Heracles
Evidentemente ese no era el minotauro, de
todas maneras podía sentir que era más fuerte de lo que aparentaba. Mi escudo
tenía un par de flechas clavadas que rompí pasándole el filo de mi espada. Mire
a Dedalo... Un juguete de los dioses, solo era eso y ahora, lamentablemente
caería bajo nuestras armas. Al observar sus movimientos me di cuenta de que era
veloz, sus alas aun no lo habían hecho remontar vuelo, pero creo que podía
hacerlo fácilmente. Sin embargo el ataque de Herotarco cambio las cosas, la lanza
en su pecho le dificultaba el movimiento pero este parecía no sentir dolor...
-¿Crees que sienta dolor?- le pregunte serio a
mi compañero mientras avanzábamos con nuestros escudos hacia Dedalo, Epifanía
nos cubría con su arco, lista para disparar.
-Lo dudo...- respondió este mientras seguíamos
avanzando, aunque nos detuvimos cuando este nos disparó nuevamente con su arco.
Rodé interponiendo mi escudo, ninguna flecha me dio, me levante y corrí
rápidamente saltando hacia el lanzándole un corte directo a su cabeza, pero de
la nada interpuso una espada que freno mi ataque, al chocar un pequeño destello
salió de mi espada, esta marco apenas la de él... No deje de atacarlo,
arduamente, sin darle oportunidad de dejarle usar el arco, rápidamente
Herotarco llevo por su otro lado, estuvo a punto de cortarle la cabeza pero
Dedalo saco otra espada, de esta manera empezó a luchar simultáneamente contra
nosotros, era muy inteligente ya que se movía de manera que Epifanía no pudiera
dispararle por culpa nuestra...
-¡No puedo darle!- nos gritó, yo aproveche
bloqueando la espada con la que me atacaba y le golpee fuertemente con mi
escudo en su cara haciendo que retroceda unos cuantos pasos, una flecha de
Epifanía se clavó en su pecho pero este ni se inmuto, otra más intento dar en
su cabeza pero su espada la desvió. Íbamos a lanzarnos de nuevo a él pero alzo
vuelo, aun con la lanza en su abdomen.
-Rayos...- susurre mientras esquivábamos sus
flechas, una rozo mi pierna y otra se clavó allí, rodé a un lado protegiéndome
con mi escudo, no podía creer que tuviera tanta puntería aun con un ojo menos.
Mire la flecha, sin pensarlo lo arranque aguantando el dolor y un grito.
Respire hasta que me levante y corrí hasta ese sujeto, estaba seguro de que me
dispararía a mí... Así lo hizo y las esquive ágilmente mientras impulsándome en
un escalón salte hacia el lanzando un corte horizontal a su vientre, pero
interpuso su espada y rápidamente la dirigió a mi cara, logre interponer el
escudo y caí al suelo rodando hacia atrás levantándome, mirándolo seriamente...
No tenía ataques muy poderosos ni elaborados, con un ataque coordinado
podríamos derrotarle.
-Mi turno...- dijo Herotarco y se lanzó hacia
el mientras Epifanía lanzaba más flechas, Dedalo desviaba algunas, otras
solamente daban en su cuerpo pero este ni se inmutaba. Herotarco se cubrió con
su escudo al ver como el ser descendía a gran velocidad con sus espadas, estas
chocaron el escudo, y siguieron destino hasta donde me encontraba junto con
Epifanía... Me interpuse y en vez de defenderme salte también hacia el con mi
espada apuntándolo, esta le realizo un corte bastante profundo en un lado, por
su parte gracias a mi escudo solo me hizo un corte en el hombro, nada grave...
El ser se giró a mirarnos, luego se miró a si mismo viendo sus heridas,
finalmente volvió de nuevo su vista a nosotros...
-Nunca creí que un simple grupo de mortales
pudiera hacerme algo así, pero su suerte se acabó... Prepárense para morir...-
dijo con esa voz demoníaca mientras sonreía macabramente y sacaba su arco,
Herotarco y yo nos pusimos a la defensiva cubriendo a Epifanía...
-¿Puedes dejarlo ciego? Te cubriremos...- dije
sin dejar de mirar mi objetivo, mire a Herotarco, este asintió...
-Todo tuyo chica...- dijo Herotarco mientras
esperábamos su ataque, el olor a azufre podía llegar a marearte un poco, pero
lo resistíamos bastante bien, me pregunte si luego de liquidar a este
encontraríamos al minotauro. Dedalo se preparó y lanzo las flechas, nos
cubrimos del ataque y dejamos lado a Epifanía para que lanzase la flecha, pero
Dedalo se había lanzado en picada con sus espadas listas, nos cerramos
rápidamente y la potencia del choque de sus espadas con los escudos provoco un
gran estruendo en el lugar, nos giramos para estar en la misma posición que
antes... Era rápido el maldito... Nuevamente preparo su ataque, esta vez no
fallaríamos. Las flechas silbaron al volar por el aire en nuestra dirección,
algunas se clavaron en nuestros escudos y otras desviaron su rumbo. Esta vez
saque mis dagas y las lancé a Dedalo, antes de que se lanzara en picada, con
sus espadas se preparó para desviarlas mientras Epifanía surgía de entre medio
de nosotros apuntado su arco...
By Silius