28.5.11

Cap 165

Zorba

Estaba repasando mis notas para poder ayudar a Epifanía a mejorarse totalmente cuando Circe entro en mi habitación.

- Se irán pronto- dijo simplemente. Sabia que estaba sonriendo, siempre lo hacia. En mi cabeza retumbaba la petición de irme con ellos. No, ella no me dejaría, tenía que quitarme ese pensamiento de mi cabeza.
- Dime, ¿Te gustaría seguir siendo humano Zorba?- dijo mientras se acercaba lentamente.
- Esta claro que conoces la respuesta y es un gran SI- dije cerrando mis notas, recostándome contra el respaldo de la silla
- Entonces me tendrías que servir para otro propósitos- dijo susurran dome al oído, mientras me acariciaba el cuerpo.

Un escalofrío me recorrió toda la espalda, mientras un sudor frío me recorría la frente, así que, ¿Este era el destino de los dioses para conmigo? Ser el juguete de circe o ser su almuerzo.

- ¿Qué tipo de servicios?- dije mientras daba un largo suspiro.
- Necesito tu arte como medio para un muerto- dijo casi riéndose.
- No puedo resucitar a...- comencé a decir pero me interrumpió rápidamente
- Quiero que lo desfigures que parezca que ha sido aplastado por rocas, ya sabes, ese trabajo que os enseñan a los médicos

Me parecía increíble. ¿Acaso estaba matando al grupo? O quizás... Algún gigante... Me quedé en un estado de estupefacción y me deje llevar hasta el cuerpo.
Recordaba haberlo visto en alguna comida, pero ¿Por qué el misterio? ¿Que había pasado para que no le hiciera como a los demás, pero poder ser humano a cambio de aquello, traicionar la fe de Epifanía... No, no podía, no sabía porque, pero no podía hacerlo.

- Circe yo....- empecé a decir pero las palabras se me atragantaron.
- Hazlo y seras libre para siempre, incluso recuperaras todo lo tuyo.

Era mi imaginación o acaba de decir que sería libre, no podía pensármelo, y comencé a desfigurar el cuerpo, mientras las lágrimas recorrían mi rostro por el sentimiento de culpabilidad.

A la mañana siguiente, dieron la "desafortunada" noticia, yo casi no comí, no podía ni siquiera mirar a lo que Circe se refirió como "Mi primera obra de arte" después de la comida, Circe llamó a Epifanía y a continuación a mi, allí estaba mi arco tal y como lo había prometido.

- Todo tuyo campeón, a por cierto, ya no me sirves de nada aquí, así que, ¿Por que no desapareces con esos mortales?

Mis ojos se abrieron de sorpresa, acababa de decir que me fuera de la isla.

- Aunque si quieres quedarte....
- Ni por todas las riquezas del mundo- le dije mientras cogía mi arcón,pesaba mas de lo que recordaba, pero era indiferente, cuando el barco estaba zarpando, salí de la casa mientras arrastraba el arcón, Epifanía, miraba a la casa impaciente como si esperara mi llegada, cuando llegué a donde  ella se encontraba le pregunté.
- ¿Esperas algo?
- A ti- dijo sonriendo.
- ¿Cómo estabas tan segura de que yo...?- pero se había puesto de moda interrumpirme.
- Lo sabia- dijo simplemente y subió al barco, acto seguido subí yo, y deje el arcón en el camarote que me asignaron, miré el arcón y había algo envuelto en trapos que parecía un arco, pero no le di importancia, si era de esa bruja a saber lo que podría ser, pero el arma me recordó lo acontecido la noche anterior, y la desesperación de mi alma. Las lagrimas mis ojos, sin poder remediarlo me puse a llorar en el suelo. Tras unas horas después, agradecí que no hubiese habido nadie cerca para verme ni escucharme, o al menos eso pensaba. Salí, dirigiéndome hacia la cubierta donde había un gran ajetreo habían rescatado a una muchacha, la cual parecía deshidratada, rápidamente le trajeron agua y me llevaron con ella para que le ofreciera mis cuidados.

-Nunca pensé que me iba a ver rodeado de tantas mujeres cuando entré en esta profesión- dije sonriendo para ver si reaccionaba.


by Irvine Kinneas