Herotarco
Estaba cada vez más feliz. Sonreía y
agitaba en alto la copa de vino.
Comí otro loto.
Todo eran risas... música...
Mujeres...
Me subí a la mesa y me puse sobre una
mano.
Luego cogí con un pie un escudo y
sostuve con la nariz mi lanza.
Luego me cambié de mano y caí, al no
darme cuenta que era imposible hacerlo todo junto.
Se oyeron risas.
Reí yo.
Cogí a Epifanía con una mano y
empezamos a bailar sobre la mesa.
Mientras las cosas chocaban yo reía.
- Míralos. Parecen profesionales.
- ¡Eso espartano!
- ¡Genial sacerdotisa!
- ¡Para estar tan delgada no lo haces
mal!
Bailé y la mesa se rompió bajo nuestro
peso.
Y reí y pusieron otra mesa.
Y subimos a la mesa, y más gente se
animó, pues ésta parecía más resistente.
- ¡Príncipe! ¡Sube! ¡Muerto! ¡Tú también!
¡El del pájaro! ¡Y el fuerte ese! ¡Vamos! ¡Bailen!
Y bailamos haciendo chocar los pies,
cruzando las manos, mientras la música sonaba bailamos.
By 1ñ1g0