Adelphos
- Al parecer... El guerrero salió a caminar, no lo sé bien. Se aventuro fuera de los límites de la mansión y mas allá aun, ya siendo territorio de gigantes...- creo que la mayoría empezaba a darse una idea de lo que le podría haber pasado con el pobre Demetrius. - Y en un desafortunado suceso, fue víctima de una trampa hecha por los mismos...- Circe hizo una pausa, como si relatar esto se le hiciera extremadamente difícil. Mentía... Sabía que mentía. - Una trampa que... al estar diseñada para atrapar a presas mucho más grandes... Terminó con la vida de su compañero de una manera atroz y despiadada- nuevamente una pausa, me observo un instante, luego a los demás, si mentía, era una excelente actriz... Y eso era lo que creía. Era una historia... Inverosímil, por muchos motivos.
Todos estábamos algo atónitos, escépticos también ante tal historia. ¿Por qué se aventuraría Demetrius lejos de aquí? El era en verdad el mas “tranquilo” de los hombres de Patroclo...Y lo que es mas extraño, él era un sujeto inteligente, ¿No vio lo que según los sirvientes de Circe era una gran trampa para grandes presas? Muchas preguntas y pocas respuestas, típico de alguien que oculta algo... ¿Sin embargo que podíamos hacer? Culpar a Circe no seria inteligente, ella había hecho un juramente, y no se me ocurría quien mas podría haberle hecho eso a Demetrius... Suspire, ¿donde estaría Patroclo? Rivalidad o no, ya había perdido muchos hombres en esta incursión contra los dioses.
Con un silencio casi sepulcral, que era roto solamente por los comentarios que se hacían Zorba y Dinethos, la cena llegó a su final. Estaba furioso en mi interior, porque sabia que Circe había tenido algo que ver, ¡Y a su vez era imposible porque había hecho el maldito juramente de los dioses!
Di un golpe a una de las paredes del pasillo que conducía a la salida. Impotencia era lo que sentía en estos momentos, pero... Ya no había nada más que hacer, el barco estaba terminado y debíamos seguir nuestro camino lo más rápido posible. No quedaba otra que presenciar el funeral de Demetrius, e irnos de una vez por todas de esta maldita isla.
El día comenzaba a irse de nuevo, todos observábamos con diferentes sentimientos, como las llamas consumían el cuerpo de un valiente guerrero, que había muerto en una situación tanto trágica. Sospechosa. Observaba a Patroclo, con rostro inalterable ¿Acaso se habría formulado las mismas preguntas que yo? El, tan temperamental, ¿No dijo nada sobre la muerte de su hombre?
- Crees como yo que todo esto es un tanto... ¿Sospechoso?- le dije en voz baja a Patroclo, luego de acercarme a el lentamente.
- Fue un accidente, tienes que aceptarlo...- musitó este sin dejar de observar las llamas que consumían a Demetrius.
- ¿No te resulta sospechoso? El era bastante inteligente... Además, ¿Aventurarse en tierras gigantes?- le pregunte en voz baja, pero con fuerza y escepticismo al final, el se giro y por primera vez me miró.
- ¿Crees que no lamentare su perdida? Esto es una guerra, hay que estar preparado para ello... No se porque habrá hecho eso, pero no tenemos tiempo de averiguarlo... Ni tu, ni yo queremos pasar un minuto mas en esta isla, ¿Acaso me equivoco?- respondió de la misma forma en que le hablaba. Sus palabras eran duras, frías y a la vez temperamentales. Negué con la cabeza lentamente, aceptando que lo que decía era verdad... – Entonces cierra la boca, y larguémonos de aquí de una vez por todas...- agrego. Cerré los ojos un instante, tenia razón, no había pruebas que demuestren lo contrario sobre la versión de Circe, lo mejor seria marcharnos de aquí.
- ¿Cómo esta él?- un gran brazo me detuvo. Miré a Heracles quien señalaba disimuladamente con la cabeza la posición de Adelphos.
- Como siempre, frió...- le respondí negando con la cabeza. - ¿Piensas como yo que todo esto es muy sospechoso?- le pregunte, confiando en que alguien mas pensara como yo.
- No lo conocía como tú o Patroclo, pero lo que alcance a conocer de él me dice que no era tan idiota como para alejarse de aquí, y aun mas, caer en una trampa de gigantes- respondió él, bueno, al menos pensaba lo mismo que yo. – Sin embargo sabes que hay un juramente de por medio...- agrego, asentí. – No hay dudas de que es sospechoso, pero no tenemos nada más...- acoto y volvió su mirada a las llamas.
- Tienes razón...- le dije, y luego solo espere a que todo terminara.
Patroclo fue quien marcó el final del funeral, pues debíamos irnos. Así de esta manera y con el anochecer por caer sobre nosotros, subimos al barco aun observando a lo lejos el fuego que llevaría a Demetrius, esperaba, a un lugar mejor que este. Circe nos despidió con tristeza, junte fuerzas de donde pude para no hacer una locura, sin duda Circe me desquiciaba.
El barco zarpo, y aprovechando el viento que se había levantado, observamos con asombro la velocidad que llevaba este. No había dudas de la capacidad de Dinethos, aunque por ahora seguiría vigilado como todo aquel que recién se nos une.
- Veo que nos conseguiste un doctor...- dije a Epifanía que se apoyaba en la baranda del barco, observando como nos alejábamos mas y mas de aquella isla. Ella me miro y sonrío apenas, hombre de Patroclo o no, había demostrado ser un buen hombre y le demostraríamos respeto el tiempo suficiente.
- No fue difícil...- dijo ella pensando un momento, luego se dio cuenta de que la miraba pensando en lo que ella pensaba. – No fue nada importante... Lo que si es importante es que salimos de esa isla...- agregó cambiando de tema, le seguí la corriente.
- Pensé que nunca nos iríamos de allí... En fin, ¿Sabes cual es nuestro próximo destino?- le pregunté, ella frunció el ceño.
- Ahora que lo dices... No...- y luego de escucharla no pude evitar sonreír y negar con la cabeza.
- Espero hayas traído el mapa ese...- le dije, ella asintió. – Y procura que esta vez no te quite toda tu energía vital...- acoté mientras me iba de allí ante un “¡Hey!”, medio bajo por parte de Epifanía. Sonreí...
by Silius