Circe & Adelphos
Muy poco aporte había sido mi presencia últimamente, debo decir que todo este asunto se iba haciendo cada vez mas y mas peligroso, primero nos perdimos en aquella isla, repleta de enormes hombres que devoraban pues... hombres y ahora esta mujer, Helena, debo decir que me es difícil confiar en alguien nuevo, pero era ella, o quedarnos con los enormes devora hombres, la respuesta era obvia.
Mor parecía no estar del todo convencido pero, era nuestra mejor oportunidad para recuperar energías, el huir si era cansador y no siempre nos podríamos esconder. Fue algo muy predecible lo que sucedió después, la tal Helena resulto ser Circe, debo admitir que la inteligencia de Mor era bastante aguda, aunque no terminaba de agradarme por completo.
Después de un abrupto final del banquete decidí retirarme sin mas que un -Ya vengo- Patroclo, mi hermano, me miro algo serio al igual que me miro Mor mientras salía del lugar.
Cerré la puerta y suspiré, mejor vayamos al siguiente, el príncipe, no al parecer el que era molesto, el otro el hermano, asentí y comencé a caminar los espejos del suelo reflejaban mi curvilínea figura, para cuando estuve a unos pasos de él, mi figura se había transformado en el de la niña anterior, la sacerdotisa, tomé su hombro y le sonreí. Le había visto mirarla un par de veces frunciendo el ceño porque no comía, algo preocupado. Quizás le importara.
-Adelphos ¿Te sientes bien?- le pregunté –Te veo… pensativo
Epifanía me había seguido, cosa rara, mire algo desconfiado a la sacerdotisa la cual me miraba de manera preocupada, mire una vez mas hacia la puerta y antes de contestarle me asegure de cerrar bien la puerta y luego me voltee hacia la sacerdotisa para contestarle.
- Me siento perfectamente, simplemente estaba pensando en todos- acote mirándola fijamente.
- ¿Quienes todos?- preguntó Epifanía sin quitarme la mirada de encima.
- Pues...todos, tu, Mor, Heracles, Keops, Cyrene, Amisthy y mi hermano, además de Calisto y Demetrius- dije y esta se acercó a mi, de manera algo provocativa yo simplemente le observaba.
- ¿Y en qué piensas?- musité colocando mi cabeza en su hombro, con los mismos aires pensativo – ¿Sabes? A pesar de verse peligroso al inicio. Ahora en la noche, se ve hermoso. Es como si la noche se reflejara en ella y estuviéramos caminando por el cielo.- susurré tranquila y pausada, ya por lo menos sabía como medianamente se comportaba la anterior.
Si bien conocía a Epifanía, ella nunca se tomaría tanta confianza como para acercarse a mi de esa manera, tal vez sea el viaje, si, eso debe de ser, pero debo de estar alerta - Y bien mi querida Epifanía, dime, ¿Cómo te sientes después de todo el camino que hemos recorrido?- le pregunté mientras su cabeza seguía posada en mi hombro.
- Pues veras, Adelphos, en realidad pienso que nuestra travesía apenas ha empezado, aun nos que demasiado camino por recorrer y mi querido príncipe aun nos quedan individuos por conocer.
- Tenéis razón, debemos ser cuidadosos- dije mirándole de reojo - Para serte sincero no confió para nada en Circe.
Enarqué una ceja. Le seguiría la corriente. – Si, no es de fiar- musité y sonreí.
-Dijiste que pensabas en todos… Adelphos- le miré y sonreí - ¿Qué piensas tu de mí Adelphos?- le pregunté mirándole a los ojos, para después volver a colocar mi cabeza en su hombro.
_ En serio ¿Es la sacerdotisa?_ me pregunté mientras me apartaba de ella, y le miraba serio - Pienso que en realidad eres un integrante tan valioso como cualquiera de nosotros, además de que tu fuiste la primera en unírteme- dije mirándole - Pienso que eres una gran guerrera.
- Yo me refería a algo mas- dijo en un tono algo extraño - ¿Qué piensas en realidad sobre de mi?- pregunto una vez mas.
-Simplemente te veo como una compañera y punto- sentencié y de nuevo Epifanía se acercó a mi -Y tu, Epifanía ¿Qué piensas de mi?
Hubo un silencio, de unos segundos. -Si...- musité y me levanté. -Pero... Mejor es que... yo...- me giré y me abracé a mi misma, para darle un poco más de dramatismo, quizás así podría remover algo en su corazón.
Miré a Epifanía con cierto escepticismo mientras se abrazaba a si misma, en realidad intentaba hacerme el duro, no puedo negar que Epifanía es bella, pero debo contenerme, Patroclo es el atrevido, yo, yo soy el serio.
- Epifanía... - le llame y esta cabizbaja me contesto.
- ¿Qué pasa príncipe?- dijo tierna y sin dejar de abrazarse.
- ¿Qué pasa?... Contesta mi pregunta y yo contestare la tuya con toda sinceridad- Y entonces ella volvió a repetir.
- Mejor es que... yo....
- ¿Qué tu que? -pregunté acercándome a ella de manera sensible.
- Yo... tengo que irme pero... yo...- miré al suelo para después mirarle a él, parecía que sus barreras estaban debilitándose. Alcé mis pies pues este cuerpo era mas chico tomé su rostro entre mis manos y le besé suavemente, acorde al momento, suavemente, pero profundo.
Me quede atónito mientras sus labios hacían contacto con los míos, por un momento me deje llevar pero al poco rato a mi mente regreso la imagen de mi amada esposa y mis hijas, ellas me esperaban en Tesalia, no debía serles infiel, de inmediato aparte mis labios de Epifanía y me aleje caminando en reversa mientras negaba con la cabeza - Esto nunca sucedió ¿Quedó claro? -dije fríamente un poco molesto y me volteé dándole la espalda a la sacerdotisa.
- Adelphos...- susurró esta y posó sus manos sobre mi hombro - Yo...
- ¡¡Calla!! Y vete…- dije apartando su mano de mi hombro para después dirigirme a la puerta - Tu y yo no tenemos nada mas que hablar...
Me di la vuelta y di un par de pasos, para gruñir. No todos los planes andaban resultando, al parecer, eran muy centrados, cuando doble y el ya no podía verme, recobré mi forma. Bufé - ¡Ja! si... claro esposa e hija, acabo de ver tu beso con ella... Hace tiempo atrás- musité con una sonrisa, no nos paremos por esos, sigamos con los que vienen... Ronroneé y caminé hacia el otro pasillo.
by hunterhelmsleyhearst & Double_Angy