25.3.11

Cap 147

Zorba

Un cerdo, en eso me había convertido esa maldita bruja. Íbamos de un lado a otro, y siempre nuestro grupo siempre que pudiera estábamos juntos, al principio contábamos los días, pero estos se convirtieron en semanas, y después en meses, hasta que perdimos toda noción del tiempo, solo podíamos ver como pasaba el tiempo y saber que si éramos este tipo de animales tarde o temprano nos comería. 

Tras muchas estaciones un día volvió la bruja y me buscó entre el grupo, me cogió y me llevó para palacio, allí me metió una habitación donde había una mujer que se le veía muy débil, de repente entro un hombre, bastante pálido, parecía que era un muerto andante, me costaba pero reconocía las palabras, tanto tiempo sin hablar… Sin hablar mi idioma, de repente me soltó en el suelo, y noté otra vez aquel cosquilleo que antaño. Me convirtió en cerdo, al poco tiempo me vi otra vez humano, ni siquiera tuve consciencia de mi desnudez hasta que Circe me dio una bata. 

Después hablaron como si yo no estuviera allí, Circe me ordenó que curara a la joven, la miré con desprecio pero sin perder obediencia puesto que sabia lo que podría hacerme, me acerque a Circe y le dije que todo hombre de la sala debía irse, y cuando salieron todos, nos quedamos Circe, una chica cuyo pelo era rojo como el fuego y algo pequeña, y la enferma, alta y rubia su pelo corto resplandecía con el brillo del sol. Me senté a su lado y le tome la temperatura, después le quite las sabanas que la tapaban y le puse la mano en el pecho para tomar su pulso y el aumento de su pecho al respirar. La chica menuda detuvo mi mano cuando se acercaba y me quedé mirándole seriamente.

- ¿Qué piensas que estas haciendo?- me dijo altivamente
- Mi trabajo, quieres que viva o que muera. Ahora suéltame- de un tirón quite su mano opresora de encima y continúe examinándola, cuando terminé mi examen tampoco había aclarado mucho, la mujer parecía totalmente sin energía, pero eso no podía ser, no existía veneno capaz de eso, le pedí a Circe una lista de hierbas, y le dije a la pelirroja – Acompáñame tengo algo que preguntaros a ti y a tus compañeros- Cuando salimos de la habitación y nos dirigimos donde estaba los demás fui muy claro.
- Oídme vuestra amiga esta muy débil, así que seria bueno que me fuerais sinceros y que me respondierais ya, que hizo en el último día o en los últimos momentos antes de caer en ese estado.


by Irvine Kinneas