Epifanía & Mor
Si metíamos las habilidades artesanales de todos nosotros en una hoya… Lo más probable que sacarían una masa inservible asquerosa y de paso minúscula, en fin, un desperdicio total. Las cosas del mar nunca habían sido lo mío. Odiaba todo relacionadas con Poseidón y Apolo, la mera exposición a ellos o sus elementos eran solo para casos extremos… Para sobrevivir. Así que sencillamente cuando las chicas se fueron. Me apoyé en una palmera y miré a los otros moverse de un lado para otros. Cosas relacionadas con la tierra, minerales, leyendas, mapas, quizás ahí podría ayudar más, en este caso ladeé el rostro aburrido. Me tocaría seguir leves instrucciones.
Patroclo entró al lugar con una actitud casi como de un Hercules, pretencioso, creyendo saber todo sobre barcos, agua, navegación. Adelphos lo confrontó. Heracles intentó mediar, Keops se colocó a mi lado, yo asentí saludándole y así comenzó la discusión.
A mi realmente me daba lo mismo… Si querían podrían irse en una palmera flotando hasta Alejandría, pero si esta no naufragaba, quedaba aprobada de mi parte.
Me alejé de Adelphos y Dinethos. A decir verdad, el asunto de construir el barco, a mi no me interesaba mucho, claro, si había que hacer algo, lo haría, pero no estaba ni un poco mimetizado con el tema, mucho menos tendría algo que aportar a la elaboración más que lo que le había dicho antes a Dinethos.
- ¿Prefieres un barco grande y resistente o pequeño, ágil y menos resistente? -dije mientras veía la figura de Mor, junto a Keops, acercándose.
- ¿Prefieres un barco grande y resistente o pequeño, ágil y menos resistente? -dije mientras veía la figura de Mor, junto a Keops, acercándose.
Entre una competencia de hermanos cual era el más chillón, gritón, consentido y egocéntrico, sería difícil decir cual era el ganador, pero yo, le doy mi voto a Patroclo, ha trabajado muy duro para el premio.
Escuché unos pasos acercarse, ladeé la cabeza y mire a las chicas acercándose junto con el nuevo…
Lo miré de arriba abajo. Podría ayudar. Si, podría ayudar, si, solo sí, sabía hacer un barco. Si… miré a los otros que seguían casi mirándose con odio, es como ellos… Que se lo coman las panteras, o regrese por donde vino de dónde fuera que fuese que quedara el lugar.
Con Keops decidimos ver que tal el nuevo.
Mi cara de entre inexpresión, fría y analizándolo eran creo demasiado obvias.
Miré a Cyrene y le sonreí para después mirar al nuevo y esta casi se me arrojó encima de nuevo.
Le esquivé y fue agarrada por Keops.
La miré y negué para después mirar a Epifanía que me miraba acusando la mirada con cara “mátate” yo enarqué los hombros con una mirada de fingida inocencia y una sonrisa ladeada.
- Yo no hice nada- mascullé Epifanía negó.
- ¿Qué opinas Mor de lo que acaba de decir el nuevo?- miró al chico.
- Dinethos…- agregó el chico.
- Eso…- respondió el noble.
Aparté el rostro de Epifanía y miré a Adelphos.
- Creo que le has preguntado a la persona menos indicada, pero estratégicamente, me parece el rápido, las probabilidades que tengamos que robarnos otro porque este náufrago, son bastante altas- comenté cruzando los brazos algo aburrido.
- Puede funcionar -comentó Adelphos -Construyamos ese -asentí. Estaba de acuerdo. Me giré y Vi a Keops aun tomando a Cyrene de la cintura, negué y luego miré a Mor, este solo rió por lo bajo, así que debí esconder una sonrisa, sin duda Cyrene estaba haciendo un gran papelón, pero no había como detenerla.
- Bien Dinethos... ¿Necesitas papel o algo para hacer los planos? - él se cruzó de brazos y asintió.
- Necesito eso y saber con cuantos materiales contamos.
- Yo iré por papel... Haber si caminando se me pasa la rabia -argumentó Cyrene y se machó, el chico se puso a hablar con Adelphos y como sentí que repentinamente sobraba, me alejé unos pasos y me senté en la arena, a escuchar como Patroclo discutía al haber perdido su... "lugar de arquitecto"
Miré a Cyrene marcharse con una sonrisa complacida en mi rostro. No es que yo fuese vengativo. No… para nada.
Quedábamos solo Adelphos y el nuevo, miré hacia ambos lados… Creo que estaba en el lugar equivocado -Yo… Estaré por aquí… Por allá si me necesitan- bajé los brazos, miré un poco más lejos y estaba Patroclo ahora discutiendo con sus perras.
Bufé, ni que fuera masoquista me acercaría allí. De pronto vi como Amisthy llegaba y se ponía al corriente de lo sucedido con Heracles, y Epifanía estaba acomodándose para sentarse un momento. Comencé a caminar en su dirección, y cuando ella se sentó yo me senté a su lado, tropezándola en la caída para molestarle.
Cuando me senté y paso un rato no pude evitar pensar esa idea que me andaba por la cabeza de Apolo. ¿Y si con este ataque llevábamos a las personas a una era de oscuridad? ¿El sol volvería a salir aunque nosotros lo hubiésemos asesinado? ¿Era propiedad de Apolo la esfera que nos iluminaba? Y de pronto vino mi sueño de esta mañana. Bufé. Mor estas con demasiado tiempo libre.
- ¡Qué pesado! -musité mientras lo empujaba tras haber recibido todo el poder de su cuerpo sobre mi. Lo vi acomodarse junto a mí, se estiró y luego se quedó quieto. Lo miré un par de segundos, el se quedó estático mirando al frente - ¿Qué sucede? -musité mientras acomodaba la manta sobre mis hombros y suspiraba.
Las palabras de Epifanía captaron mi atención.
Le miré y una sonrisa ladeada se deslizó - ¿Crees tu que el sol vuelva salir después que destronemos a Apolo Epifanía?- le miré – Quizás la respuesta de una sacerdotisa del logos me resuelva algunas dudas…- ladeé el rostro – O me deje peor…- Coloqué el machete en la arena. Y encogí las piernas.
- Me harás filosofar... Fantástico -musité recordando las horas y horas y... Ah! horas de tortuosa filosofía en el templo, que me servían mas para imaginar que llegar a conclusiones. En fin, miré un segundo a Mor y negué, fijando mi mirada en el horizonte marino - No sabría dar un veredicto claro respecto a eso. Qué tal si el sol cae de su sitio y nunca más puede levantarse sin ayuda de Apolo. O tal vez sea el astro quien guía las caminatas matutinas del dios -musité y volví a mirar a Mor - Cuando Dionisio fue llevado al Tártaro, y no lo niegues, el vino y las ganas de celebrar no desaparecieron. Circe nos ofreció vino, un banquete... Nada cambió, dudo que los lotófagos estén consientes de la muerte del dios... Quizás con Apolo suceda lo mismo -dije sin dejar de mirarlo.
-No sé si eso es una tranquilidad, o me has hecho preguntarme más cosas. Mejor dejémoslo así- musité mientras me estiraba.
De pronto le miré y la sonrisa ladeada se acentuó más – No entiendo porque tendría que negarte yo que Hades fuera el que se llevó a Dionisio al Tártaro- La chica me miró.
- Tiene toda la pinta de serlo.
Sonreí mientras volvía a negar, apoyé mis brazos en mis piernas recogidas y mi mentón el mis brazos -Si, se que tiene toda la pinta de serlo... La forma, el aroma a azufre y la dirección que tomó... Hacia abajo -musité mientras cerraba los ojos y los volvía a abrir, con algo de dificultad - Lo que sucede, es que no he conocido muchos siervos de otros dioses en mi vida, vendrías siendo el primero y la verdad, pensé que intentarías encubrir las acciones de Hades -dije, sin darme cuenta, todo de una vez. No se porqué razón, pensé que quizás podría molestar a Mor y la verdad, no era mi intención discutir con alguien el día de hoy...
Le miré – No entiendo porque querría encubrirlo lo que haga Hades, es su problema y entra en su jurisdicción de dios… yo, no puedo hacer nada al respecto, menos encubrir cosas de ese tipo. No es mi trabajo, no es mi problema- mentí.
Le miré fijamente y ella tuvo que mirarme – Deberías tener cuidado con las cosas que piensas Epifanía, podrían traerte problemas…- musité atando cabos en mi cabeza. Llegando a escasas y quizás certeras conclusiones.
- ¿Por qué? -musité sin quitar mi mirada de él - Lo que pensé en aquel momento fue un comportamiento basado en lo que he visto... Los seguidores, quienes tienen amos, jefes o guías, siempre intentaran protegerlos, no es algo fuera de este mundo -dije y volví a mirar la playa -No intento acusarte de nada, no te preocupes- agregué al ver que después de todo, si había cambiado el tono de voz. Epifanía ¿Que estás haciendo? pensé recordando las palabras: "no discusiones hoy" -En cualquier caso -cambié de tema -La mayoría de mis problemas han sido por mis pensamientos y conclusiones...- sonreí levemente -De todas formas... Gracias por la advertencia.
- Creo que esa cruz de caer presa de tus conclusiones y pensamientos, es el precio de trabajar para quien trabajas…- comenté. Me levanté y le miré – El machete, rayos…- me agaché, volví a empujarla, tropezarle, molestarle, tomé el machete y me fui con una sonrisa ladeada, aunque después de un par de pasos la expresión cambió. Hades tendría que explicarme varias cosas.
- Para quien trabajo -repasé en mis pensamientos. Sentí el empujón de Mor, le miré fulminante y tras unos segundos, volví a fijar la mirada en la arena, entre pensativa, triste y contrariada. -Uno elige a quien venerar... Yo no tuve esa opción, pero no me arrepiento- pensé mientras cerraba los ojos y volvía a abrirlos unos segundos después. Busqué a Mor en el grupo, lo miré unos instantes y negué. -No puedo arrepentirme- pensé mientras me encogía una vez más, afirmando mis piernas fuertemente contra mi pecho -Yo no quiero... No quiero arrepentirme-musité y volví a mirar el horizonte, deseando por un instante, que este me tragara y me sumergiera eternamente.
by KatrinaxStevens & Double_Angy