi presente y mi
futuro, miré un momento hacia otro lado intentando apartar aquellas ideas y de
pronto un olor inconfundible se hizo presente en el ambiente y miré
disimuladamente hacia los lados buscándole… Qué rayos tramaba Hades…
El último chillido de la manticora fue
algo escalofriante, pues fue más humano que todos los anteriores, la piel
comenzó a desbordarse de los huesos como si fuese una mezcla asquerosa, todos
dimos un paso hacia atrás, puesto que nadie quería moverse de allí hasta ver el
final, no por morbosidad, no, esa etapa ya había pasado, era una cosa entre
respeto y asegurarse de que no volvería, pues apenas creíamos lo que habíamos
hecho… Habíamos matado a Dionisio, uno de los dioses del consejo de Zeus… Un
ser inmortal…
Aquella mezcla putrefacta, se iba
evaporando al viento, con un brillo casi divino. Un brazo delgado y blanco
salió de entre la mezcla y era como si del aire intentara sujetarse, una figura
humana se distinguió de entre tanta podredumbre salió de entre la manticora
tosiendo, escupiendo y quejándose de una gran jaqueca un joven que yo no le
hecho más de 18 años…
Todos miramos estupefactos…
-Esto es peor que cuando tuve esa
fiesta en la celebración del macho cabrío… ¡Es como si Atenea estuviese
saliendo de mí cabeza en este momento!, espera…- y comenzó a tocarse la cabeza
como si buscase algo y al parecer no encontrarlo le dio un gran alivio –Ufff,
que suerte…- musitó todavía con las manos en la cabeza.
Todos nos mirábamos… ¿Qué rayos estaba
sucediendo?
-¡Esto es culpa de ustedes!- musitó con
su voz enojada, pero sin alzar la misma pues al parecer hacerlo le provocaba
dolor. -¿Qué se han creído? Al retarnos a nosotros los dioses… Nosotros le
hemos dado todo lo que ustedes tienen…-
Todos quedamos como medio impactados…
Pues ese joven no era nada más y nada menos que Dionisio.
-… Nos deben su vida, su creación… Es
como si las muñecas de madera se revelaran a su carpintero… ¡Una soberana
idiotez!
Si era Dionisio, aunque yo me lo
imaginaba algo más… ¿Maduro? ¿Con barba? ¿Menos chillón? Cuando este intentó
levantarse se hizo daño con las uñas afiladas de la manticora que yacían allí
todavía. Y menos frágil por supuesto.
Epifanía al ver esto se acercó al joven
a pesar de las millones de señas que todos le hicimos.
-Eso que sientes Dionisio… Es dolor, y
como ese y peores, nos ha hecho sentir tú y tus hermanos, al ignorarnos, al
castigarnos con plagas, hambrunas y sufrimiento… ¿Esto Dionisio?, te lo
presento… se llama humanidad…- musitó Heracles con algo de ira.
Y este miró a Heracles y después miró
su mano de la cual salía un hilo de sangre, mientras Epifanía tomaba su mano e
intentaba ayudarle, pero este se negaba, una conducta de un mal perdedor.
Adelphos alzó su espada y Epifanía
extendió sus brazos negando rotundamente que Adelphos lo ejecutara, la verdad
lo que le hiciesen a Dionisio o no, ya no era de mi incumbencia, pues esto era
temas de venganza y humanos, yo no tenía nada que ver con ellos… Mientras
Dionisio atrás miraba a Epifanía y a Cyrene y Keops, que decía que lo mejor de
todo no era matarlo, ya que quizás podríamos usarlo como rehén de guerra.
De pronto el aire se volvió espeso y la
oscuridad comenzó a tomar forma, con una mezcla entre cenizas, azufre y humo,
era Hades…
Cyrene y Keops se echaron hacia atrás y
yo me precipité a tomar a Epifanía por el brazo y alejarla de allí, Epifanía no
querría estar allí, cuando Hades hiciese lo que tenía pensado para Dionisio. El
infeliz sonrió al ver la presencia de su medio hermano, extendiéndole las
manos, Hades las tomó con una sonrisa despiadada y sádica, el cuerpo de
Dionisio y el suyo fueron envueltos por fuego ceniza y humo y cuando estas se
disiparon ya no había nadie, todos miraban estupefactos, mientras yo sujetaba a
Epifanía que no se resignaba a la desaparición del chico así como así…
-Epifanía… entiendo que ese chico haya
sido un dios y lo más probable es que haya sido degradado a un mortal o
semidiós, pero no puedes meterte cuando los dioses intervienen, es peligroso y
más con Hades…- musité y esta me miró enojada. Yo bufé… Hades no me había
contado esta parte del plan… me debía una explicación…
By Double_Angy