2.7.10

Cap 16

Keops

La batalla era increíble, al parecer Adelphos y yo hacemos un buen equipo, mi velocidad y su fuerza se llevaban bien, por lo que nuestra sincronía era casi perfecta, aquel cancerbero era pan comido en el estado en el que estábamos. Nos alejamos de él un instante para determinar un punto débil.

-¡Adelphos, la parte baja de su cuello, déjame llegar a ella! - le dije y el asintió.

El hombre se lanzó hacia donde estaba la bestia, y empezó a hacer retroceder a las cabezas de los lados, con su espada y por último le incestó un golpe al animal en la quijada del centro, al mismo tiempo que saltaba para darle más fuerza al impacto, rápidamente corrí hacia la posición que me tocaba, pasando por debajo de los pies de Adelphos que empezaban a caer por la gravedad, pero gracias a mi tamaño tuve tiempo de deslizarme, ser pequeño tenía sus ventajas. Rápidamente giré con toda la fuerza que pude mientras que Adelphos retrocedía para evitar perder sus piernas.

El impacto fue inmediato, y pude sentir como bastante sangre me bañaba todo el pelo, dándole un tono rojizo oscuro, era un poco asqueroso pero divertido en fin, al fin mi aburrimiento empezaba desvanecerse, esta misión le hacía llevadero. Las tres cabezas salieron disparadas, mientras que El cuerpo por acto reflejo seguía caminando, pero no duró mucho, eventualmente la falta de sangre y de un cerebro, hizo que esta sucumbiera.

-Bien... ¿Ahora dónde vamos? - le pregunté a Adelphos con una sonrisa.

-Hacía allá - dijo simplemente hacia un camino a l derecha.

-¿Que te hace pensar que es por allá? - dije confundido.

Un rugido de proporciones inmensas proveniente de esa dirección me sacó de dudas, era obvio que ahí estaba el minotauro. Ambos empezamos a pegar la carrera, esperando que no hubiese más cancerberos, cosa que realmente se hizo realidad. Los cancerberos no estaban siguiéndonos, ellos a pesar de todo eran discípulos de Hades, hijos de la noche y de la ira, algo debía estar ocupando el poder de hades entonces, si no me equivocaba, debían entonces estar del otro lado donde los demás debían estar batallando con alguien.

Al llegar al final del camino encontramos una sala amplia y cuadrangular, la cual tenía varios instrumentos de tortura, así como púas e instrumentos que lanzaban fuego al contacto. Me dispuse a entrar en el territorio. Pero cuando iba a poner el pié Adelphos habló.

-¡NO! - sin embargo era tarde mi pie se había posado en aquel terreno.

Varias flechas salieron disparadas hacia mí, aunque tuve tiempo de bloquearlas con mi espada, la sala era una trama en su totalidad. Adelphos también se adentró, a lo que escuchamos el mismo rugido... La bestia estaba ahí.

By Silva