4.7.10

Cap 21


Herotarco

En tanto que caminábamos no podía quitarle el ojo de encima al nuevo.
Me acerqué disimuladamente a Epifanía.

- ¿Puedo hablar contigo un momento?
- Sí. Claro.
- Verás, lo de pensar es tal vez más propio de las sacerdotisas de Atenea pero escucha, ese tipo ha entrado en el laberinto él solo. Nos ha encontrado, cuando nosotros no éramos capaces de encontrar ni nuestra sombra entre aquellos muros. Él solo ha debido de abatir a la misma cantidad de peligros que nosotros, sólo que nosotros íbamos en grupos. Tiene un olor a azufre y no lo hay por los lugares cercanos. Ha rehuido a darnos la mano, que para los míos, por lo menos, significa "promesa que no se ha de cumplir".
>Por otro lado, podría significar que tenemos a un aliado muy fuerte, arrogante y despreocupado entre nosotros y que nos puede servir de ayuda.
- O ambas cosas -dijo ella.

Me retiré un poco y suspiré para mis adentros.
Aquello podría ser un auténtico problema o una auténtica salvación y yo era desconfiado hasta la médula.
¿Médula? Mi instinto me decía algo.
Bueno. Daba igual. No era asunto mío preocuparme de los peligros que no se ven. Era guerrero. Decidido a cumplir órdenes e instintos. Mi trabajo no era pensar.
Mientras andábamos me cuadré. Que no se dijera que los espartanos perdían su orgullo al preocuparse.

By 1ñ1g0