30.6.10

Cap 13


Epifanía

-El Minotaruo es una bestia… Un hibrido de humano y toro. Claro que su fuerza no nace del lado humano –comenté mirando al suelo, que dejaba ver sangre, sangre y ¡Ah! Más sangre… -Su padre, un toro, era el toro más hermoso y fuerte de Creta… -continué. 
-¿Cómo sabes todo esto? –preguntó Herotarco.
-Poseo un contacto muy fuerte con un dios… Y los hechos se esparcen veloces entre deidades, al igual que los rumores entre nosotros –dije y sonreí. 
-¿El Minotaro pudo haber hecho esto? –preguntó Heracles. 
-No pudo. Lo hizo. Aunque este sector… El aura en este lugar es… Bastante discordante con la zona –comenté mirando a nuestro alrededor y frunciendo el ceño levemente. Me detuve y me agaché frente a un cadáver, bastante fresco para estar en aquel lugar. 

Heracles hizo algo similar, pero no se agachó, miró desde su altura, a mi lado. Me concentré en su cuerpo a medio devorar, sus ropas y en especial, los arañazos que tenía en el rostro, donde cada corte había podrido la carne a su alrededor, y la había tornado de un color azulado… llegando a negro. 
Mi percepción estaba agudizada, y aunque mis compañeros no se dieran cuenta, yo lo noté desde el principio: La presencia en aquel sitio, no era de ninguna deidad terrestre… Sino más bien, era de una de las profundidades.

-Bueno… Sea lo que sea que esté rodeándonos en estos momentos, os puedo asegurar que no es el Minotauro nuestro problema –afirmó Herotarco. 
-¿Por qué dices eso?
-Mirad –dijo apuntando al final del pasillo, donde un hombre, cubierto en esencias malignas y energías oscuras, nos miraba ladeando la cabeza y sosteniendo entre sus manos un cadáver de un joven muchacho, de cabello rizado y dorado, aunque su piel verdosa demostraba el tiempo que llevaba muerto. 

Me enderecé en aquel instante y miré a ambos guerreros, los dos en posiciones de ataca, dispuestos a luchar en cuanto atacasen. 

-¿Quién sois? –pregunté sin inmutarme. 
-¿Venís a mi hogar, me apuntáis con sus armas y tenéis el descaro de preguntar mi nombre de esa forma? –dijo con una voz de inframundo, una mezcla de demonio y humano, mientras dejaba caer suavemente al muchacho muerto. 
-Lo siento maestro… Pero por lo que entendía, este es el hogar del Minotauro.
-Nooo… Este es mi hogar, lo es, es mi hogar –comenzó hablando fuerte y luego bajó la voz hasta hacerla un susurro. 
-¿Pero qué le sucede? –musité.
-¡Te oí! –gritó –Este es mi hogar… Yo lo construí, para mi hijo y para mi… es mi hogar, yo lo construí… Es mío… mío… -dijo disminuyendo la voz nuevamente. 
-Basta –musitó Heracles mientras bajaba la espada y apuntaba al viejo -¿Quién eres?
-Soy Dédalo… Y este es mi hijo Ícaro –respondió apuntando al cadáver –Vivimos en este lugar… Ustedes, intrusos, debeos marcharos –finalizó mientras sacaba de su espalda un arco y empuñaba varias flechas a la vez, en nuestra dirección. 
-Está bajo el control de la energía maligna –musité al ver su mirada de odio puesta en nosotros y como aquella energía emergía de su nariz, su boca y sus oídos. 
-No me interesa si sabían o no que esta era mi casa… Conozco cada rincón y pasadizo de ella… El Minotauro jamás nos encontró –sonrió diabólicamente –Pero mi pobre hijo no resistió el hambre… Por lo que me vi obligado a recurrir a fuentes más… Poderosas para sobrevivir –argumentó mientras tensaba su arco y nos disparaba las diez flechas a la vez.

El espartano fue veloz y se cubrió del ataque, cubriéndome a mí en el movimiento, mientras que Heracles, más intrépido, corrió esquivando el ataque y lanzándose hacia Dédalo. 

-Gracias –musité levemente, el espartano asintió y fue a la batalla, mientras yo sacaba una flecha y apuntaba a uno de los ojos del maldito. La flecha salió disparada con una gran velocidad y dio en el blanco, pero diferente a cualquier reacción que pude esperar, el hombre, mientras como un pulpo se aferraba a las paredes y al alto techo del salón, quebró la varilla de mi flecha, dejando la punta en ella y ni siquiera se quejó. 
-Ataques de una sacerdotisa de Atenas… No creas que puedes con el poder que me ha dado Hades –musitó, mientras mis compañeros comenzaron el ataque.

By KatrinaxStevens