29.6.10

Cap 09


Keops

La misión ya estaba puesta en marcha, era en base fácil. Conociendo la forma de pensar de un minotauro, de seguro ya habría capturado a aquella mujer y por ende había sólo dos alternativas, o ya la habría matado o la tendría captiva, por nuestro bien esperaba que fuera la segunda. Nos encaminamos hacia los jardines donde yacían las colosales puertas del laberinto, coronadas por dos estatuas de Oro y rejas de plata.

- Valla que no se olvidan de los detalles - dije levantando la mirada totalmente para ver la estructura. - algún plan? pregunté
- La única forma será entrar y hacernos paso entre las letales bestias de Minos.... - dijo tétricamente Epifanía.
- Valla valla, si habló el alma de las fiestas - le dijo Herotarco. -Deberías ver la vida un poco menos tétrica debes en cuando.

Llegamos a los dos caminos acompañados por el rey Minos, un hombre que en mi experiencia había denotado que era de esos fácilmente influenciable por el licor así como varias mujeres, suponía que aquella pobre mujer no era una sino de sus tantas esposas realmente y que sólo la rescataba por no perder seguidores ante tan cruel acto. Debía ser todo menos una historia de Amor.... que aburrido.

El grupo se dividió quedando yo con Adelphos y los demás miembros en el otro equipo, me preguntaba realmente, ¿que era la energía que impregnaba ese lugar? aunque a pesar de todo no le presté mucha atención. Caminamos unos cuantos pasos, los cuales parecieron eternos, Adelphos no era de muy buena conversación por lo que el trayecto era en silencio, algo que quería cambiar.

- Y... Adelphos de dónde eres? - le dije caminando con las manos en la nuca.
- Para que quieres saberlo? - dijo seriamente...
- Eh... bueno tu sabes... quería hacer conversación - dije un poco intimidado, a pesar de todo las relaciones personales no eran mi fuerte.

Siempre me la había pasado asesinando a los traidores de los dioses, y muy poco de estos me dirigían la palabra, por lo que era bastante difícil saber qué hacer en ese instante pero justo cuando se me ocurrió algo para responder un ruido atrajo nuestra atención.
De las sombras salieron varias criaturas peludas del tamaño de una cabra más o menos, tenían tres cabezas las cuales no parecían muy desarrolladas, rápidamente se abalanzaron sobre nosotros, un pequeño error de su parte. Pude sentir la espada rozando mi mano y sólo eso basto, en un certero golpe una de estas yacía cortada a la mitad despidiendo sangre a chorros.

-¡Quieren pelea, pues les daremos pelea! - dije mientras Adelphos sacaba su arma. 

By Silva