Cyrene
Ya me lo habían advertido una vez "Los hombres son criaturas horrorosas,
detestables, sucias... inmundas en pocas palabras, pero una mujer Cyrene, es
letal, un arma idónea a la que nadie podría resistirse, si no debes confiar en
los hombres, menos en las mujeres cariño, muchas son como serpientes venenosas
y ¿No son detestables esas criaturas? Solo confía en tu instinto querida, que
yo no dejare que nada te pase nunca" Había dicho Artemisa una vez, cuando
era pequeña, después de una jugarreta de las ninfas, hermosas, gráciles,
juguetonas y salvajes, impredecibles seres de la naturaleza y féminas por que
lo dioses así lo decidieron.
Ahora, después de lo que había hecho Helena, agradecía haberme tomado aquella
plantita pero, algo me decía que debía averiguar de donde había salido, había
un extraño aroma que no podía reconocer, aunque ahora que teníamos hospedaje y
el juramento de los dioses para protegernos. Debería relajarme un poco y poco
después del alboroto pudimos comer alimentos normales. Me sentí un poco mal por
los animales muertos, por lo que había dicho la mujer y Mor, esta clase de
habilidades eran jurisdicción de Circe y quizás, muchos de esos animales fueron
alguna vez humanos.
- Yo... no sabia que los dioses podían llegar a ser tan crueles- musité mirando
a Epifanía.
- No creo que todos pero, muchos de ellos se divierten a costa de nuestro
sufrimiento, eso es algo que debes tener presente por que lo verás seguido
Cyrene.
- No puedo entenderlo, Artemisa, ella siempre fue tan buena conmigo que me
cuesta creer que los demás dioses sean como muchos dicen.
- Entonces tienes todo un mundo por ver- comentó Amisthy dedicándome un guiño
que no comprendí del todo.
Y una vez terminamos de comer a gusto, me dio un sueño tremendo, ahogarse en el mar, luchar, correr y demás no
era algo que se hiciera todos los días y tenia unas tremendas ganas de dormir
profundamente. A mi me habría bastado un buen árbol para cerrar los ojos y
descansar... Eso solía hacer antes. Keops fue el primero en notar que me
frotaba los ojos muy seguido y preguntó si tenía sueño, a lo que me negué
rotundamente algo apenada por ser descubierta.
- Pero si eres una niña... Y los niños duermen temprano- dijo Mor y le miré fulminándole
con la mirada.
- ¡No soy ninguna niña! Y no tengo sueño...-
y un pequeño bostezo destruyó mi mala farsa. Había que admitirlo, a
veces si parecía una niña, y así, enfurruñada y roja hasta las orejas lo parecía
aun más.
Mor... Él se limito a sonreír y eso me enfurecía más pero. Esa mujer le miró un
momento y… Parecía encantada. Un demonio… Mor era sin duda un demonio pero no podía
decir que no tenia razón pues, sus palabras encerraban verdadero conocimiento y
aunque lo odiara mucho, las ansias de comprenderlo todo, de devorarme al mundo,
me pedían estar cerca de esa gente y cerca de ese demonio llamado Mor.
by wolfmanhunter_Lilith